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Andy Criere, el niño que se escondía de los problemas en las olas: "El único sitio donde quería estar era en el mar"

El vasco será el primer español de la historia en debutar en el surf olímpico, que se disputa a 15.700 kilómetros de París. En una hazaña histórica para el deporte español, estará acompañado de Nadia Erostarbe y Janire González en la prueba femenina.

Andy Criere, en la mítica ola de Teahupoo donde se disputará la prueba olímpica./ANDY CRIERE
Andy Criere, en la mítica ola de Teahupoo donde se disputará la prueba olímpica. ANDY CRIERE
José M. Amorós

José M. Amorós

El surf español hace historia en París con tres representantes en unos Juegos Olímpicos, tras no poder debutar en el estreno de este deporte en Tokio hace tres años. Nadia Erostarbe, Janire González y Andy Criere lograron la plaza en un Preolímpico de ensueño en Puerto Rico, que entra directo a la lista de las hazañas más grandes de la delegación española en este ciclo. A diferencia del resto, no viajarán a París, ni siquiera a Francia, y competirán al otro lado del mundo, en Tahití. En un guiño a la Francia colonial, la mítica ola de Teahupoo recibirá a los mejores surfistas del mundo en un paraíso natural lejos de las grandes urbes y donde los residentes locales se han opuesto frontalmente a la construcción de grandes infraestructuras para la cita.

Uno de los tres protagonistas que nos harán trasnochar —por la diferencia horaria, la competición comenzará a las 19:00 horas y puede alargarse hasta la madrugada—, el vasco Andy Criere (San Sebastián, 1995), charla con Relevo y llega abrumado a las instalaciones después de unas pocas horas en Madrid. Acostumbrado a la tranquilidad de zonas surferas lejos del ruido, el ajetreo y el estrés, y tras dos campus de entrenamiento en el paraíso de Teahupoo, le alucina cómo la gente de las grandes ciudades puede llevar ese ritmo. El surf es su vida, ha sido su refugio y la paz que necesita.

Si hay una hazaña increíble del deporte español en el camino a estos Juegos es que haya tres surfistas clasificados. De 0 en Tokio a 3 en París.

Antes de ir al Preolímpico de Puerto Rico, yo creía que Nadia Erostarbe sí clasificaba. La veía súper preparada y con esa estrella. Y fue la primera en clasificar. Después, Janire González, que había perdido en la primera manga del cuadro principal, se fue a la repesca y pasó 15 mangas para lograrlo...

Y llegaste tú.

No se les ocurrió nada mejor a estas dos que dejar el billete de 'Clasificada a las Juegos de París 2024' encima del billar de la casa donde estábamos. Me desperté por la mañana súper temprano, porque tenía que salir a las 6:00 horas, y lo primero que vi ese día fueron los billetes de esta gente. Dije: 'Wow'. Me puse hasta nervioso solo de pensarlo, porque en el campeonato yo había estado en mi burbuja, pero cuando ellas lo hicieron posible, te das cuenta de que estás ahí, a una ola buena, a una manga y a una puntuación más.

Para los que no lo sigan, un campeonato de surf se puede hacer eterno. Rondas y más rondas eliminando gente y no puedes fallar. Siempre tienes que quedar primero o segundo. ¿Cómo consigues mantenerte mentalmente en una situación así?

Tenemos un dicho que decimos mucho los surfistas: 'Ola a ola, manga a manga'. Creo que es la única manera de poder llegar a hacer un buen campeonato. En el Preolímpico competimos nueve días seguidos con, al menos, una manga al día y en condiciones de olas totalmente diferentes en cada momento. Entran muchos factores y, cuanto más completo eres como surfista, más probabilidades tienes de conseguir estar siempre entre el primero y el segundo para seguir adelante.

¿Cuál fue la clave para conseguirlo? ¿La burbuja personal que comentabas?

En mi caso, la clave ha sido estar descansado. Por las tardes, yo tenía mi rutina: según llegaba a casa después del día de competición, dejaba el móvil y me iba a dar un paseo por una playa súper bonita que teníamos a 15 minutos. Me pasaba la tarde allí, de arriba para abajo. No contaba ni los pasos que estaba dando y me daba igual las distancias, sabía que ese momento para mí era pura paz y que no estaba pensando en nada más.

