La pareja que hará historia en los Juegos con la gimnasia en trampolín: "¿Te has dado cuenta de lo que hemos hecho?"
Noemí Romero y David Vega serán los que representen a España en gimnasia en trampolín por primera vez en unos Juegos Olímpicos.

Hacer historia siendo los primeros españoles en conseguir una plaza olímpica en un deporte no se cuenta todos los días. Menos todavía si lo logras con tu pareja, el mismo día y con la misma posición clasificatoria. Es lo que han conseguido Noemí Romero y David Vega en gimnasia en trampolín, modalidad olímpica desde Sídney 2000, y en la que España debutará en estos Juegos Olímpicos.
"Yo no lo he asimilado, hasta que no me vea ahí y me visualice en competición, se me hace difícil creerme que lo hemos conseguido", expresa Romero. La gimnasta practica esta modalidad "de casualidad", cuando con seis años quiso seguir haciendo kárate, pero llegó una profesora sustituta con un trampolín chiquito y desde entonces no ha dejado de saltar.
Su pareja David Vega tuvo que esperar unas semanas para preguntarle "¿te has dado cuenta de lo que hemos hecho?". Subido a la cama elástica desde los nueve años, asegura que la clave ha sido "estar unidos y apoyarnos el uno al otro". Ambos consiguieron la plaza en la Copa del Mundo en Alemania en una jornada que les dejó en tensión y con dudas hasta el final.
"Pasé al límite a la semifinal. Estaba muy nervioso, por mucha experiencia que tengas hay mucha tensión. Fue un poco raro, gente que fallaba, gente que pensabas que no lo haría bien y lo hacía bien. Lo pasé fatal, cometí un error y sentí que se me había escapado, pero fue pasando gente y se caían. Al final me daban los puntos para clasificarme y no me lo creía, se me saltaron las lágrimas", cuenta Vega.
Para Romero también fue muy duro. "No pasé ni siquiera a la semifinal. Melania todavía competía y pasó a las semis. Dependía de su resultado que la plaza fuese suya o mía. Había muchísima tensión. Estaba en una montaña rusa de emociones, llorando por no poder competir, nerviosa, estaba hecha un flan. Cuando lo supe no podía más, no lo pude celebrar mucho por la tensión, por la gente que se quedaba fuera. Cuando me enteré por la de David fue también dudosa por su fallo. No sabía si darle un abrazo de consolación o de felicidad. Nos pusimos a llorar todos".
El peso del error y las lesiones
El error de Vega, precisamente, es algo común en esta disciplina y, en muchos casos, determinante. "Tienes el margen de fallar una vez. No le encuentras el sentido porque te has esforzado tanto y has sacrificado tanto que te afecta mucho. Trabajamos mucho con nuestro psicólogo deportivo para ganar confianza en competición y nos ayuda a que, cuando estamos ahí, seamos efectivos. La combinación de psicología, experiencia y entrenamientos ha hecho que lo podamos gestionar mejor, pero por mucho que te prepares, alguna competición va a ir mal".
A pesar del trabajo mental, la falta de confianza aparece a veces incluso para los mejores deportistas, como le pasó a David en la Copa del Mundo. "En las semis salí nervioso. Vi al tercero del mundo jugando a un juego con el móvil antes de salir, flipé. Dije, pero si este tío ahora deja el móvil y lo hace genial, ¿yo de qué me estoy preocupando? Eso me marcó mucho y me hizo quitarme la presión. Lo hice genial. A veces le damos mucha importancia a cosas que no hay que dárselas. Llevamos toda la vida entrenando, lo tenemos automatizado".
Gimnasia en trampolín es un deporte muy lesivo. El error muchas veces no solo te lleva a la derrota, sino a la lesión. Motivo también por el que trabajan mentalmente la confianza, ya que el miedo puede provocar el error y, por tanto, la lesión. "Finales de 2022 y principios de 2023 fue muy duro para mí porque tenía una lesión y venía de otra con operaciones de por medio, no salía. Se me hizo muy cuesta arriba. De hecho, en enero del año pasado lo iba a dejar. No me veía recompensada con todo lo que había hecho. Al final salí del paso", expresa Romero, que dice sentirse más relajada de cara a París respecto a los problemas físicos, después de su rotura de un dedo del pie.
El trauma de las lesiones provoca, desde las ganas de querer dejarlo de Romero, al miedo de Vega. "En enero quedaban dos copas y tenía que hacer un buen resultado. Tenía tanta presión que me perdí en el aire, como le decimos nosotros. Caí en picado contra la cama elástica". La confianza de David desapareció y estuvo varias semanas sin saltar. "Trabajé mucho e intenté motivarme con cualquier cosa, poco a poco fui remontando. Me quedé impresionado conmigo mismo". Noemí, resalta la importancia de la cabeza en cada ejercicio. "Como no vayas con todo, tienes muchas probabilidades de que salga mal, es un deporte de mucha fuerza mental".
Quizá en todo ese trabajo psicológico, también físico, con muchos entrenamientos y la unión de un gran grupo, esté la clave del alto nivel de la gimnasia en trampolín en España. "Estamos a un nivel increíble", describe Vega. La evolución de la modalidad es clara. "Hemos crecido muchísimo. Antes nadie contaba con España, pero a día de hoy estamos ahí", añade Romero. Tanto es así, que deportistas de otros países han pedido al seleccionador Guillermo Villa entrenar con ellos.
El potencial de España en esta disciplina, hasta ahora desconocida, pero que tendrá a todo un país pendiente en unos Juegos, hace que, por primera vez, la Federación Española de Gimnasia tenga representación en las tres modalidades olímpicas, junto a la rítmica y la artística.