JJOO | NATACIÓN

El polémico retrato de una millonaria explica por qué el dominio de la natación australiana en París puede ser efímero

Gina Rinehart ha financiado entre 60 y 80 millones en diez años y los nadadores salieron en su defensa porque no le gusta un cuadro expuesto en la Galería Nacional.

Los retratos del artista Vincent Namatjira expuestos en la Galería Nacional de Australia que no han gustado a Gina Reinhart. /GALERÍA NACIONAL DE RETRATOS
Los retratos del artista Vincent Namatjira expuestos en la Galería Nacional de Australia que no han gustado a Gina Reinhart. GALERÍA NACIONAL DE RETRATOS
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Con cinco oros y 11 medallas, la natación australiana lidera el medallero en París 2024 y amenaza con derrocar, 68 años después, a Estados Unidos. No quedan por delante de las americanas desde los Juegos de Melbourne, cuando Dawn Fraser escenificó el nivel acuático 'aussie'. Solo 1988, en los famosos Juegos de Seúl, con la espectacular (y tramposa) puesta en escena de las 'valquirias' de la RDA, significó un paréntesis en la dictadura imperdonable del gigante de Spitz, Phelps o Ledecky. Hasta París 2024. Australia ha ido creciendo con un sistema único donde el cloro es deporte de estado, hay clases de natación en todos los colegios y las competiciones su suceden: sus trials tiene el nivel de un Europeo o de unos Juegos Olímpicos.

Pero también ha contado Australia con una serie de ayudas o primas que penden de un hilo y comprometen la inversión futura. Y todo por culpa de un cuadro. Un retrato de la señora Gina Rinehart, uno de los 100 personajes más ricos del mundo, amante de la natación y amiga de Fraser, quien ha invertido entre 60 y 80 millones de dólares en la última década según las publicaciones de la prensa del país oceánico, le ha mosqueado. Tanto que hasta un grupo de nadadores entre los que se encuentra Kyle Chalmers, uno de los mayores velocistas de la historia, le ha escrito una carta a la Galería Nacional de Australia para que lo retiren, porque la señora Rinehart está enojada.

El conflicto explotó en mayo. El prestigioso artista Vincent Namatjira expuso una serie de retratos en dicha galería entre los que se encontraba el de la señora Reinhart. Trascendió al poco tiempo que esta pintura no era de su agrado y así lo hizo saber a través de Swimming Quansland, de donde ella es socia de honor. "Dos retratos de nuestra mecenas, la Sra. Gina Rinehart nos preocupan profundamente porque resultan ofensivos", escribió en abril, según The Guardian, el director ejecutivo Kevin Hasemann, quien añadió: "A través de su filantropía, la Sra. Rinehart ha demostrado ser una gran australiana, y respetuosamente le instamos a que reconsidere la inclusión de estos retratos en sus galerías". º

La protesta llegó a los nadadores, quienes no hablaban de otra cosa. No era para menos. Ella se había convertido en su mayor sustento económico. Reinhart incluso se había saltado a Australia Swimming y directamente pagaba primas a los deportistas por registros y títulos mundiales, algo que supone un aliciente extra. Un grupo de unos 20 escribió una carta pidiendo que se retirara ese cuadro por las consecuencias que pudiera haber, pues la filantropía de Reinhart es también una ayuda al país, que presume de natación y que está viviendo sus años dorados después de la entrada del milenio con grandes estrellas como Ian Thorpe o Grant Hackett.

«¿Por qué esté aborigen ha pintado estas personas poderosas?

The Guardian, que ha trabajado a fondo esta problemática, habló con el artista, quien se mostró firme: "Pinto el mundo tal como lo veo. A la gente no tiene por qué gustarle mis cuadros, pero espero que se tomen el tiempo de mirarlos y pensar: '¿Por qué este aborigen ha pintado a estas personas poderosas? ¿Qué está intentando decir?", dijo. La empresa de Reinhart 'Hancock Prospecting' ha patrocinado numerosos torneos de natación y ha sido clave en el paso adelante que ha dado Australia. Los rumores, como apunta la web SwinSwam, señalan que los nadadores se habrían visto obligados moralmente a apoyar a su mecenas ante el riesgo de perder las ayudas en el futuro, que, visto lo visto, han impulsado un país que antes de su llegada estaba amenazada por países como China o Gran Bretaña.

La multimillonaria está en París. Vibra en la grada con victorias como la del 4x200 libre de este jueves, donde el equipo femenino consiguió el récord olímpico. Se ha hecho fotografías y es una más de la expedición. Los lazos son tan evidentes que está montando una gran fiesta para cuando finalicen estos Juegos en un barco de cristal que ha alquilado. No reparara en gastos, incluso traerá carne de wagyu.

"Estos jóvenes australianos trabajadores son aquellos de los que nuestra nación puede estar orgullosa. Son modelos fantásticos a seguir y embajadores de nuestro país. Ayudan a levantarnos el ánimo y hacen que los australianos se sientan orgullosos de todo nuestro país; en mi opinión, todos son atributos positivos. Tal vez entre estos jóvenes destacados también veamos a los futuros líderes que nuestro país necesita. ¡Espero hacer de nuestra fiesta posterior una noche que los atletas adoren!", dijo en el 'Daily Mail' australiano.

Por ahora parece que el compromiso de Reinhart se mantiene. No solo en la natación sino en remo, voleibol y natación artística, con alrededor de diez millones anuales. París es la culminación de su financiación que va por el camino de derribar el muro americano. Aunque aún hay partido. En la Défense y en la Galería Nacional de Australia.