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Cuando España llevó a un niño de 11 años a competir en los JJOO: "Mis padres llamaron al colegio y dijeron que no iba a ir"

El tarraconense Carles Front fue el timonel del 'ocho' español en Barcelona'92 y Relevo le ha encontrado a sus 43 años.

Carles Front es el representante olímpico español más joven de la historia. /ARCHIVO ABC
Carles Front es el representante olímpico español más joven de la historia. ARCHIVO ABC
José M. Amorós

José M. Amorós

Repasando las imágenes de la memorable ceremonia de inauguración de Barcelona'92, hay una fotografía que no tarda en llamar la atención cuando salta a la vista. Es la de un niño en medio de los 430 deportistas del equipo español vistiendo aquel traje de americana azul, pantalón claro y corbata con los colores de la bandera nacional elegido para todos los representantes españoles. ¿Quién era aquel niño y por qué desfilaba en la gran entrada al estadio junto a grandes estrellas como Pep Guardiola, Arantxa Sánchez Vicario, Fermín Cacho o Theresa Zabell justo detrás de la bandera portada por el entonces Príncipe Felipe? Relevo ha localizado al protagonista y su historia es una de las más increíbles de la historia olímpica española: se llama Carles Front, tenía solo 11 años y sí, compitió en los Juegos de Barcelona.

Su presencia no fue ni mucho menos testimonial. Su puesto de responsabilidad, el de timonel, o lo que es lo mismo, el responsable que guio el bote español en el Ocho con timonel para mantener la dirección recta y aprovechar la fuerza de sus ocho compañeros.

En la ceremonia inaugural, el pequeño Carles fue una auténtica estrella. "Los deportistas me decían que yo tenía que ser el abanderado", comienza a contar su historia a Relevo desvelando la broma de aquella tarde en Montjuïc: "Al final vino el Rey y tuvieron dudas de que yo pudiera aguantar la bandera". Pero eso no evitó que llamara la atención de todos: "La gente quería hacerse fotos conmigo, yo flipaba porque estaban allí todas las estrellas del fútbol y demás". Incluso, hubo una petición especial de sus ídolos, la selección masculina de waterpolo: "Estaban Estiarte, Pedro García Aguado, Jesús Rollán... me pidieron una foto con su cámara y ojalá poder conseguirla, me haría mucha ilusión porque nunca la he encontrado".

De aquel día, una de las imágenes que se publicaron en los diarios el día después de la inauguración tenía como protagonista a Front aúpado por sus compañeros y el motivo no podía ser otro: "Cuando salimos, yo estaba rodeado de 'bestias' y la gente no me veía. Dos compañeros me levantaron para que la gente me viera y todo el mundo me señalaba".

Carles Front, aupado por sus compañeros durante la ceremonia inaugural.  CARLES FRONT
Carles Front, aupado por sus compañeros durante la ceremonia inaugural. CARLES FRONT

Un álbum de imágenes imborrables que sitúan a Front perfectamente uniformado con la delegación española, pero una curiosa situación casi le hace aparecer en las fotos menos adecuado: "Cuando me llegó la ropa a casa, era de una persona normal y a mí me iba tres tallas más grande", cuenta. "Tuvimos que devolver la ropa y que me mandaran una especial para un niño".

Como ven, Carles recuerda todo lo que vivió a pesar de su corta edad y hay un motivo: "Cuando estábamos a punto de salir al estadio, mi compañero Andreu Canals me cogió del brazo y me dijo: 'A partir de ahora, nunca te olvides de este momento'. Y se me quedó".

Foto de Carles Front antes de la ceremonia de inauguración. CARLES FRONT
Foto de Carles Front antes de la ceremonia de inauguración. CARLES FRONT

Un niño en la Villa Olímpica

Tras la ceremonia, "justo al llegar a la Villa Olímpica, me vinieron a decir que tenía una solicitud de entrevista. ¿A mí? Ahí me enteré que era el participante más joven de los Juegos y empecé a salir en todas las teles internacionales", nos recuerda. Porque sí, Front vivió en la villa como un deportista más junto a sus compañeros y se convirtió en un fenómeno de su deporte: "Yo debía ser el que fuera por allí pidiendo fotos a los mejores remeros, ¡y eran ellos quien me las pedían!". A sus 11 años, se convirtió en una sensación hasta tal punto que la federación internacional de remo felicitó las navidades con su foto.

Los potajes de mamá para poder competir

La historia que llevó a Carles a ser un deportista olímpico comenzó mucho antes y siendo todavía más pequeño. Fue a los seis años, cuando su padre, el reconocido entrenador Bienvenido Front, conformaba una embarcación para un entrenamiento y necesitaba un timonel: "Fui una opción fácil y rápida, su hijo". Cada vez fue entrenando más y más, y demostraba que, a pesar de su juventud, podía incluso llegar a competir. ¿El problema? Su peso: "La normativa decía que el timonel tenía que pesar al menos 45 kilos en categoría juvenil y 50 kilos en la categoria absoluta. Claro, un niño de seis o siete años... es imposible que llegue a ese peso. Pero mi padre siempre me decía el día que llegara al peso, se acordarían de mí".

