ENTREVISTA (2ª PARTE)

Manuel Cobo cuenta los secretos de las candidaturas olímpicas de Madrid: "En Singapur la reina Sofía se cayó en el ensayo y no dijo nada"

El vicealcalde de Madrid fue una de las personas más implicadas en las dos primeras candidaturas sin premio de la capital.

Manuel Cobo, tras la entrevista con Relevo. /SALVADOR FENOLL
Manuel Cobo, tras la entrevista con Relevo. SALVADOR FENOLL
Gonzalo Cabeza
Salvador Fenoll

Gonzalo Cabeza y Salvador Fenoll

Cuando Alberto Ruiz-Gallardón llegó al Ayuntamiento de Madrid la ciudad ya estaba embarcada en la candidatura olímpica para buscar los Juegos del 2012. Manuel Cobo, su mano derecha, fue uno de los más implicados en terminar aquel intento y buscar suerte también en 2016. Eso supone muchos años de trabajo, de relaciones y contactos, de chocar contra el nunca fácil Comité Olímpico. Lo cuenta en Relevo como nunca lo había contado antes.

Lo primero es un recuerdo sobre cómo empieza. Vosotros todavía no estabais en el Ayuntamiento, el alcalde era todavía Álvarez del Manzano, pero sí estabais en la Comunidad de Madrid, y por cómo funciona este país un proyecto así es inviable sin la coordinación entre administraciones. ¿Cómo arranca todo?

España tuvo un gran éxito con los Juegos Olímpicos de Barcelona y son los únicos Juegos Olímpicos que se habían celebrado en España. Es el Ayuntamiento de Madrid de José María Álvarez de Manzano con su teniente de alcalde, Ignacio del Río, los que tienen esta idea. Hablan con Juan Antonio Samaranch, que es la mayor referencia que ha tenido España en el deporte, hoy su hijo es vicepresidente del Comité Olímpico Internacional, y se inicia de esta manera presentando la candidatura para los Juegos Olímpicos del año 2012. Año 2001 creo que es cuando inicia pero claro, en el 2003 el nuevo alcalde es Alberto Ruiz-Gallardón y heredamos esta aventura. El gerente de aquella etapa, que siguió con nosotros, es Feliciano Mayoral.

Claro, las candidaturas para los Juegos Olímpicos de 2012 son unas ciudades pequeñas que son Nueva York, Moscú, Londres, París y Madrid. Casi lo repito para que nos hagamos una idea: Nueva York, Moscú, Londres, París y Madrid. Qué cuatro rivales.

Madrid se vuelca en hacer acontecimientos deportivos porque puntuaba mucho y venían los miembros del Comité Olímpico Internacional. Hay muchas reglas en el Comité Olímpico Internacional, algunas absurdas, nosotros no podíamos ir a visitar a un miembro del Comité Olímpico. Después del escándalo que hubo en Estados Unidos con la compra de votos, etcétera, no sé qué historias, que no voy a entrar en ellas, se establecieron medidas de ese tipo, pero sí podías hablar con los miembros del Comité Olímpico Internacional en competiciones deportivas y por eso nos interesaba mucho tener muchas competiciones.

Yo me acuerdo que hicimos de los deportes mayoritarios y de los minoritarios, hacías competiciones de voleibol, de judo, campeonatos de Europa... optábamos a todo. Marisol Casado es hoy miembro del Comité Olímpico Internacional, yo creo que gracias a las muchas competiciones que organizamos en Madrid en aquella candidatura y que hizo que tuviera una expansión internacional. Bueno, nosotros empezamos a trabajar con mucha humildad, cuando recibimos aquel proyecto no éramos expertos, pero en los contactos que íbamos teniendo veíamos que Madrid tenía posibilidades y teníamos ese apoyo de Juan Antonio Samaranch, que todavía tenía muchas referencias positivas entre los miembros CIO.

Hay que recordar, y decir para la gente que no lo sepa, que los votos que se produjeran en su día iban a ser secretos. No he conocido un organismo que ofrezca más votos, que los miembros del Comité Olímpico dicen que van a votar a no sé qué ciudad, y resulta que si sumas todos los compromisos que había sumaban tres veces más que los miembros que son. El caso más llamativo fue con la candidatura de Chicago, en la candidatura del 16.

