OLIMPISMO

"¿Puede el hijo de un fascista ser presidente del COI?" la prensa inglesa tira con bala al candidato Samaranch

Un durísimo perfil en The Times abre las hostilidades contra el español, visto como favorito por los periodistas británicos.

La edición del Sunday Times./
La edición del Sunday Times.
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

No son las elecciones de Estados Unidos, en las que toda la humanidad parece estar conteniendo la respiración, pero las del Comité Olímpico Internacional, por anodinas que parezcan desde lejos, también tienen su miga. Este jueves se conocerá el nombre del nuevo rector del deporte mundial tras meses de campaña soterrada, porque en el olimpismo tiene todo siempre un aire de baile de máscaras en el que uno no puede parecer muy ansioso por conseguir aquello por lo que lucha. Pero batalla hay, sin duda, y no hay más que echar un vistazo a la prensa inglesa para entender los miedos y las argucias de algunos candidatos.

The Times, el diario más antiguo del mundo, también uno de los más prestigiosos, no tiene duda ninguna de que Sebastian Coe debe ser el próximo presidente del COI. Y es fácil ver que consideran que su principal rival, quizá el favorito, es Juan Antonio Samaranch. El diario, en su edición dominical, realizó un perfil del español de una extensión mayor a una página —los diarios británicos son considerablemente más grandes que los españoles— con el título "¿Puede el hijo de un fascista y amigo de China convertirse en el hombre más poderoso del deporte?". En la edición digital ni siquiera está escrito en forma de pregunta.

El titular elegido por Matt Lawton, uno de los redactores estrella de la publicación, es cualquier cosa menos sutil. En la página se acompaña con dos fotografías, en una aparece el candidato español con Xi Jiniping, líder chino, y en la otra, más pequeña, su padre, llamado igual que él, alzando el brazo en una fotografía de 1974 junto a Martín Villa.

Samaranch: "Necesitamos liderazgo en el COI". EFE

Los vínculos de Samaranch, el expresidente del COI, con el régimen de Franco no son algo desconocido, fue director general de deportes en la dictadura y su ilustre carrera posterior como emperador del deporte mundial hubiese sido imposible sin una vida previa dentro de un país, España, que tenía una dictadura. Esto, sin embargo, siempre ha sido un fenómeno muy remarcado en los países anglosajones, de hecho una biografía de 1992 llamada El señor de los anillos, que fue muy denostada por el padre hasta barajar denunciar a los autores por libelo, tenía precisamente en su pasado falangista uno de los puntos centrales.

En cuanto a su relación con China, tampoco es que sea una parte desconocida de su biografía, de hecho Samaranch tiene como uno de sus puntos fuertes haber sido el presidente de la comisión de coordinación de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en 2022. Su cercanía al régimen chino, ampliamente desarrollada en el artículo de Lawton, se parece de algún modo a la que labró su padre con la URSS antes de ser presidente del COI. Fue embajador en Moscú y esa experiencia fue fundamental para que, en 1980, fuese elegido como máximo mandatario del organismo. En el escrito también se habla de los intentos del Samaranch Salisachs de concertar una visita de la candidatura madrileña a Lausana para poder ver así a algunos miembros del COI cuando la ciudad intentaba ser sede olímpica. Una visita que, finalmente, no se pudo realizar.

La animosidad de cierta prensa británica por el candidato español no se ve solo en ese titular ni en el texto que le acompaña. Hace unos meses, cuando todos los candidatos expusieron sus discursos y programas ante el comité ejecutivo, el mismo redactor tituló su perfil de los candidatos con un bastante contundente "El nepo baby definitivo del deporte se encuentra en el camino de Seb Coe para la presidencia del COI". Un nepo baby es un término muy de moda en los países anglosajones para definir a aquellos que han conseguido su éxito gracias, fundamentalmente, a unos padres ilustres.

En otros diarios, como The Guardian, un periódico más virado a la izquierda —Coe fue miembro del parlamento por el partido conservador— son menos pasionales aunque también centran su cobertura en las posibilidades que tiene o deja de tener el mítico atleta para ser presidente del COI. No en vano, además de inglés, es un candidato carismático y con un pasado deportivo intachable, uno de los grandes nombres históricos del deporte que supone la espina dorsal del olimpismo.

En un largo análisis del pasado mes de enero, explicaban los puntos a favor y en contra de su candidato. Sobre estos últimos, había tres claros. El primero, que es por todos sabido en el entorno olímpico, su mala relación con Thomas Bach, presidente saliente y, como tal, una de las voces más a tener en cuenta en una votación que es casi familiar. No es casual, claro, que Samaranch en sus distintas apariciones haya remarcado la necesidad de seguir el legado del alemán. También destacaban en el Guardian que Coe había decidido unilateralmente premiar con dinero a los medallistas, algo que en el olimpismo es casi anatema y mucho más si, como ocurrió en este caso, se hace sin consulta con otras federaciones.

La última, sin embargo, es la que el redactor Sean Ingle colocaba como más importante: el bloque de Samaranch. Hay algo en estas elecciones que invita a poner no al candidato más fuerte o más famoso, que muy probablemente sería Coe, sino alguien probado y de la familia. Ese papel, sin duda, lo representa el español, que lleva más de 20 años en el olimpismo y todavía muchos más si lo que se cuenta no es su persona sino su apellido.

En uno de los análisis británicos de estos días se le señalaba como grandes favoritos junto a Coventry, la preferida de Bach, y de los dos se destacaba una cualidad que los miembros del COI tienen que tener en cuenta, que es su capacidad diplomática y sus grandes contactos en un mundo cambiante, peligroso e inestable que, parece, se viene encima.