Cuáles están considerados los mejores Juegos Olímpicos de la historia
Barcelona 92 supuso un antes y un después en la organización de una cita olímpica.
Los Juegos Olímpicos son el evento deportivo más importante del mundo. No hay nada que se les asemeje. Si bien es cierto que probablemente el Mundial de Fútbol pueda rivalizar en cuanto a atención mediática y seguimiento, la naturaleza multidisciplinar de la cita olímpica le hace ser algo único. También la mayor participación de deportistas y países. Cada cuatro años, el globo se paraliza para ver a los mejores del mundo competir en lo suyo. Con una atención que se reparte prácticamente a partes iguales entre todas las pruebas, además.
La primera edición de los Juegos Olímpicos contemporáneos se disputó en 1896 en Atenas. Fue una invención del Barón Pierre de Coubertin, quien quiso emular los llamados Juegos Olímpicos de la Grecia clásica. Se trató, claro, de una cita muy diferente al macroevento multimillonario que conocemos en la actualidad. Comenzando porque era un evento 100% amateur, algo lógico teniendo en cuenta el contexto histórico. También el mapamundi era muy diferente al presente. Existe la unanimidad internacional en señalar a Barcelona 92 como los primeros Juegos Olímpicos modernos. Para muchos, también los mejores de la historia. De hecho, Qatar está en búsqueda de organizar los que denomina "mejores Juegos Olímpicos" para el año 2036 y el país del Golfo Pérsico ha declarado que tiene como referencia los juegos españoles.
¿Cuáles son los mejores Juegos Olímpicos de la historia?
Barcelona 92 supuso un antes y un después de la historia de los Juegos Olímpicos. Hasta el punto que la cita española todavía es el estándar por el que se se rigen todos los eventos que han venido después en el tiempo. Por ese papel de punto absoluto en la historia de los Juegos, recurrentemente se considera a Barcelona 92 como los mejores Juegos Olímpicos de la historia. Motivos hay para ello sin caer en el chovinismo.
Para ser más rigurosos, quizá habría que hablar de Barcelona 92 como los Juegos Olímpicos más influyentes: todos los que han venido después han calcado, o implementado en el mejor de los casos, el modelo que se vio en España. Sobre todo, porque los de la capital catalana están considerados como los primeros Juegos profesionales de la historia. Pese a que el abandono del amateurismo fue un proceso progresivo, por ejemplo en Seúl 88 ya se permitió la presencia de los mejores tenistas del mundo, con el papel destacado de Steffi Graf, fue en Barcelona cuando el COI dio definitivamente su brazo a torcer.
El Dream Team como símbolo de unos nuevos Juegos Olímpicos
Actualmente, los Juegos Olímpicos se caracterizan por ser una constelación de estrellas del deporte. Todas ellas, deseosas de competir por su país y colgarse una medalla al cuello. Es parte del encanto de la cita, ver a grandes a los grandes tótems del negocio deportivo codearse en la Villa Olímpica con otros deportistas anónimos, todos ellos en aparente igualdad de condiciones. Sin duda, el principio de todo se sitúa en el Dream Team de Barcelona 92.
La Ciudad Condal vivió en primera persona el sueño colectivo de ver a auténticos iconos generaciones como Michael Jordan, Larry Bird y Magic Johnson jugar con un mismo uniforme. El impacto fue tal que más de tres décadas después, en París 2024, Estados Unidos va a repetir la fórmula. Lo hizo ya en Pekín 2008, con el llamado Reddem Team de Kobe Bryant, LeBron James Dwyane Wade o Carmelo Anthony. Ahora, el propio James, se ha unido a Stephen Curry y el resto de las principales estrellas estadounidenses de la NBA actual para juntar un nuevo equipo de leyenda para conseguir el ansiado oro olímpico. Una muestra más de la influencia que tuvo Barcelona 92 a nivel global.
La importancia geopolítica de Barcelona 92
Además, Barcelona 92 supuso el mejor reflejo de un mundo que en la década de los 90 estaba cambiando a toda velocidad. Aquellos Juegos Olímpicos fueron los primeros que se disputaron tras la caída del muro de Berlín. Así, Alemania mandó su primer equipo olímpico unificado desde 1962. En total 463 deportistas que consiguieron 82 medallas.