Después de tres años entrenando "como un loco" demostrar su valía y esperando hasta cumplir con la báscula — "mi madre no paraba de darme potajes para que engordara y diera el peso", nos cuenta entre risas — "llegué a los 40 kilos y teníamos el permiso para competir metiendo cinco kilos de lastre en el barco". En su primera experiencia con solo nueve años, ganó la medalla de oro en el campeonato de Cataluña y, de ahí, para arriba. Al año siguiente, dos oros nacionales y dos oros regionales que llevaron a todos los miembros de su bote al equipo nacional junior con el que ganó el bronce mundial en 1991... con 10 años. "Fue mi gran año", recuerda.

"Mi padres llamaron al colegio y le dijeron al director que no iba a ir"

Carles Front

El éxito internacional llevó a todos sus compañeros de embarcación al equipo nacional absoluto que prepararía la clasificación a los Juegos Olímpicos de Barcelona pero, por poco tiempo, entre ellos no estaba Carles. Solo tres meses después, los ochos remeros se pusieron de acuerdo para solicitar al seleccionador que el timonel del primer equipo español fuera, por petición popular, aquel pequeño de 11 años que ya les había llevado al éxito. Pero surgió un problema: "El equipo entrenaba en Galicia y yo estaba en Girona. Mis padres tomaron la decisión de abandonar los estudios y te vas a Galicia. Algo así ahora sería impensable...".

Para clasificar y poder competir en los Juegos de casa, la exigencia de la federación era quedar entre los tres primeros de la Nations Cup que se celebraba en Glasgow unos meses antes de la cita. Dicho y hecho, bajo el timonel de Front, España finalizó en tercera posición del ocho con timonel y la plaza estaba lograda. Pero la decisión fue comunicada en una reunión solo con los 'mayores', que salieron de ella celebrando ante un sabor agridulce del más pequeño, quien no parecía formar parte de aquella decisión, al menos al inicio: "El presidente vino a hablar conmigo. Yo esperaba que me diera las gracias por mis servicios y ya. Me alegraba por ellos, lo habían conseguido. Pero me dijo que si había ganado un bronce mundial junior junto al resto, se habían cumplido las expectativas y ahora se había conseguido la clasificacióna a los Juegos conmigo, yo tenía que ir también".

Carles Front, en su labor de timonel.  CARLES FRONT
Carles Front, en su labor de timonel. CARLES FRONT

"Llamé a casa y mis padres no se lo creían", recuerda. "Tanto es así, que tuvieron que llamar desde la federación para que supieran que eran verdad. Es que era algo imposible de creer". Front se convertía en el deportista más joven de la historia del olimpismo español. En lo deportivo, un 14º puesto que era lo de menos.

Un niño nunca deja de ser niño

¿Cómo terminó la historia de Carlos? "Cuando pasaron los Juegos, necesitaba volver a vivir con mis padres, a mis abuelos, a mis amigos...", afirma, mientras recuerda que el camino olímpico no había sido nada fácil a esa edad: "Los amigos siempre quedaban y yo siempre decía que no podía, tenía entrenamiento. Si siempre estás entrenando o viajando, ya dejaban de contar conmigo y me quedaba muchas veces solo, eso me tocó bastante".

El niño volvió a ser niño, en sus necesidades y también en una 'travesura' que solo buscaba su felicidad: "Se hicieron las pruebas para el equipo nacional de 1993 y esto es un secreto que no había dicho hasta ahora: lo hice lo peor posible para que no me cogieran. Hasta paraban los entrenamientos y me preguntaban si estaba bien. Terminaron por tomar la decisión y me dijeron que no me podían llevar porque había tenido unos días muy malos... ¡y mi sonrisa fue gigante!".

El pequeño Carles volvía a la normalidad y a los estudios necesarios para su edad, aunque el parón le costó "repetir curso para volver a ponerse al día". No dejó el remo del todo, pero el remo sí le terminó dejando a él: "En 1995, crecí y ya sobrepasaba el peso. Como seguía siendo un niño, los médicos no me dejaban que hiciera dieta... así que, hasta ahí llegué".

La historia de Front, la de aquel niño que se coló en todos unos Juegos Olímpicos no tiene precedentes en España. Por ejemplo, en París, la más joven del equipo español será la skater vasca Naia Laso que, a sus 15 años, debutará en la gran cita en la prueba de Park y podrá contar la experiencia cuando pasen los años, como hace Carles: "Algunos me dicen que duré muy poco, pero yo competí dos años y llegué a lo más alto", señala con una sonrisa. A día de hoy, nadie puede decir que tiene 43 años y fue deportista olímpica hace, ni más ni menos, que 32 años.