París 2024 logrará una histórica paridad de género 124 años más tarde, pero no la igualdad
Será la primera cita olímpica en la que se alcance el 50% de mujeres deportistas.

La primera vez que las mujeres formaron parte de la expedición de unos Juegos Olímpicos como deportistas fue en París 1900. Supusieron el 2,2% de los participantes. Será precisamente en París 2024 , 124 años más tarde, cuando se consiga la ansiada paridad en la participación en cuanto a género, con un 50% de representación femenina. En concreto 5.250 atletas para cada sexo, con un total de 10.500 deportistas.
Un logro que celebra el Comité Olímpico Internacional (COI), tras años de compromiso y evolución en este aspecto, ya que el aumento del número de mujeres deportistas en los Juegos ha sido destacado en las últimas citas. Sobre todo desde Los Ángeles 1984, donde las mujeres representaron el 23% del total de los deportistas, en Londres 2012 se alcanzó el 44% y en Tokio 2020 el 48%.
Asimismo, París 2024 supondrá un gran avance en cuanto a oportunidades de ganar medalla, ya que se disputarán 152 eventos femeninos, 157 masculinos y 20 mixtos, por lo que más de la mitad de las competiciones tendrán deportistas mujeres. A su vez, el COI ha trabajado para que estos eventos se programen de manera justa con un calendario equilibrado en cuanto a la posibilidad de cubrir por igual en los medios de comunicación a hombres y mujeres. Además, desde el propio COI alientan a los Comités Olímpicos Nacionales para que formen parte de la lucha por la igualdad de género, por ejemplo animándoles a llevar representación mixta en los abanderados y que sean conjuntos, como ya sucedió en Tokio 2020 en el caso de España con el piragüista Saúl Craviotto y la nadadora Mireia Belmonte.
Ahead of International Women’s Day on 8 March, IOC is celebrating a monumental milestone coming up at the Olympic Games @Paris2024: for the first time ever, there will be full gender parity on the field of play. #GenderEqualOlympics#IWD2024
— IOC MEDIA (@iocmedia) March 5, 2024
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Pero este no debe ser el final del trabajo por la igualdad, ya que no hay que confundir esta con la paridad, que efectivamente es lo que se ha conseguido con el porcentaje de la participación. Cumplir solamente con la cuota de género no es suficiente. La brecha de género sigue existiendo y no se soluciona solo en el aspecto numérico. Es decir, la igualdad no reside solo en el número de participantes, sino también en las condiciones, normas, puestos técnicos, trabajo de base con las niñas y, cómo no, en las altas esferas de la gestión deportiva.
Diferencias en la normativa, condiciones y vestimenta
Las diferencias en las pruebas masculinas y femeninas impuestas por las federaciones internacionales son muchas. Las normas como la duración de la competición o las características de ciertos deportes dependiendo de su categoría, el equipamiento, el tamaño del material o del espacio, así como los requisitos que se piden, son difíciles de analizar en cuanto a si esto coincide con la realidad de la diferencia física o si son diferencias injustas. Cabe resaltar que la mayoría de personas que se encargan de tomar esas decisiones siguen siendo hombres. Por lo que hay una necesidad de identificar todas las diferencias y analizarlas.
No se trata tampoco de utilizar las características de las categorías masculinas como norma, sino que se ponga el foco en el motivo de la diferenciación de dicha normativa y si tiene justificación o, por el contrario, es una manera de bajar el nivel del deporte para la competición femenina y, como consecuencia, restarle valor.
El tema del uniforme sigue siendo polémico. Muchas deportistas ya han reclamado en varias ocasiones la incomodidad de competir con cierta vestimenta que en muchos casos ha llevado también a la sexualización de muchas de ellas. Este es otro de los aspectos a pulir en cuanto al trabajo por la igualdad. Casos como el de la selección de Noruega de balonmano playa, que en 2021 jugaron con pantalón en lugar del bikini que debían usar y las jugadoras fueron multadas por ello, deben servir de ejemplo para reflexionar sobre este asunto y su normativa.
Pocas mujeres directivas, entrenadoras y el problema de la conciliación familiar
La presencia femenina en un evento con tanto alcance como son los Juegos Olímpicos es necesaria para crear referentes y darle valor al deporte femenino, sobre todo en países en los que todavía hay un gran retraso en el trabajo por la igualdad. Tras el paso dado con las deportistas, se debe llegar también a ese punto en las entrenadoras y en altos cargos directivos. Sobre los puestos de poder en el propio COI, según un artículo de The New York Times, el 37,5% de personas que trabajan en la institución con sede en Lausana (Suiza) son mujeres, que están representadas en un 33,3% en la Junta Ejecutiva.
Respecto al papel de entrenadora, en Tokio 2020 tan solo hubo un 13% de mujeres dirigiendo a deportistas. La evolución es muy lenta, con un incremento de apenas un 3% en 13 años. Las entrenadoras también necesitan referentes y el camino para alcanzar la misma paridad que han alcanzado las deportistas es largo. El COI ya trabaja también en un plan específico para aumentar este número.
La conciliación familiar es otro de los debes para alcanzar la igualdad. En los últimos Juegos, la laureada estrella de la natación sincronizada española Ona Carbonell se quejó de las dificultades que sufrió para continuar con el ciclo de lactancia y llevar a su hijo con ella a Tokio. Tras esto, Carbonell, ahora presidenta de la Comisión 'Maternidad y Deporte' del Comité Olímpico español, propuso un plan para solucionar estos problemas que sufren las madres deportistas de cara a París 2024. Los mínimos que pide dicho plan son que los bebés entre 0 y 18 meses puedan estar con las madres en la villa olímpica, disponer de salas de lactancia y alimentación y congelar el ranking de las deportistas que se queden embarazadas.
El alcance del 50% de mujeres deportistas en estos Juegos Olímpicos de París 2024 es un logro reseñable, pero todavía son muchos los pasos que hay que seguir dando para llegar a la completa igualdad. Sobre todo en condiciones y aspectos que van más allá de cumplir con cuotas de género o de superficialidades que esconden todavía detalles que son importantes para acabar con la desigualdad. Pero si comparamos aquellos Juegos de París 1900 con estos que vendrán 124 años después, la igualdad entre los hombres y las mujeres en el deporte cada vez está más cerca.