JJOO | GIMNASIA ARTÍSTICA

Simone Biles cuela una cama 2.0 en la Villa Olímpica: "Me senté y dije: ¡Dios mío!"

El equipo estadounidense no estaba contento con las camas de cartón y buscó unas camas de última generación.

Simone Biles, durante la clasificación de gimnasia artística./REUTERS
Simone Biles, durante la clasificación de gimnasia artística. REUTERS
José M. Amorós

José M. Amorós

"Las camas son durísimas, horribles. Me senté el primer día y me quedé clavada. Dije: ¿esto qué es? ¿cómo voy a dormir aquí?". Quien habla es Ana Pérez, la gimnasta española que ha competido en estos Juegos de París, sobre las camas de cartón de la Villa Olímpica. A su lado, su compañera Alba Petisco opina lo mismo: "Me tiene molida, pone la espalda muy tiesa". Es un mensaje habitual entre los deportistas que ven como la apuesta ecofriendly está minando su descanso y, lo más exigentes con su entorno de sueño, tienen serios problemas en encontrar el sueño.

La primera opinión del todopoderoso equipo estadounidense liderado por Simone Biles fue similar y la portavoz fue la entrenadora jefa: "Me senté y dije: ¡Dios mío!", confesaba a medios estadounidenses en el primer día de entrenamientos. Solo necesitaorn el primer vistazo para percatarse que aquellas no eran las mejores condiciones para sus estrellas y tomaron medidas: traer la comodidad a su apartamento de la Villa.

La encargda de logística Mary McDonald cerró un acuerdo exprés con la compañía especializada BedJet en material para mejorar el descanso y solicitaron que les hicieran llegar sus nuevas camas 2.0 en tiempo récord. Con experiencia en la colaboración con otros exigentes deportistas como varios jugadores de la NFL de fútbol americano, la empresa es una de las más reconocidas en la innovación de esta materia.

Habitación de Simone Biles en la Villa Olímpica de París. INSTAGRAM
Habitación de Simone Biles en la Villa Olímpica de París. INSTAGRAM

Justo para el inicio de los Juegos y horas antes de la inauguración, llegaron desde Estados Unidos varios sistemas de ayuda para Simone Biles y sus trece compañeros de la gimnasia de las barras y estrellas. Entre el kit especial para cada deportista aparecía un cubrecolchón que amortigua la dureza de la cama, un aparato que refrigera la temperatura del colchón permitiendo elegir la temperatura sobre la que dormir y una sábana patentada preparada para absorber rápidamente el calor corporal y el sudor atrapados en la cama. Llegó el alivio.

Tanto es así, que hasta las entrenadores pedían a gritos algo parecido para ellos y, como en el caso de Petisco, para sus castigadas espaldas. "Si consiguiera uno, estaría bastante emocionado", confesaba estos días en zona de prensa el técnico Jess Graba. "¿Vamos a conseguir alguno?", le 'exigía' a la responsable de logística.

La gimnasia no son las únicas estrellas estadounidenses que han solicitado ayuda para huir de las camas de cartón. El equipo de waterpolo femenino, que este lunes caía ante la selección española, también recibió sus propios cubrecholches buscando mayor comodidan. Estos movimientos se unen a los realizados por el propio comité olímpico estadounidense que, al confirmarse que la Villa Olímpica no tendría aire acondicionado, también compró aparatos portatiles para sus habitaciones.