Los países con solo un deportista olímpico: una isla en peligro de extinción, la nación con más obesidad del mundo y la otra monarquía de Carlos III
Liechtenstein, Nauru, Belice y Somalia acuden a los Juegos Olímpicos con un representante.

España competirá en estos Juegos Olímpicos con 383 deportistas dispuestos a superar el récord de 22 metales logrados en Barcelona. La delegación nacional es una de las más abundantes de la cita, aunque lejos de China, Japón o Estados Unidos. Como tal, gozará de un barco propio para la peculiar ceremonia de apertura, a orillas del río Sena. ¿Y los países que apenas tengan participantes? Pese a que no hay demasiada información sobre el tema, con una organización focalizada en que se sepan los menos detalles posibles, sí está confirmado que navegarán en torno a 80 embarcaciones. Por tanto, aquellas naciones que no cuenten con muchos clasificados, tendrán que compartir vehículo. Allí sí estarán sus abanderados, por supuesto, un simbolismo sagrado en los JJOO. Y hay veces que no hay mucho donde elegir...
Concretamente, cuatro países solo contarán con un representante en los Juegos Olímpicos: Liechtenstein, Somalia, Nauru y Belice. Las causas son diversas, pero bajo sus hombros estarán puestas las esperanzas de cuatro naciones que tampoco han logrado jamás una medalla olímpica. Solo un milagro completamente imprevisible les hará cambiar la historia. Pero ya es una hazaña participar. No todos los rincones del planeta tienen la oportunidad de estar en París, aunque todos porten el espíritu de los JJOO por bandera.
Liechtenstein
Romano Puentener será el único representante de esta edición y puede que en próximas. Nacido en el año 2004, vivirá sus primeros Juegos Olímpicos en la prueba de cross country masculino, en ciclismo de montaña. Es un bajón de Liechtenstein en relación a los pasados JJOO, cuando lograron la clasificación de cinco de sus deportistas. Ahora, la responsabilidad será del joven ciclista, que no parte como uno de los candidatos a medalla.
La información sobre Puentener circula a cuentagotas por internet y ni siquiera su perfil en la web oficial de los Juegos Olímpicos ofrece datos sobre él más allá de su disciplina y su año de nacimiento. Será el orgullo de una Liechtenstein que nunca ha conseguido una medalla en la edición de verano, pero que suma hasta diez metales en la de invierno, en la disciplina de esquí alpino. Con apenas 160 kilómetros cuadrados y solo 39.584 habitantes, es natural que su participación olímpica no sea especialmente abundante. De hecho, ni siquiera tienen liga de fútbol, solo copa, y sus equipos compiten bajo suelo suizo.
Somalia
Somalia representa exactamente lo contrario que Liechtenstein. Con más de 18 millones de habitantes, lo extraño es que solo uno de ellos haya acabado en los Juegos Olímpicos. Algo hay detrás porque la participación olímpica comenzó en Múnich 1972, no existió ni en Montreal, ni en Moscú ni en Barcelona y tampoco ha llegado ni una sola medalla en la historia. En los Juegos de Invierno jamás han participado.
Pese a que el deporte no entiende de fronteras y da oportunidad a todos los atletas por igual, independientemente de su nacionalidad, el factor económico resulta trascendental. Somalia es considerado uno de los países más pobres de todo el planeta. De hecho, su régimen gubernamental se basa en un sistema en el que Naciones Unidas, la Unión Africana y Estados Unidos como mediador facilitan recursos al país para garantizar en la medida de lo posible el bienestar de sus ciudadanos.
Ante una situación así de crítica, hasta se puede considerar una hazaña la clasificación de Ali Idow Hassan, participante en los 800 metros de atletismo. A diferencia de Puentener, hasta tiene página de Wikipedia. De hecho, ya compitió en Tokio, cuando tenía 22 años. Fue abanderado, por cierto, como ahora, aunque esta vez porque no queda más remedio. Logró firmar la mínima, suficiente para la clasificación, pero las medallas son una auténtica utopía. Su mejor marca es de 1:46.40. Como referencia, el bronce del último Europeo de atletismo se cerró con un tiempo de 1:45.40.