Nosotros llegamos en una situación muy, muy, muy favorable para conseguir los Juegos Olímpicos. Y creo, y no me equivoco, que Juan Antonio Samaranch murió pensando quién le había fallado, porque teníamos más votos de los que al final sacamos. Tenía más votos comprometidos Juan Antonio Samaranch, pero no de los que sabíamos que te lo decían por decir, sino de los que él se fiaba.

Ocurrió un hecho único en Singapur, que fue donde se celebró aquella reunión del Comité Olímpico Internacional, que en ese voto telemático que hacen los miembros, primero cayó Moscú. Después cayó Nueva York y quedábamos tres ciudades.

Se produce la votación y un miembro del COI, un miembro griego, levanta la mano y dice 'perdón, me he equivocado, he pulsado el 2', que era París, en lugar del 3, que quería votar, que era Madrid'. El presidente le dice que no se puede repetir la votación. Sé que es verdad que se ha equivocado, porque si no se hubiera equivocado no tiene que decirlo y nadie sabría si ha votado a París o a Madrid, nosotros no lo sabríamos. Pero él en conciencia quería votar a Madrid.

Bueno, pasaron a la final París y Londres, París tuvo un solo voto más que Madrid. Este señor se había equivocado, hubiéramos tenido uno más nosotros, uno menos París, y yo creo, estas cosas nunca puedes asegurarlas, pero pueden creerme, y Juan Antonio Samaranch también lo creía, que hubiéramos ganado la final a Londres porque todos los que votaban a París, todos los 'parisinos' en esta opción de los Juegos Olímpicos, preferían Madrid que Londres, como todos los 'londinenses' preferían a Madrid. Había mucho enfrentamieto entre París y Londres, entre otras cosas porque Londres y París habían tenido cada una dos Juegos Olímpicos. Había un pique entre las dos ciudades, es decir, hubieran preferido a un tercero que a su adversario olímpico, y por ese voto no ganamos. Fue la que estuvimos más cerca de ganar, un voto por error de un miembro griego de la candidatura que nos impidió estar en aquella final.

¿Y cuátro años más tarde?

Luego estuvimos en la final de los del 16, que ganó Río, ahí sí vencimos a los anteriores rivales, entre otros a Chicago, que también hay que contarlo porque esto es histórico. Estábamos, como pasa siempre cuando se celebra esta reunión, todos los miembros CIO y todos haciendo lobby en los hoteles y tal. Como un mes antes se comentaba que si Obama, que era de Chicago, era su ciudad, iba a Copenhague, no teníamos nada que hacer. Es imposible ganar a Obama, que era el primer presidente de color que tenía Estados Unidos. Acababa de ganar, tenía una aureola en el mundo tremenda.

Bueno, no es seguro que venga Obama y tal, muy pocos días antes, viene Michelle Obama, viene su mujer. Se cuenta, porque hay testigos, que tiene el día antes de la votación una reunión con cena o algo parecido, con 60 miembros CIO, de los cuales 40 le comprometen su voto. 40. Y resulta que al día siguiente también viene Obama. Bueno, que la ciudad quedó absolutamente bloqueada, no se podía circular, creíamos que no llegábamos a la presentación porque, tremendo, viene el presidente de Estados Unidos.

Después de la presentación de Estados Unidos hubo un café, no sé si 150 miembros CIO le pidieron fotos a Obama. La primera ciudad eliminada, Chicago [risas]. La primera ciudad eliminada, a pesar de que tenía no sé cuántos votos comprometidos.

Y ahí ganó Río. Se comenta, no voy a entrar, está publicado, de algunas cosas raras, pero aparte de esas cosas raras, nos ganó un mapa. El mapa que presentó la candidatura de Río era Juegos Olímpicos en Europa, todo lleno de puntos, Juegos Olímpicos en Norteamérica, incluido México, todo lleno de puntos, Asia unos cuantos puntos, Sudamérica ningún punto. No había habido nunca Juegos Olímpicos en Sudamérica y eso hizo que muchos miembros de CIO les votaran, aparte de otras cuestiones de las que no voy a entrar, de cosas raras que parece que ocurrieron. Me he enrollado mucho con lo de los Juegos, pero es verdad que fueron unos años muy intensos.

