Los 15 segundos de un vídeo a cámara rápida que desvelan un secreto del judo: "Comer un poco de hielo te ayuda"

El judo es mucho más que agarres, llaves, ippons y wazaris. Estos días en París, los representantes españoles viven en la sombra la preparación de su prueba siguiendo al pie de la letra el procedimiento de cada competición. Como cada deporte de contacto, los judokas se enfrentan a un estricto control del peso que les lleva a vivir imágenes 'privadas' que llamarían la atención de cualquiera que estos días ponga la tele para verles luchar por una medalla. Y se confirma cuando se graban.

El vídeo en cuestión es del pasado 14 de febrero, día de San Valentín, cuando Ariane Toro y su compañera en el equipo nacional de judo Mireia Lapuerta se preparan para competir en el Grand Slam de Bakú (Azerbaiyán), pero podría ser de hoy mismo. La imagen no tiene que ver con una cena romántica, tradicional de aquella noche; y es que las dos españolas aparecen con ropa en la puerta de una sauna mientras comen algo que no termina de distinguirse. Toro, más que Mireia, aparece con chaqueta y abrigada. Además, ambas están tapadas con una manta isotérmica, más conocida como 'papel de los accidentes' de color dorado y plateado en cada una de sus caras que se utiliza habitualmente en situaciones de emergencias.

Podrían estar haciendo tiempo para la hora de competir, pero no: están cortando peso, o lo que es lo mismo, bajándolo para cumplir con su categoría de peso el trámite de la báscula la noche previa a su prueba. Una de las primeras cosas que buscan al llegar a cualquier sede de competición es si hay sauna. A veces, las hay; otras veces las hay pero puede haber una cola como si aquello fuera una discoteca de moda en Ibiza como puede ocurrir en la Villa Olímpica; o directamente no hay y se sustituye por creatividad.

La creatividad va desde encender la calefacción al máximo hasta abrir el grifo de agua caliente en el baño tapando cualquier rendija de ventilación para crear el 'efecto sauna'. En Bakú, el hotel facilitó el trabajo teniendo un recinto perfecto para el proceso que explica Ariane, la joven que ha irrumpido en panorama internacional en los últimos meses: "Estábamos en la puerta de la sauna. Allí entramos con ropa para sudar bien, hay gente que le gusta entrar con ropa y otros que no. Cada uno tiene sus métodos".

"Dentro aguantamos lo que podemos, intentamos aguantar tres minutos", recuerda la debutante en unos Juegos Olímpicos a Relevo. "Salir y recuperar un poco tomando un poco de hielo. Al final estás seca y en la boca ya no tienes saliva, ni tienes nada. Tomar un poco de hielo te ayuda y luego entrar de nuevo en la sauna. 

El proceso termina siempre en un éxito y la experiencia les lleva a saber ajustar, porque la navarra confirma que suele intentar ajustarse "a los 52,00": "Sin beber mucho, comiendo un poco de hielo y poco más, bajo 2 kilos el penúltimo día previo a la competición y luego otro kilo el día del pesaje". La imagen es llamativa para los ajenos a este mundo, aunque es el día a día habitual de los judokas de cara a sus grandes citas. Durante el ciclo, se han dejado ver este tipo de imágenes en las redes sociales de los judokas españoles, también con ejemplos en los pesos más bajos, como Laura Martínez, la más liviana de todo el equipo español en París.

La parte buena de ser judoka es que, a diferencia del largo calvario por el que pasarán los boxeadores que tendrán que aguantar el peso durante los 14 días de competición si llegan a la final, en el judo todo se juega en un día. Desde la ronda de debut a primera hora de la mañana a las finales de la tarde-noche tras haber cumplido en el pesaje la noche anterior.