De hecho, los Juegos Olímpicos de Barcelona fueron los segundos de la historia que no sufrieron el boicot de ningún país. En los 80, las citas olímpicas habían estado claramente marcadas por la Guerra Fría. Estados Unidos no acudió a Moscú 80, mientras que los países soviéticos respondieron de la misma manera a Los Ángeles 84. Seúl 88, por su parte, fue boicoteado por Corea del Norte y varios países aliados como Cuba, Etiopía o Nicaragua. Sin embargo, nadie le dijo que no a la Ciudad Condal.
No obstante, no se debe obviar el contexto geopolítico en el que tuvo lugar los Juegos de Barcelona. Marcado, sobre todo por la Guerra de los Balcanes, entonces todavía activa. A Barcelona acudieron los recién creados comités olímpicos de Eslovenia, Croacia y Bosnia y Herzegovina. No lo hizo Serbia (todavía Yugoslavia), castigada por la comunidad internacional. No obstante, varios de sus deportistas compitieron bajo bandera neutral. Aquellos años también estuvieron marcados por la desintegración de la Unión Soviética. Barcelona 92 fueron los primeros Juegos a los que Estonia, Lituania y Letonia pudieron acudir de manera independiente desde 1936.
Más allá de Europa, los Juegos Olímpicos de Barcelona 92 también fueron los primeros a los que acudió Sudáfrica después de siete ediciones ausente sancionada por el Apartheid.
Barcelona 92 como espectáculo más allá del deporte
Además del profesionalismo o la apertura al mundo, Barcelona 92 también marcó el rumbo que los Juegos Olímpicos iban a adquirir como producto. El mejor ejemplo de ello fue la ceremonia de apertura, recordada por siempre por el encendido del pebetero con una flecha. Años después se supo que el arquero Antonio Rebollo no acertó, pero dio igual. El efecto fue todo un éxito, sobre todo si se compara con su precedente más inmediato, Seúl 88, donde el encendido de la llama olímpica supuso la incineración de varias palomas que descansaban dentro del pebetero.
El acto recibió el elogio internacional unánime. "Los Juegos más universales después de la guerra", tituló Le Monde. "En Barcelona se vivió un día de paz; la ceremonia fue fastuosa", apostilló La Repubblica. Desde Barcelona 92, la mayoría de ceremonias de apertura siguen un camino similar. Son utilizadas para celebrar la cultura local, al mismo tiempo que se busca ofrecer un espectáculo escénico repleto de música. Tras los de la Ciudad Condal, tanto Pekín 2008 como Londres 2012 han destacado en ambos aspectos.
¿Fue Pekín 2008 mejor que Barcelona 92?
En el debate recurrente sobre cuáles han sido los mejores Juegos Olímpicos de la historia, Pekín 2008 acumula muchos defensores. Basándose, sobre todo, en el aspecto deportivo. No en vano, además de un negocio multimillonario y un gran espectáculo, los JJ.OO. son fundamentalmente la competición más importante del mundo.
Pekín pasó a la historia por los ocho oros de Michael Phelps, así como las exhibiciones de Usain Bolt en los 100 y los 200 metros lisos, ambas con récord del mundo incluido. Sin duda, dos de las mayores exhibiciones individuales jamás ofrecidas en la historia de los Juegos. Rafael Nadal, oro en tenis, Leo Messi, oro con Argentina en fútbol, o el ya mencionado Redeem Team de baloncesto dieron lustre a una de las ediciones olímpicas más brillantes de la historia.
Los Juegos pequineses también resaltaron en lo que a organización e infraestructura se refiere. No en vano, hasta Tokio 2020 y su retraso a causa del Covid-19, fueron los Juegos más caros de la historia, con un presupuesto superior a 44.000 millones de dólares (el triple de lo que costó Atenas 2004). China se volcó con la cita y en tiempo récord construyó varios recintos icónicos, con especial mención al Nido del Pájaro, el espectacular estadio olímpico. Sin embargo, la adjudicación de la cita a China, país considerado de baja calidad democrática, hizo que el evento tuviese varias críticas desde su concepción.