¿Cómo son los miembros del COI? La caricatura que se hace de ellos es algo particular, una especie de aristocracia, mucho miembro de casas reales, gente alejada del mundo corriente... A ti te tocó tratar de convencerles.

Es que es tan variopinto... Hay muchos miembros de Casa Real, había no sé si eran veinte o veintitantos, que es un cuerpo muy importante. Alberto de Mónaco, que nunca olvidaremos lo 'bien' que estuvo en aquella pregunta que hizo sobre el terrorismo en Singapur, preguntó por el terrorismo de ETA. En el avión de vuelta, cuando veníamos, nos enteramos de aquel tremendo atentado en Londres con decenas de muertos, que pensamos 'qué curiosa la vida, que una de las preguntas más... cabronas que se podían hacer era hablar de la posibilidad de un atentado terrorista en los Juegos'. Y eso lo hizo Alberto de Mónaco.

Había exatletas muy conocidos y muy importantes, Serguéi Bubka, el pertiguista, y otros muchos, y luego había otros que eran gestores, presidentes de federaciones...

Yo me acuerdo de dos, que tengo que citar, sui generis y que además tienen que ver con nosotros, que eran los hermanos Vázquez Raña. Mario y Olegario. Mario era un hombre, murió ya, que manejaba todos los hilos con el mundo olímpico, porque manejaba las finanzas del Comité Olímpico, era el que ponía dinero en países africanos, en Sudamérica...

El rumor es que Mario dudaban si había votado a Río o a Madrid, y Olegario era, vamos, Madrid, Madrid, Madrid. Personas riquísimas, ricos de México, y originarios de un pueblecito de Orense, que se llama Avión. Yo he estado en Avión con Alberto Ruiz-Gallardón y con Alberto Núñez Feijó, que era presidente de Galicia, un mes de agosto en la casa de Mario Vázquez Raña. Ahora ya se puede contar, porque no se podía ir, pero fuimos a la casa de Mario Vázquez Raña para hacer todo el lobby que pudiéramos, y me acuerdo que puso un cocido en el mes de agosto, el hombre, tremendo. Mario Vázquez Raña era un personaje... nada que ver con ese mundo aristocrático, una familia muy pobre, emigrante, gallega, pero que seguían teniendo su casa en el pueblo.

Es muy complejo, muy complejo. Reitero que había muchos compromisos de mucha gente. Es más fácil decirte 'te voy a votar' a decir que 'no te voy a votar', entonces tenías mucha gente que te decía que sí. Pero vuelvo a lo de Madrid 2012, Juan Antonio Samaranch, que si les conocía bien, en sus cálculos salía que sí. Te puedes imaginar la cantidad de veces que hicimos esa lista de 'este no, esté seguro, esté seguro que nos vota, este nos ha dicho que sí pero dudamos' pero aún así entre los seguros Madrid ganaba. No ganamos en el 12 y en el 16 fue mucho más complicado.

Fue muy célebre aquella pregunta de Alberto de Mónaco, recuerdo el dolor que produjo en la opinión pública y, por lo que dices, en vosotros personalmente. Visto con la perspectiva del tiempo, sin embargo, la entiendo, ¿no tiene sentido preguntar por el terrorismo a una ciudad y un país que tenían un pasado muy complejo en ese sentido?

Creo que él está arrepentido, por lo que me han contado después. Hubo mucho tiempo, mucha elaboración de informes de todo tipo, un trabajo muy serio en el que Madrid tuvo la mejor nota de las candidatas. Cuando se hacía todo este trabajo se valoraba mucho, y yo entiendo que ahí sí se pudiera hacer, pero no en la presentación. La presentación consiste el 90% en lo que cuentan los que presentamos la ciudad, el Rey de España, el Príncipe en otro momento, la Reina, en Singapur, el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, el alcalde de la ciudad, el presidente del Comité Olímpico...

Yo entiendo que las dos o tres preguntas que se hacen, que no se hacen más, son preguntas más generales. Esa pregunta fue una flecha y no es en ese momento. En ese momento ya tiene que estar todo eso visto. Una pregunta que hacía daño, recordar lo que ocurrió en Madrid [fue un año después del atentado de Atocha]. España tenía un lastre muy grande, lo había tenido durante muchos años con el terrorismo de ETA, que no vamos a olvidar nunca, pero no en ese momento, no el día de la presentación de la candidatura. No era el tiempo para hacer esa pregunta.

