Simone Biles deja atrás los fantasmas y ya deslumbra en París con unos vídeos clandestinos: "Es su camino de redención"
La estadounidense demuestra estar en plena forma en su toma de contacto con los aparatos en el suelo de París.

Simone Biles vuelve a brillar en unos Juegos. Nunca dejó de hacerlo, pero en Tokio los miedos y los fantasmas de la ansiedad le jugaron una mala pasada y privaron al mundo de una exhibición que se intuía antológica. El recital, sin embargo, lo dio fuera de la competición con una lección que ha cambiado el mundo del deporte y su percepción sobrehumana para siempre.
Biles decidió parar el mundo y bajarse. Lo que le esperaba en lo más alto del podio, en la cima de uno de sus vuelos, no era suficiente recompensa. Expuso sus demonios y frenó por su propio bien, para cuidar su salud mental, que en un deporte como la gimnasia deportiva es tan importante como la física para combatir los miedos que pueden bloquear una pirueta.
Llamó a su madre, le dijo que no podía hacerlo, que no estaba en disposición de competir, y volvió a Houston, junto a los suyos. Allí empezó a trabajar por favorecer las condiciones de los deportistas para no tener miedo de hablar de su salud mental, pero a la vez tenía la vista puesta en un objetivo deportivo: París 2024. Una cita que ya ha llegado y en la que ella es una de las grandes estrellas como demostró desde el primer día.

El Arena Bercy esperaba a la gimnasta, que deslumbró con su sonrisa y con sus ejercicios en el primer entrenamiento oficial en el recinto. Sólo era eso, una sesión de práctica, pero Biles no se dejó nada en el tintero: doble Yurchenko en el potro y el Biles 2 en suelo. Dos maniobras que avisan a sus rivales sobre su nivel y que no tardaron en correr como la pólvora por las redes sociales. El material clandestino (mucho tuvo que ser borrado) daba buena cuenta de su estado de forma en su regreso a unos Juegos tres años después y apenas un año después de su vuelta a la competición.
A Biles se la vio relajada en todo momento y atenta con sus compañeras. Con un maillot brillante y su característico moño alto y con un bolso con su nombre compuesto por brillantes, Biles se prepara para completar la misión que le quedó por hacer en Japón. Aunque la que allí hizo fue más importante.
"Creo que ahora mismo ella está en un buen momento y vuelve a estar encantada con la gimnasia. Lo está disfrutando y creo que esto es una redención para ella", aseguró la seleccionadora estadounidense Chellsie Memmel. "Si lo acepta o no depende de ella".

Igual que sólo depende de ella el número de eventos en el que va a participar, tal y como apuntó la entrenadora del equipo norteamericano, que confirmó que Biles no tiene porqué hacer los cuatro ejercicios del equipo si no siente que es lo mejor para ella. "Si eso es lo que necesita para seguir dando lo mejor de sí misma para el equipo y para ella misma, eso es lo que vamos a hacer porque todavía hay otros cuatro miembros en nuestro equipo. Lo que decida depende únicamente de ella".
Considerada por muchos como la mejor gimnasta de la historia, con 23 títulos mundiales, Biles llega de nuevo a París como una de las grandes protagonistas de los Juegos, y gran favorita a ampliar un brillante palmarés olímpico que acumula cuatro oros, una plata y dos bronces.