JJOO | NATACIÓN

Hugo González de Oliveira tenía decidida la retirada: "No iba a volver a nadar"

El campeón del mundo de 200 metros espalda el pasado mes de febrero habla en Relevo sobre la decisión que estuvo a punto de cambiarle la vida por culpa de un abandono institucional.

Hugo González de Oliveira atiende a Relevo antes luchar por las medallas en su tercera participación olímpica./COE
Hugo González de Oliveira atiende a Relevo antes luchar por las medallas en su tercera participación olímpica. COE
José M. Amorós

José M. Amorós

Nadie puede dudar que Hugo González de Oliveira (Palma de Mallorca, 1999) es la gran estrella actual de la natación española y, con la confirmación de la ausencia de Mireia Belmonte, también es la figura más mediática del equipo nacional que compite en París. Hijo de padre español y madre brasileña, su carrera tuvo un antes y un después de sus tres medallas — oro, plata y bronce — en el Europeo de Budapest 2021 que le llevó a posicionarse como un gran proyecto de estrella mundial. Todo se truncó esos mismos días, cuando en contra del premio que parecía merecerse, España y los responsables de las ayudas le dieron la espalda por haber buscado su progreso en el grupo de primer nivel mundial en la Universidad de California en Berkeley (conocida popularmete como Cal) por encima de los centros de alto rendimiento en suelo español.

"No iba a volver a nadar", confiesa ahora con Relevo sobre una retirada que afortunadamente quedó en un susto [y la renuncia a un Europeo en 2022], Ahora, justo antes de afrontar sus terceros Juegos, los primeros con opciones de soñar y luchar por todo tras proclamarse campeón del mundo el pasado febrero, se sienta con Relevo a analizar su gran estado de forma que le llevó a volar hace unas semanas en Mallorca con la segunda mejor marca mundial del 200 espalda, pero también para cerrar las zancadillas del pasado que casi tiran por la borda a la gran estrella de nuestra natación.

¿Estás mejor que en los Trials de Mallorca? Allí batiste el histórico récord de España de Aschwin Wildeboer. Eso es que debes estar para volar...

Allí estuvo ya mejor de lo esperado, la verdad. Es una fuente de confianza. Siempre nadar más rápido de lo que esperas es buena noticia y eso en Mallorca pasó. Y a lo mejor es incluso motivante decir: ¡Ostras! En París podemos estar mejor de lo que creíamos, podemos optar a más y podemos dar una versión que, honestamente, yo creía que no tenía.

Aquella tarde, en la grada se reflexionaba si aquello era tu 'máximo' o era solo una evolución hacia París. Si era lo segundo, es para soñar.

Pues era parte de la progresión, porque ese campeonato no era el más importante. En Mallorca, para mí era un campeonato nacional más que nos venía bien para competir un mes antes de los Juegos y ver detalles. Salimos en el 200 espalda y así veíamos en qué parte había mejorado, en qué parte igual o en qué parte a lo mejor había empeorado para solventarla y conseguir una mejor versión en París. Tenemos que tener todos los datos. No es simplemente 'he salido más rápido' y ya está'. Hay que ver: ¿Cómo he salido más rápido? ¿Cómo he volteado más rápido? ¿Cómo he llegado antes? Y eso es lo que queremos usar ahora para París.

Hugo González de Oliveira recibió el patrocinio de Iberia para continuar su carrera. IBERIA
Hugo González de Oliveira recibió el patrocinio de Iberia para continuar su carrera. IBERIA

¿Cómo funciona esa biomecánica para encontrar la mejora?

Son conversaciones entre entrenadores y nadadores. Está el biomecánico que saca la información y nos cuenta más o menos cuáles son las partes. Cuando estoy es Madrid, tengo a 'Taja' [José Ignacio González] que es mi entrenador, hablo con él y digo: 'Vale, esta es la parte que es más lenta, ¿cómo la mejoramos?'. ¿Cómo funciona? Con muchas conversaciones y practicar para mejorar los puntos débiles.

Las máquinas ayudan, pero entrenar con un ganador de seis medallas olímpicas [doblete de oros en las pruebas de espalda en Río] es casi mejor.

Tengo la suerte de que Ryan Murphy como compañero de entrenamiento, un nadador a quien no le puedes contar con la mano las medallas olímpicas que tiene junto a varios récords del mundo, me hace más fácil nadar y darme cuenta de dónde estoy perdiendo [tiempo]. Igual que mi otro compañero, Jackson Jones, que ahora mismo va tercero en el ranking mundial con 19 años. Me fijo en ellos y veo donde estoy ganándoles, en la parte donde me están ganando ellos... para luego extraerlo y ponerlo a prueba, como pasó en Mallorca. Allí volvimos a sacar datos y así sucesivamente hasta que gane la última competición.

Estáis el número 1, 2 y 3 del 200 espalda en el mismo grupo de entrenamiento. ¿Qué ha pasado estas semanas de cuenta atrás en ese grupo de Whatsapp?

Realmente, no hablamos mucho. La mayoría que hablamos es en persona. sin problema. Me encantaría que llegáramos los tres a la final y llenar un pódium de tres compañeros de equipo. Creo que no ha pasado nunca y es muy ilusionante.

¿Qué ha cambiado de 2023 a 2024 para el salto de calidad en marcas... y también en medallas en el pasado Mundial de Doha en febrero?

