No es porque sea fútbol femenino; es porque es Marta Vieira
La futbolista brasileña fue expulsada tras una escalofriante entrada a Olga Carmona.

En condiciones normales -o habituales, mejor dicho-, el mundo del fútbol se habría echado encima de Marta Vieira. Al borde del descanso del partido entre Brasil y España, la leyenda brasileña cortocircuitó. Marta estiró demasiado la pierna, impactando su bota en la cabeza de Olga Carmona. Por suerte, todo quedó en un susto y la lateral del Real Madrid salió ilesa del choque. Una acción impropia de una jugadora de la talla y la trayectoria de la brasileña. La imagen se convirtió en trending topic cuando todavía no había alcanzado el túnel de vestuarios.
Historia de los Juegos Olímpicos.
— Teledeporte (@teledeporte) July 31, 2024
Marta, seis veces ganadora del Balón de oro y doble medallista olímpica, se va a vestuarios desconsolada tras ser expulsada.
A sus 38 años, ha podido estar ante sus últimos instantes en unos Juegos. #ParisRTVE31J #Paris2024 pic.twitter.com/guNlAUtos9
Sin embargo, y más allá del primer juicio, todos los comentarios acerca de la acción desprendían un aroma a nostalgia. La expulsión era clarísima, pero nadie quería verla. Nadie quería que Marta Vieira se despidiese de sus últimos Juegos Olímpicos -los sextos- por la puerta de atrás.
Es difícil encontrar un equivalente a Marta en el fútbol masculino
Para muchos, la imagen recordaba a la del cabezazo de Zidane a Materazzi en la final del Mundial 2006, o a una más reciente: la entrada de Toni Kroos sobre Pedri en el último enfrentamiento entre españoles y alemanes de la Eurocopa. El encontronazo entre Zidane y Materazzi respondió a una provocación personal del italiano, tal y como ambos acabaron reconociendo y la acción entre Kroos y Pedri se saldó sin castigo para el alemán. A pesar de responder a diferentes motivos y con finales dispares, sí que había similitudes entre las tres acciones: tres leyendas del fútbol despidiéndose de su último gran torneo internacional. En el caso de ellos, además, disputaban sus últimos minutos con su país.
Pero las reacciones del mundo del fútbol fueron muy distintas: las aficiones rivales se abalanzaron sobre los dos primeros y abrazaron con compasión y cariño a la última. ¿Por qué? La primera lectura invita a a caer en el paternalismo y la condescendencia predominante, en muchas ocasiones, en el fútbol femenino. Desde esa perspectiva que las percibe como chicas que juegan al fútbol y no como futbolistas.
Sin embargo, para encontrar la respuesta -más profunda- al interrogante hay que pararse a analizar la figura de Marta Vieira. El fútbol femenino está cogiendo los vicios del masculino. Su crecimiento exponencial es lo que tiene y cada vez son menos las verdades universales: como el aura de Alexia Putellas, el carácter reivindicativo de Megan Rapinoe o la grandeza de Marta.
Este discurso es más que un discurso. No hace falta añadir nada más.
— Oier Bravo Diaz de Sarralde (@Oier_Bravo) June 24, 2019
Marta Vieira al caer eliminada con Brasil.#MundialFemeninopic.twitter.com/NeVts2L3e4
Las palabras de la elegida seis veces mejor jugadora del mundo nada más concluir los octavos de final del Mundial del 2019 en el que Brasil perdió ante Francia todavía resuenan: "No vais a tener una Marta para siempre, una Cristiane, una Formiga... Y el fútbol femenino depende de vosotras para sobrevivir", gritó al mundo.
Es difícil encontrar un equivalente a ella en el fútbol masculino. Al menos, en los últimos años. Pocos de ellos tuvieron que derribar tantas puertas como Marta. Es una especie de madre protectora del fútbol femenino. En el Mundial del 2014, el de Brasil, los seguidores cariocas tacharon el nombre de Neymar en sus camisetas para renombrarlas con el de Marta tras el humillante 7-1 que les endosó Alemania. Su camiseta, con el 10 a la espalda y con su nombre, decora el gimnasio privado de Vinicius. Al lado de la de Modric, Toni Kroos, Karim Benzema y Cristiano Ronaldo.
— Vini Jr. (@vinijr) July 26, 2024
Las últimas rivales en rendirse ante la grandeza de Marta han sido las españolas. Montse Tomé, la seleccionadora nacional, desveló su mención a la brasileña en la arenga previa al partido ante las cariocas. "Porque es y ha sido un referente para muchas jugadoras [...] Entonces, siento que ha abierto el camino con mucha antelación", reveló.
Patri Guijarro confesó que les había pedido perdón tras su escalofriante entrada a Olga Carmona. "Ha pedido perdón. De hecho, creo que estaba llorando por eso. Una pena por cómo ha sido, obviamente, leyenda para todas, para todos, pero bueno, no sé si será su último partido o no, pero siempre agradecerle por todo lo que ha dado al fútbol femenino", reconoció. "He crecido viéndola jugar, he crecido viendo a Marta como ídola", añadió Laia Codina.
Cuando Espen Eskås, el colegiado del partido, mostró la tarjeta roja a Marta, las acaloradas protestas de las futbolistas españolas tardaron un segundo en convertirse en compasión. Las caras de Ona Batlle y Laia Aleixandri siguiendo con la mirada la despedida del verde de Marta Vieira hablaban por sí solas. No es porque sea fútbol femenino. Es porque es Marta, la brasileña.