"¿París o Teahupoo? Como surfista, me quedo con la ola"

Andy Criere

Todo el equipo español dormíais juntos. Tres plazas olímpicas viviendo en la misma casa. Vaya fiesta tuvo que ser...

Nos quedamos en una casa muy natural, súper agradable, con vistas al mar, cocinábamos juntos... Era súper inspirador cómo hemos ido creando ese equipo y es lo que nos ha mantenido súper unidos para mantener un reto tan grande. Todos lo íbamos haciendo bien, avanzando de ronda y eso te da alas, te abre a soñar. Cuando Nadia clasificó, creo que seguíamos todos en competición todavía. Éramos el único equipo del mundo que tenía a todos sus miembros compitiendo y eso me parece precioso. Además, no sólo conseguimos tres plazas olímpicas, sino que quedamos en el podio como cuarto mejor equipo. Eso es un pedazo de premio.

La clasificación iba dependiendo de la situación de surfistas de otros continentes. Entiendo que salías del agua sin saber si ya la tenías o no...

Si me hubieses preguntado antes de conseguirlo cómo me hubiera gustado que fuera ese momento, sería así. Pasé una manga y me estaba esperando el presidente de la Federación Internacional junto con todo mi equipo. Estaban ahí para celebrarlo y yo todavía no me lo creía. En mi cabeza estaba mentalizado para 'sigue con vida, sigue pasando mangas'... No había hecho cálculos, no sabía que pasando esa manga ya me clasificaba. Fue brutal, me emocioné un montón. De repente, me sentí como un niño y me sentí súper en paz. Era un sueño hecho realidad. Me alegro de todo lo que he vivido porque me ha llevado a vivir un momento así.

Encima los Juegos van a ser, de nuevo, junto a dos compañeras. Panorama soñado.

Sí, en el surf competimos a nivel individual y estos campeonatos que vamos en equipo nos dan más fuerza. Que hayamos clasificado tres me parece brutal y, además, tanto Nadia Erostarbe como Janire González son dos grandes personas y dos grandes surfistas. Estoy con muchas ganas de pasar más tiempo con ellas, incluso fuera del agua. Me lo paso muy bien.

Si buscas el sitio más lejano del mapa, ahí van a ser tus Juegos Olímpicos. A 15.700 kilómetros de París. ¿Qué opinas? Va a ser algo curioso y raro...

Sí, literal. Son mis primeros Juegos Olímpicos y ya me cuesta ponerme en situación, pero es que además es todavía más complejo porque las hacemos en Tahití, en la ola de Teahupoo. Es un show todo, porque me gustaría tanto vivir la experiencia de los Juegos en París como también la mia en Teahupoo.

Por ejemplo, vais a ver la inauguración por la tele, no vais a estar en la Villa... Es como no estar en los Juegos.

A ver si tenemos la ocasión de ir después. Nuestro campeonato es del 27 de julio hasta el 4 de agosto y la ceremonia de clausura es el 11 de agosto. Quizás se dé la ocasión de vivir esa experiencia también en París. Muchos amigos han sido olímpicos y me lo han recomendado sin excepción. O sea que, si se da la ocasión, ahí estaré.

Mójate. Un surfista, ¿dónde prefiere estar: en París o en un paraíso de tu deporte como Teahupoo?

Pienso en la ola. Como surfista, Teahupoo es un emblema del surf y es una ola en la que se ha hecho historia incontables veces. Poder competir allí es un regalo, un privilegio. Lo tengo claro: obviamente, me voy al paraíso de Teahupoo como surfista.

Me contabas que buscas la paz caminando solo por la playa, ahora prefieres Teahupoo a París... Parece claro que no te gustan las multitudes.

Sí, desde luego. En un día en Madrid y al mediodía, tras darme un paseo, estoy prácticamente saturado. Comparado con Tahití, que es lo opuesto y la vida más tranquila que te puedes imaginar, es un contraste abrumador. Aunque es inspirador estar en una gran ciudad porque me encuentro a muchas personas que viven en ese ritmo y lo llevan genial. Cuando estoy en ciudades me cargo un poco de todo lo que veo, soy como una esponja, y aprendo.

¿Dónde te has criado y dónde has crecido?

