JJOO | REMO

Los vídeos de YouTube que transformaron a Aleix García y Rodrigo Conde: "Somos muy frikis"

Los remeros españoles confiesan que el talento sobre el agua se potenció delante de un ordenador.

Rodrigo Conde y Aleix García, en París./REUTERS
Rodrigo Conde y Aleix García, en París. REUTERS
Daniel Arribas
Michèle Novovitch

Daniel Arribas y Michèle Novovitch

Tras un ritmo inicial demasiado elevado , Rodrigo Conde y Aleix García no han podido brindar a España su cuarta medalla en los Juegos Olímpicos. A las afueras de París, mucho más cerca de Disneyland que del Arco del Triunfo o de la Torre Eiffel, la dupla española ha finalizado en quinta posición su primera final olímpica en la modalidad de doble scull.

"Me acuerdo de mi yo de chaval, de cuando comencé a entrenar y de cuando empecé a picarme realmente con la competición", explica el gallego Conde, que renunció a los Juegos de Tokio 2020 tras pasar hambre y sufrir como nadie bajo el techo de los 70 kilos del scull ligero.

"Me viene a la mente ese niño que empezó a ver banco móvil [en remo, el asiento del bote puede ser fijo o móvil] y pensó, buah, esta gente de banco móvil qué buena es, qué guay lo que hace", reconoce. "Me devoré todos los vídeos de YouTube para aprender a remar lo más rápido posible en banco móvil. Yo venía del banco fijo y fue algo que me pegó super fuerte".

Aleix García y Rodrigo Conde confiesan que su amor por el remo... ¡empezó en YouTube!M.N. / RELEVO

García no solo pasó por lo mismo ante la pantalla del ordenador, sino que se ve en condiciones de elevar la apuesta. "Buah, es que yo soy súper friki", confiesa ante las carcajadas de su compañero. "Recuerdo verme vídeos sin parar de los hermanos Sinkovic, que en el doble yo creo que han sido los mejores de la historia. De pequeño me veía en bucle sus vídeos, sin parar, y ahora no puedo evitar acordarme".

"Yo además, nunca tuve mucho talento", asegura García. "Mis primeros Mundiales y mis primeras competiciones internacionales no fueron nada bien, pero siempre veía a los demás y pensaba, ostras, me encantaría saber qué se siente". Ahora, con 24 años, ya se puede hacer a la idea de lo que significa remar en una final olímpica. Y hacerlo, además, ante los mejores del mundo.

"Como decía Rodri, me acuerdo de todo lo que he pasado", añade el catalán. "Al final, yo tuve una época cuando empecé la universidad que me costó muchísimo. Tuve muchos momentos de duda, de no saber cómo sobrellevarlo, y pasé momentos bastante realmente malos. Mentalmente lo pasé mal".

Rodrigo Conde recuerda la decisión de cambiar de peso para París 2024. Aleix García, su lesión previa a la cita olímpica. M.N. / RELEVO

García se resguardó entonces en Martí Hereu, psicólogo con el que ha trabajado durante todo el ciclo olímpico previo a París 2024. "Para mí ha sido una persona crucial en mi camino y en mi desarrollo", admite. "Me guía a nivel deportivo y personal, con las emociones, con la respiración... La verdad es que no puedo estar más contento de trabajar con él, porque es alguien crucial en mi vida. El haber podido sobreponerme a esa situación es algo que me pone los pelos de punta, así que solo puedo decir que estoy muy orgulloso de mí mismo"

Algo similar le ocurre a Conde con la psicóloga argentina Malena Sialle, con quien comenzó a trabajar hace dos años. "Empecé por consejo de Pol [Gené, el entrenador de ambos], que me dijo que me hacía falta", señala entre risas. "Yo pensaba que no, pero mira. Al final, soy una persona muy exigente y dentro del bote me agobiaba. Antes, cuando tenía un día malo, me enfadaba con Aleix o con Pol, y ahora, después de trabajar mucho en la comunicación, en entender al otro, en relajarme y entender que no siempre se puede estar al 100%, me considero otra persona".

Todo, para sembrar la semilla que este jueves, 1 de agosto de 2024, han recogido en las aguas del Vaires-sur-Marne. "Mira, en esa época de chaval de la que hablábamos antes, yo le decía a todo el equipo que quería ser campeón olímpico o al menos participar en unos Juegos, y ellos me decían, pero qué dices, tú estás loco, ¡cómo vas a conseguir eso!", sentencia Conde. "Ahora me escriben todos y me dicen, joe, tío, pues ahí estás, tenías razón. No puedo parar de acordarme de ese niño que soñaba con lo que ahora tiene".