Otro de los lastres en aquella época era el dopaje. ¿Era posible que le dieran unos Juegos a Madrid con el pasado reciente que tenía España en ese campo, con una Operación Puerto cerrada en falso y una mala imagen en todo el mundo?

Trabajamos mucho en esa cuestión y hubo varias visitas, algunas públicas, de miembros COI y luego muchos contactos técnicos cuando haces un informe. Se trabajó mucho en el tema, en todo aquello que tenía que ver con posibles déficits fue donde más esfuerzo se hizo.

Todo el equipo que lideraba el Ayuntamiento de Madrid, en el que estaba también el Comité Olímpico, trató de paliar esos efectos negativos. En mi opinión, no fue lo decisivo. Yo no me olvidaré nunca de ese voto que fue a París y no fue a Madrid, como quería el miembro griego. Fue tremendo.

Mira, te voy a contar otra cosa, otra anécdota, porque hay que contar cosas que se han vivido y que no se han contado. En Singapur, fue la Reina Sofía la que vino. El día anterior tuvimos como dos horas y media cada ciudad en el mismo escenario, donde se iban a desarrollar el día siguiente las presentaciones de la candidatura, todos los ensayos para tener los vídeos que ibas a poner, todas las intervenciones... Hicimos un ensayo general y ahí intervino su majestad la Reina Sofía. Al día siguiente, una vez que se hace la presentación, nos dice la Reina, 'no he podido dormir en toda la noche'. ¿Y eso, señora?. 'Es que en uno de los descansos que hicimos, fui al cuarto de baño, me caí, tengo la cadera con un dolor tremendo, un moratón enorme y toda mi preocupación era no poder hacer la presentación'. No dijo nada del dolor que tenía, se lo tragó ella sola. Bueno, toda mi admiración, ya la tenía, pero desde ese día a la Reina Sofía por involucrarse de la forma en la que te estoy contando con la candidatura en los Juegos Olímpicos. Ese anécdota también la viví yo en mérito de la reina Sofía.

La Casa Real estuvo bien representada. El Rey emérito Juan Carlos, la Reina, y los Príncipes que fueron a Buenos Aires, en esa época ya no estaba yo en el Ayuntamiento, en la última de las candidaturas que presentó Madrid. O sea, la Casa Real se implicó siempre. El Gobierno también, ¿eh? Y el gobierno de la Comunidad, por supuesto.

Esa coordinación entre administraciones es importante. Hoy se habla mucho de la crispación y la división política, aunque es algo que siempre ha ocurrido. Sin embargo, el recuerdo sobre aquellas candidaturas es que existió un consenso amplio, sin importar los colores políticos.

Sí. Te hablo fundamentalmente del 12 y el 16, que son las que viví, pero la siguiente también. En el Ayuntamiento había tres partidos políticos, y primero con Trinidad Jiménez e Inés Sabanés, PSOE e Izquierda Unida, y luego con Jaime Lissavetzky y Ángel Pérez, no hubo ningún problema. Oye, ellos preguntaban, te decían algunas cuestiones que querían incorporar en la candidatura. Participaron de la candidatura.

Con la Comunidad de Madrid, que en ese caso sí era también del mismo color político que nosotros, no hubo ningún problema, y eso que hubo discrepancias, son públicas, no descubro nada, con Esperanza Aguirre en otras cuestiones en las que no voy a entrar, pero en el tema Juegos no hubo ningún problema. Y con el Gobierno de España, en la época previa con José María Aznar y cuando entra Rodríguez Zapatero, tampoco hubo ningún problema, ni luego con Mariano Rajoy.

Es decir, no hubo esa distinción, cosa que se echa de menos en estos tiempos, por el color político. La candidatura fue apoyada. Luego, además, yo me acuerdo también, por ejemplo, de que las sedes de vela, obviamente, y las de fútbol eran otras muchas ciudades: Baleares o Córdoba, o Zaragoza. También en ellas hubo apoyo.

¿Hubo un exceso de triunfalismo? Tengo el recuerdo de que la prensa en las tres ocasiones dio por hecha la victoria, quizá nos faltaba también cierto conocimiento de cómo nos veían fuera. Estuvo cerca, pero fue no.