Siempre he vivido en Hendaya, en el País Vasco francés. Allí fue donde aprendí a surfear. Pero iba al colegio a Hondarribia, que es del lado español y donde tengo mi cuadrilla de amigos, etc. Entonces, desde el momento que me ha empezado a ir bien en el surf, es cuando he empezado a viajar más. Y desde entonces, pues no he parado de dar vueltas. A día de hoy, estoy viviendo en Ericeira (Portugal), a unos 40 kilómetros al norte de Lisboa, que es un lugar que me permite seguir progresando como surfista. Estoy aprovechando porque tengo la oportunidad de viajar y de estar en sitios diferentes por el tema del surf.

Dices que no has parado de dar vuelta... ¿has vivido en más sitios?

No, he vivido entre Hendaya y Ericeira pero, si me paro a pensar, quizás haya pasado un año de mi vida en Australia. He ido un mes todos los inviernos desde que tengo 15 años. Entonces, no he estado en tantos sitios diferentes, pero he llegado a pasar mucho tiempo en muchos países.

Los surfistas empiezan muy jóvenes a competir. Decías que ya te ibas a Australia con 15 años...

Sí, pero yo empecé a surfear con 10 años que, a día de hoy, es súper tarde. No sé a quién se le ocurriría empezar tan tarde y ponerse a competir. Lo hice a mi ritmo y lo hice cuando se dio el momento. En el surf encontré mi bienestar y me ayudó a recolocarme en todo lo demás. Con mis amigos, mi familia, en el cole y todo. Y, desde entonces, pues ha sido mi camino.

"Ha habido momentos donde me sentía mejor en el agua que fuera"

Andy Criere

¿Justo te iba a preguntar qué te aporta y qué es el surf para ti? Intuyo que algo más que una actividad profesional y deportiva de alto nivel.

El surf es una forma de expresión y, además, en un medio que me encanta como el mar. También compito, que es algo que me gusta mucho, pero como competidor, no como competitivo. Un perfil más competitivo está compitiendo en todo y no le gusta perder ni a las canicas. A mí me gusta hacer la diferencia porque un competidor compite pero cuando tiene que competir. En lo demás, hago lo posible por disfrutar de los momentos y vivir en paz. He encontrado mi camino a través del surf, me veo surfeando toda la vida. Hasta que el cuerpo me dé, literalmente. Encontrar algo que te guste tanto, me parece una gran suerte.

Es pasión...

Lo veo un poco así. A día de hoy, mi relación con el surf la considero muy buena. Hay otros momentos del pasado en los que me obsesionaba más. Literalmente, me sentía mejor en el agua que fuera. Y tampoco es esa la cuestión. Creo que he llegado a encontrar como un buen equilibrio entre las cosas que me gustan fuera del surf y también de dar mi máximo a día de hoy en el surf y en la competición.

El surf, un refugio a los problemas.RELEVO

Por lo que dices, me suena a que el surf fue tu refugio.

Mil por cien. En muchos momentos, el único sitio donde quería estar era en el mar. De alguna manera yo le daba el botón off de fuera del agua, le daba el on de surf y mi cabeza era pura tranquilidad. El surf me ha ayudado, porque conseguir desconectar y tener algo en lo que puedas desahogarte me ha venido muy bien. Pero, claro, yo sabía que tampoco eso era la solución y también tenía que solventar mis cosas fuera del agua para que las dos fuesen a la par.

¿Cuáles eran los problemas?

Con diez años me diagnosticaron de hiperactividad y querían empezar a medicarme. No me sentía muy bien, no encontraba mi lugar ni en el colegio, ni con mis amigos, ni tampoco con mis padres. Es un poco lo típico de esa edad, pero ya estaba cogiendo unas dimensiones que no eran buenas para nada. El surf me ayudó a canalizar, a hacer nuevos amigos también en el surf, en el mundo de las competiciones, ver otros países, seguir aprendiendo...

"Un viaje de 10 días a Teahupoo cuesta entre 4.000 y 7.000 euros"

Andy Criere

¿Se vive del surf?