2023 tuvo un enfoque distinto en entrenamientos. Hicimos entrenamientos un poco más aeróbicos, más largos, más centrados y quizás demasiado centrados en el 200. Con muy poca velocidad. Igualmente, logramos el mejor resultado en un Mundial hasta esa fecha [7º en el 200 espalda y el 200 estilos] en Fukuoka, pero no era lo que queríamos. No era lo que habíamos entrenado y pudimos pecar de hacer la preparación demasiado intensa. Fue una preparación un poco por encima a nivel de distancia de las pruebas que suelo hacer y no trabajando suficiente la velocidad. Con el cambio de eso, creo que es lo que nos ha llevado ahora en 2024 a entender el por qué de este cambio y por qué estoy andando mejor. Ahora tengo más velocidad: en el 100 espaldas no hago 53 segundos como en 2023, ahora estoy en 52" de manera regular y constante. Lo que ha cambiado ha sido gracias a ganar experiencia.

Te lo preguntaba porque, cuando hablabas, parecía que la natación no era 'el fin del mundo' para ti.

El parón que hice en 2022 renunciando al Europeo me vino muy bien, porque la cabeza no estaba para competir. Ir a aquel Europeo hubiera sido una mala decisión, porque a lo mejor no estaba aquí en 2024.

¿Qué pasaba por tu cabeza?

Sobre todo, la falta de ayudas que esperaba conseguir después de sacar tres medallas en el Europeo de 2021 y de bajar mis marcas considerablemente. Después de ese campeonato, se me rechazó la ayuda del Team España Elite simplemente por querer quedarme en mi grupo de entrenamiento en Estados Unidos. ¡El mismo grupo de entrenamiento que me había hecho nadar en marcas de campeón de Europa! Con aquello, vi que todo mi esfuerzo no era apreciado y parecía todo lo contrario. Mis marcas parecían ser un ataque al sistema español por haberme ido a Estados Unidos. Poder nadar en un gran grupo y ver que el apoyo solo existía si me quedaba en España, mentalmente me hundió bastante.

"La única razón por la que volví fue porque mi universidad me dio un año extra"

Hugo González

Teníamos la sensación tras tu renuncia al Europeo que cualquier día ponías una foto en tu Instagram diciendo adiós a la natación y todo se acababa en el momento menos esperado. ¿Fue real esa situación?

Fue real. La única razón por la que volví después de 2022 fue porque, en 2023, mi univeridad me dijo que tenía un año extra para competir en NCAA y poder darles puntos para ganar el título por equipos.

¿Tenías decidido que no ibas a volver a nadar?

No hubiera vuelto a nadar.

¿Cómo se comunica a un campeón de Europa y una de las estrellas emergentes del deporte español que su país no le va a dar ayudas?

Me enviaron el correo con una carta diciendo que había sido denegada esta ayuda. Ahí es cuando empiezo a perder la ilusión.

Y, como decía, volvió gracias y solo gracias a tu universidad.

Volví, nadé bien y, aprovechando el momento de forma, fuimos a Fukuoka para conseguir los dos séptimos puestos. Empecé un poco a soñar, llegaron más sponsors como el proyecto de Iberia y apoyo de mi universidad. Además, deciden recuperarme la ayuda del Team Elite a pesar de quedarme en Estados Unidos. Se juntó todo y dijimos: 'Bueno, vamos a por 2024'. Y todo va viendo en popa.

Hace unos meses, el exentrenador de Mireia Belmonte y exdirector jefe de la RFEN Fred Vergnoux decía en Relevo que ojalá te tomaras en serio la natación ocho meses porque eras capaz de todo. «Si pone todos los huevos en la misma cesta...», decía.

Me suena haberlo leído. Pero cuando llega esta época en la que faltan apoyos, faltan ganas y las cosas no salen. Y cuando se me recupera esta ayuda, cuando llegan sponsors y cuando termino la universidad y de repente tengo más tiempo para dedicarme a la natación siendo un poco más profesional, ahora sobran ganas. Y se está viendo este año que, incluso en febrero que es muy pronto la temporada, ya estoy nadando mis mejores marcas personales. Ojalá que ese comentario de Fred tenga razón, porque entonces saldremos muy contentos de París.

"Estoy a solo medio segundo de la marca que jamás hubiera soñado"

Hugo González

Las marcas son clave para soñar en natación. ¿Te has fijado un objetivo de marca en el 200 espalda para todo salga como tiene que salir?

Pues, si te soy sincero, todo el mundo tiene sueños. Uno de mis sueños objetivos en natación cuando tenía a lo mejor 18 o 19 años era lograr alguna medalla de cualquier color en un campeonato importante refiriéndome a Europeos o Mundiales y eso ya ha pasado. He tenido que buscar nuevos sueños porque mis sueños eran cosas que ya he conseguido. Por ejemplo, yo creía que podía hacer un 1:54 alto, pero nunca medio , nunca en un campeonato de España y nunca en parte de una preparación. Entonces, ahora soñar con un 1:53 es nuevo. Ahora estoy sólo a medio segundo de la marca que jamás hubiera pensado que podía haber logrado. Esto es una fuente de gasolina que ahora estamos usando para llegar a esa marca.

¿En ese 1:53 en el 200 espalda está la barrera de la medalla olímpica?

Históricamente, nunca puedes predecirlo. A lo mejor puedo estar ahí y que haya tres o cuatro nadadores en 1:53. Por eso mismo, no estoy centrándome en puestos sino en mi mejor versión. Yo quiero llegar a París, tocar la pared y saber que no hay nada que pueda hacer después de París que lo mejore. Que a lo mejor lo pueda mantener, sí; que a lo mejor me pueda quedar cerca, sí; pero el objetivo es llegar a algo que no pueda repetir.