Nadia Comaneci desvela cómo se gestó la icónica imagen junto a Nadal, Serena y Carl Lewis: "Le dije a Rafael que me sujetara"

José M. Amorós

Publicado20 de octubre de 2024, 19:30 h

• Link
• Whatsapp
• X

Los Juegos Olímpicos de París dejaron mucha imágenes para la historia, muchas de ellas en la ceremonia inaugural pero no cabe duda que quizás la más icónica tuvo a cuatro leyendas del deporte como protagonistas. Serena Williams, Carl Lewis y Nadia Comaneci acompañaban a Rafa Nadal, uno de los últimos portadores de la antorcha, en un barco recorriendo el río Sena en busca del misterioso lugar del encendido de la llama.

De esa imagen, justo porterior a que la leyenda española del tenis recogiera el pebetero de las manos de Zinedine Zidane, hay muchos secretos que todavía no se conocen. Sobre todo, del cómo se gestó tal convocatoria de deportistas reconocidos a nivel mundial en una misma noche y un mismo lugar. "Me avisaron unos pocos días antes", desvela Comaneci a Relevo durante los II Juegos Inclusivos organizados por la Fundación Sanitas de los que es embajadora. "Pero no sabía exactamente quién iba a estar, ni qué iba a hacer exactamente y además, no le podía decir a nadie que yo iba a estar ahí". La idea, surgida desde el seno del comité organizador, fue puesta en escena en un lugar mágico por parte del director artístico de la ceremonia Thomas Joly.

Casi como de una operación de los servicios secretos, Comaneci ni siquiera sabía con quién iba a compartir protagonismo durante uno de los momentos más atractivos de los Juegos, ni qué habían pensado para ella, la única gimnasta con un 10 en unos Juegos. "Sabía que iba a participar, pero no sabía demasiado", prosigue antes de desvelar que antes de montarse en aquel barco solo pudo enterarse de uno de sus 'compañeros de viaje': "Me enteré que también estaría Carl Lewis, al que conozco desde hace 40 años".

Posteriormente, apareció la siguiente invitada a una instantánea para la historia: "Era una persona que ha cambiado el juego y el deporte: Serena Williams. ¡Todo el mundo conoce a Serena!". Era entonces cuando Carl, Serena y Nadia esperaban pacientemente en un ténue embarcadero parisino qué iba a ocurrir a eso de las 11 de la noche junto a la Torre Eiffel, junto al Puente de Jena.

"Sabíamos que iban a traer la antorcha, pero lo único que no sabíamos era la persona que la iba a venir y no lo supimos hasta muy pocos minutos antes", relata Nadia. "¡Nadal! Es un amigo muy querido, lo amo muchísimo. Ahora escuché que quiere retirarse...".

"Era un gran honor estar allí en un barco junto a tantas leyendas", recuerda antes de contar detalles de lo que pasó en aquellos minutos surcando las aguas: "Nos divertimos mucho porque estaba lloviendo, el barco se movía y dijimos que no nos íbamos a olvidar de esto por el resto de nuestras vidas". El viaje de unos 10 minutos, donde Nadal decidió compartir la antorcha con sus compañeros, que saludaban con emoción al público que aguantaba la tormenta.

Fue entonces cuando surgió uno de los momentos más curiosos, con Comaneci y Nadal como protagonistas: "Le dije a Rafael que, si me iba a un lado, 'por favor, Rafa, ayúdame a no perder el equilibrio". No fue una aventura fácil y solo hay que ver cómo terminaron de empapados los cuatro 'grandes' después de entregar la antorcha en el embarcadero junto al Jardín de las Tullerías.

Sin duda y como expresa la propia leyenda del deporte, lo que no cabe duda es que fue un buen gesto del comité organizador y de Francia en general, que otorgaron protagonismo a héroes deportivos de otros países — un español, una rumana y dos estadounidenses — en lugar de más grandes nombres de su propio país en el momento más visto de su cita olímpica. "Fue increíble formar parte de esa imagen de leyendas", zanja Nadia con una gran sonrisa.

Jonathan Edwards siembra dudas sobre el gran salto de Jordan Díaz: «Fue en una superficie cuestionable»