Nauru
La primera reacción que podéis tener al otro lado de la pantalla es pensar si Nauru es el deportista o el país. La respuesta es que es una nación del Pacífico, que limita con Papúa Nueva Guinea o las Islas Salomón. Pertenece a Oceanía, aunque Australia queda a 4.000 kilómetros. Tiene una superficie de 21,3 kilómetros cuadrados y solo 11.567 habitantes. Como antes, lo extraño es que tengan un olímpico. Y más cuando se convirtió en el país con más obesos del mundo, con un 90% de su población adulta padeciendo sobrepeso. Los pocos recursos naturales de la isla les llevaron a importar alimentos de Australia... pero la mayoría eran ultraprocesados y azucarados, lo que desembocó en esta alarmante estadística. Otro dato a considerar es que es una de las islas con riesgo de desaparición por el cambio climático.
Expuestos todos estos datos, resulta todavía más extraño que haya un olímpico entre sus filas. Aunque, curiosamente, lleva participando de forma indefinida desde Atlanta 1996. Su participante es Winzar Kakiouea, nacido en 2001 y participante en la prueba de los 100 metros lisos. Sí, en la prueba estrella participará un nacido en Nauru, su único representante. Y tiene un importante cartel y hasta un perfil de lo más completo en World Athletics. Su mejor marca es de 10.82, por lo que es impensable verle en la gran final. Por ejemplo, en el Mundial de Budapest, el peor clasificado de la pelea por las medallas fue el jamaicano Ryiem Forde, con un registro de 10.08.
Belice
¡Y otro participante para los 100 metros lisos! En este caso, Shaun Gill, más o menos conocido como el representante de Nauru. A sus 31 años, el atleta afronta lo que serán salvo milagro sus últimos Juegos Olímpicos. Que no los primeros, ya que compitió en la misma prueba en Tokio, con una marca de 10.88. Su mejor marca de siempre, que se dio en 2022, tampoco le será suficiente para pelear por el diploma: 10.57.
Que Belice tenga representación también impacta. Solo cuenta con 397.483 habitantes en sus 22.966 kilómetros cuadrados. Pero la hemeroteca les avala. Desde México 1968 participan siempre salvo en Moscú. Eso sí, las medallas son otra historia. En trece ediciones no ha logrado ninguna medalla. Tampoco en los Juegos Olímpicos de invierno, donde ni siquiera ha participado.
Bangladesh, Fiji y más historias de los Juegos
No tienen solo un participante, pero sí una gran historia por contar. Como cada nación y deportista que cumple su sueño de viajar a París en defensa del valor olímpico. Bangladesh, por ejemplo, solo ha logrado una plaza vía clasificación. Sagor Islam, tirador de arco, es el único que obtuvo el billete por mérito propio. Eso sí, lo tendrá complicado, ya que ha cerrado la primera fase en la 45ª posición a 34 puntos de la cabeza.
Hace cinco años, ni siquiera había comenzado con su disciplina, hasta que sintió la llamada por la clasificación de Shana para los Juegos de Tokio. Desde entonces, se propuso ser él el siguiente y el tiempo le ha dado la razón. "Vi cómo la gente le prestaba atención a Shana después de que se clasificara en los Juegos Olímpicos. Desde entonces, mi sueño se ha convertido en participar", expuso a EFE. Eso sí, más atletas han logrado una invitación.
Un caso bien diferente es el de Fiji, con una delegación más abundante. Eso sí, no sabían lo que era ganar una medalla hasta que la selección de Rugby-7 logró el oro en Río de Janeiro. Tal fue la euforia que se anunció el día como fiesta nacional y se crearon para circulación los primeros billetes del mundo de siete dólares.
Es la esperanza de aquellos que no tienen la fortuna de contar con los recursos suficientes para competir en cada edición de los Juegos Olímpicos por la corona mundial. En esta ocasión, cuatro deportistas portarán la bandera de su país conscientes de que son los únicos. Sobre sus hombros la ilusión de millones de personas que les disfrutarán a miles de kilómetros pensando en que algún día el éxito llegará.