Te lo tienes que buscar, porque no queda otra. A mí siempre me ha atraído la idea de ser dueño de mi propio camino. Yo he complementado mi carrera deportiva con una creación de contenidos audiovisuales que me permite colaborar con marcas para que me den recursos y poder seguir haciéndolo cada año. Pero si miro hacia afuera está muy complicado, porque hay muchos surfistas buenísimos que no tienen recursos para estar año tras año. Y, al final, aquí lo que realmente da los frutos es la constancia. No hay secretos.

Habéis podido hacer dos stage de preparación en la propia ola de Teahupoo después de la clasificación, uno en abril y otro en junio. Para hacernos una idea, ¿cuánto cuesta un viaje previo a Teahupoo, por ejemplo?

Un viaje de 10 días, entre 4.000 y 7.000 euros. Es una pasada, un desembolso importante. A eso hay añadirle las tablas de surf que necesitamos, la preparación previa para poder llegar allí lo más preparado posible, etcétera. Es una apuesta. Es lo que él requiere viajar, pero lo necesitamos para surfear las mejores olas del mundo y ser mejores surfistas.

¿Quién ha ayudado en esos viajes de preparación?

El primer viaje lo financió el Basque Team. El segundo, el Basque Team con el CSD. Les estoy muy agradecido porque no sólo nos han llevado a nosotros [Janire solo fue al segundo, en el primero estaba lesionada], sino que además han apostado porque nos acompañe una figura como Aritz Aramburu, que es un especialista de esa ola y ha conseguido grandes méritos. Ha sido él quien nos ha estado marcando el camino.

Has tenido varias semanas de preparación allí. ¿Qué te has encontrado?

Me he encontrado muchas más caras de la ola de las que había visto. Es una ola muy imponente, muy diferente a lo que yo estoy acostumbrado a surfear. Y claro, al haber clasificado a los Juegos, de alguna manera acepto la responsabilidad de aprender a surfearla. Es una ola que tiene lo suyo.

"La gente de Teahupoo no necesita absolutamente nada, porque ya lo tienen todo"

Andy Criere

En los últimos meses, han llegado imágenes de manifestaciones y movimientos vecinales contra las acciones que se iban a realizar en Teahupoo. Han rechazado grandes construcciones y estructuras para respetar el entorno. Has estado allí, ¿qué se comenta?

Me ha parecido muy inteligente la comunidad local. En muchos casos les han propuesto construir puentes, infraestructuras y tal. Y ellos han perdido "calma", es demasiado de golpe. Porque una cosa son infraestructuras que les viene muy bien a la comunidad local, pero luego... ¿cómo lo mantienes a lo largo del tiempo? Esa reflexión me hizo pensar y dije: 'Vais un paso por delante'. Ellos allí no necesitan absolutamente nada, porque ya lo tienen todo. Son súper felices y súper ricos en cuanto a los recursos y los paisajes de dónde viven. Entonces, la verdad que con un viaje allí se aprende muchísimo y ves la vida con otros ojos.

¿Hay opciones reales de soñar o con la clasificación ya hemos llegado a lo máximo?

Estuve con Nadia Erostarbe ya en el primer viaje y volví impresionado con cómo surfea la ola, con la conexión que tenía. Haciéndolo como ya lo ha estado haciendo ella, creo que tiene grandes opciones de conseguir medalla, la verdad.

Andy Criere, sobre vivir uno Juegos a 15.700 kilómetros de París.RELEVO

¿Y tú?

Bueno, yo soy consciente de que hay grandes especialistas de esa ola que van a competir y ahí va a estar la cosa. Cuanto mejor conozca esa ola y cuanto mejor sepa competir allí, más opciones voy a tener de hacerla frente y de aprovechar un poco mis fortalezas.

¿Cómo es un día de entrenamientos de un surfista profesional? Desde fuera, se os ve como unos 'disfrutones' todo el día en el agua ola para arriba y ola para abajo...

Lo que suele mandar lo primero es el mar y la marea. A partir de ahí, se organiza lo demás. En mi caso, sería una sesión de surf como mínimo y dos, si las olas estuviesen bien. O una muy larga si las olas estuviesen increíbles. Y, después, una sesión más de físico, de gimnasio, donde entraría una parte de movilidad, otra parte de fuerza, para prevenir lesiones y para seguir fortaleciéndome. También tanto tiempo de descanso como de propio entrenamiento, que me viene genial.