Bueno, muchas veces, casi lo has dicho, pero yo te lo remato, el exceso de triunfalismo está más en medios que en los propios interesados, porque aquí había bastante más temblor y más preocupación. Nosotros, de las dos en las que yo participé, en la primera sí creíamos que se conseguía, pero sin ningún triunfalismo, esto como el Real Madrid, hasta que no llegas a la votación, en ningún caso pensamos 'esto, está hecho'. No, al revés, cuidado, cuidado, cuidado.

Y en el caso de Río... al revés. Primero, en el caso de Río hubo una circunstancia, una cierta presión por parte de Alejandro Blanco antes de la candidatura: 'Madrid tiene que volver a presentarse'. Había un elemento que estaba en nuestra contra, que no está escrito en ningún sitio, pero que no había en dos continentes dos Juegos seguidos nunca. Se los habían dado a Londres y en la siguiente Madrid era muy complicado. O

Y luego lo que te he dicho de qué Sudamérica no había tenido. España había tenido unas, pero es que ni Brasil, ni Argentina, ni Chile, ni Uruguay, ningún país sudamericano. Ningún triunfalismo. En la tercera, en la que ya no participamos, sí hubo una gran decepción porque caímos los primeros. Empatamos, si no recuerdo mal, con Estambul y en el desempate quedamos fuera. No llegamos ni a la final, que fue Estambul-Tokio. Yo en esa no estaba dentro de la candidatura, pero tampoco creo que hubiera triunfalismo.

Tengo alguna foto de esas que me gusta mucho, aunque en fin, han sido muchos años en política y he conocido a mucha gente, pero en esa primera candidatura en Singapur, ver a Indurain, ver a Raúl, ver a Gasol, ver a todos los deportistas españoles también volcados con la candidatura olímpica... Me has preguntado y te he contestado, todas las administraciones públicas, fueran del color que fueran, la Casa Real, el Gobierno de España, los deportistas, todos estaban detrás de aquella candidatura. Fue frustrante, porque sobre todo en los Juegos del 2012 estuvimos muy cerquita, pero al mismo tiempo fue muy satisfactorio.

¿Qué tal con Alejandro Blanco?

Hombre, fíjate, la ciudad que tiene unos Juegos es una gran beneficiada, pero el otro gran beneficiado es el Comité Olímpico Nacional. Alejandro Blanco se volcó en los Juegos. En el caso de los primeros fue con, no quiero equivocarme en el nombre, José María Echevarría y luego las siguientes ya fue con Alejandro Blanco. En las dos primeras, la gestión de la candidatura se hizo en el Ayuntamiento, dependía del alcalde y fue en mi área, en vicealcaldía, donde se pilotaba esa gestión. En el caso de la tercera, ya con Ana Botella de alcaldesa, esa gestión fue más del Comité Olímpico, pero yo en esa ya no estuve.

¿Cómo se usa la Casa Real en esto? Porque antes hablábamos de que había mucha gente de las casas reales y además es una familia muy olímpica. ¿Se dejan? Cuando se hace lobby, que es una frase que quedó grabada ¿Se puede echar mano de ellos?

Pues mira, son fundamentales, sobre todo por la buena imagen que tienen y por sus contactos. Es muy difícil hablar con, por ejemplo, la princesa Ana de la de Casa Real inglesa. Pues claro, ni Feliciano Mayoral, que era el director de la candidatura, ni siquiera el alcalde de Madrid, tenían la relación que tiene el rey Juan Carlos o la reina Sofía, o el príncipe. Eran muy importantes en esa labor. Y luego también, para los que no eran Casa Real, eran personas con mucho respeto en todos los miembros del Comité Olímpico Internacional.

¿Qué dejó de ganar Madrid?

Eso nunca sé decir... lo que hubiera sido. Vamos a ver, Madrid ha seguido como un tiro sin Juegos. Madrid, en fin, yo creo que los que más valoran, como pasa muchas veces en la vida a una ciudad, son los que vienen de fuera. Y los que vienen de fuera y hablan de Madrid, pues la transformación que ha tenido la ciudad ha sido tremenda. Es una ciudad maravillosa, pero es verdad que la experiencia decía, y creo que se puede estar perdiendo en los últimos años, que las ciudades ganaban una imagen en el mundo. Lo de Barcelona quizás es el mejor ejemplo, pero también hubo una transformación de la ciudad muy grande.

