Rafa Lozano Jr. da un recital en octavos para quedarse a una pelea de la medalla olímpica
El español, de tan sólo 19 años, ganó con gran holgura y sin complicaciones al campeón de Oceanía, Yusuf Chothia. El viernes luchará por asegurar medalla.

Con 22 años, Rafa Lozano acudió a sus primeros Juegos Olímpicos. Fueron los de Barcelona 92 y se llevó un diploma al ser quinto. Cuatro años, después, en Atlanta, logró subirse al podio para colgarse un bronce. Ya en siglo XXI, en Sydney 2000, el cordobés repitió gesta, pero esta vez se hizo con la medalla de plata. Tras esos hitos, en 2001 decidió no apuntar a Atenas y hacerse profesional. En el año 2010 se retiró de la competición y se dedicó a la docencia de su deporte hasta que en 2013 se hizo cargo del equipo Nacional.
En ese punto, su primogénito iba camino de cumplir nueve años. Rafa Jr. sabía quién era su padre y le acompañó muchas veces a los entrenamientos del equipo nacional. El medallista olímpico nunca quiso imponer nada a sus hijos (tiene dos), por lo que les dejó volar libres. Rafita, como le apodaban en el equipo, se empapó del deporte hasta que un día decidió probar a ser él quien boxeaba. Los integrantes de la selección le ayudaban e incluso le iban poniendo manoplas. Ese camino progresivo cambió en la adolescencia, cuando Lozano Jr. le dijo a su padre que quería ser boxeador.
Criado, prácticamente, en el gimnasio, Rafita debutó muy pronto. Lo hizo con 14 años y tuvo que ser fuera de España. La reglamentación en ese instante no permitía boxear en nuestro país con esa edad. Poco le importaron las trabas. En ese momento su único objetivo era emular a su padre. Quería estar en un podio olímpico. Fue quemando etapas y logrando resultados, como el Europeo joven que ganó. Este 2024 pasó a ser, con tan sólo 19 años, parte del equipo élite. París parecía lejano porque tenía otros púgiles por delante y porque una lesión en el bíceps a finales de 2023 hacía impensable que pudiese estar en condiciones óptimas. Lo hizo. En abril logró ser bronce europeo. El metal le abrió la puerta del último clasificatorio en mayo. Clasificó y fue claro: "Sabía que sólo necesitaba una oportunidad. Tengo 19 años, pero sé muy bien cual es mi objetivo".
Con el oro entre ceja y ceja, el Balín debutó este martes en unos Juegos Olímpicos. Lo hizo con tres años menos que su padre, pero con el mismo coraje encima del ring. Lozano Jr. compite en la división más baja, al igual que hacía su progenitor. Su velocidad e inteligencia le hacen ser un púgil de futuro, aunque él está empeñado en demostrar que es presente. Sólo clasificaron 17 boxeadores en la categoría de 51 kilos. Era muy complicado entrar y una vez dentro, tras evitar la primera ronda en el sorteo, "sólo" necesitaba dos victorias para alcanzar la tan ansiada medalla. El australiano Yusuf Chothia, campeón de su continente, era el primer examen. Lo superó con nota. En su primera participación ya igualó lo que hizo su padre en Barcelona. Tiene el diploma asegurado, pero no parará hasta verse en el podio.
En el combate, Lozano Jr. mostró toda su calidad. El español tenía menos envergadura que su oponente, pero eso no fue un impedimento. El Balín se movía de manera constante, entraba para pegar dos o tres golpes y salía sin ser conectado. El plan de la esquina salió a la perfección y cuatro jueces le dieron el round al cordobés. En el segundo, Rafa dio una masterclass. Se movió, peleó desde lejos sin arriesgar y con el amago amargó a Chothia, que lucía sin idea. Fue mejor y los mismos cuatro jueces le dieron el parcial.
Quedaban tres minutos y la victoria era española. Había que dejar correr el reloj, y lo hizo. Se movió, sacó trabajo a la contra y con una guardia heterodoxa (manos abajo, como hacía en su tiempo Mayweather) no se llevó castigo. Lozano mareó al oceánico. Fue muy superior. Al llegar a la esquina, el boxeador tenía el mismo rostro que al entrar. Su padre le besó la cabeza. Lo había conseguido. Victoria por decisión dividida y la medalla está a sólo un paso. El Balín se la jugará el próximo viernes 2 de agosto (16:50) ante el dominicano Yunior Alcántara, quien partía cómo cuarto cabeza de serie tras ganar los Juegos Panamericanos en 2023.