Madrid, aun sin los Juegos, se ha seguido transformando igual. Es decir, todas estas grandes obras de las que hemos hablado, de las que se hicieron, de las que se están haciendo, se han hecho sin Juegos Olímpicos. Ver espacios que estaban infrautilizados como Matadero. Las instalaciones para el mundo de la cultura que tiene Matadero, que mucha gente no las conoce, se han hecho sin los Juegos. Ha perdido algo, pero tampoco nos ha cambiado la vida, la vida ha seguido mejorando la ciudad de Madrid, aun no teniendo los juegos.

La crítica dice que fue un proyecto farónico, que se intentó tres veces para ganar y no se consiguió.

Me ha encantado el verbo. El verbo más utilizado por alguna crítica a Alberto Ruiz-Gallardón era obras faraónicas. Ya, pero resulta, mira, que la obra más faraónica era el soterramiento de la M-30. Esto es una obra faraónica. Y llegamos, nos endeudamos, porque no podíamos, no había dinero para tanto, llegamos hasta un cierto sitio. Y era faraónico. Resulta que cuando acabamos, los que están a continuación, a donde ya no pudimos llegar, aquí hay que hacerlo también. Cosa que va a hacer Almeida ahora. Y estoy hablando de la carretera de Extremadura. ¿Pero no era tan faraónico, no era tan exagerado? Y resulta que queremos más de esto.

Madrid ha tenido, reitero, lo tengo que decir, empezó con Manzano en túneles de la ciudad que los utilizamos todos los días: Cristo Rey, Plaza Castilla y tal. Pero claro, cuando llegó Alberto Ruiz-Gallardón, que es el político que yo he conocido con mayor ambición de hacer cosas, no de llegar a sitios ni de estar en sitios, sino de hacer, pues claro, se produjo esa transformación.

¿Que hemos perdido? pues yo no sé si esa imagen en el mundo, que la hemos ido ganando con otras cosas, pero que el impacto de unos Juegos Olímpicos es muy potente. No sé medir lo que hemos perdido.

¿Es muy cara una candidatura?

Sí, es muy caro. Hice un par de viajes, para hablar con miembros CIO, y al mismo tiempo estuve en Argentina y Uruguay. El alcalde de Buenos Aires se llamaba en aquel momento Macri, luego fue presidente, quería verme para que le contara un poco lo que es el coste y lo que había que hacer y tal. Y vamos, cuando yo le conté lo que había que hacer, me dijo 'olvídese porque Argentina, Buenos Aires, no va a presentar ninguna candidatura'. Sí es caro.

Y en algún momento había mayor repercusión. También hay que ver el COI, que cada vez es más leonino, ahí sí que las negociaciones son durísimas, porque el gran ingreso, que es la televisión fundamentalmente, se lo quiere quedar en exclusiva, no quiere que participe ni mucho menos la ciudad. Es decir, es caro.

El balance personal sobre todo lo que pasó, ¿es positivo? Tiene un coste importante, ¿En algún momento pensasteis que se podrían haber hecho otras cosas en lugar de meterse en esto?

No, en la vida no vale, y vuelvo al fútbol, porque yo digo muchas veces que el fútbol es igual que la política, no vale solamente hacer las valoraciones por el resultado. Si solamente miras el resultado es un gran error. Entonces, yo creo que sí mereció la pena el esfuerzo. Obviamente te queda esa insatisfacción de no haberlo conseguido.

Errores, seguro que cometimos errores, es imposible con la cantidad de cosas que había que hacer. Toda esta candidatura era a la vez que gestionábamos el resto de la ciudad. Era la vez que hacíamos el soterramiento de la M-30 y era la vez que tenían que funcionar los autobuses y todo el resto de cosas que había que hacer. Yo no tengo ningún tipo de arrepentimiento. Si hoy me planteas ¿merece la pena hoy? ¿qué aconsejarías? No me atrevo a decirlo. Habría que hacer números otra vez, ver cuál es el coste en este momento, cuáles son las exigencias del Comité Olímpico. No lo sé, no sé si hoy lo haría.