JJOO | TENIS

Alcaraz saca el fusil y se mete en cuartos sin despeinarse

El español gana a Safiullin (6-4 y 6-2) y se enfrentará en los cuartos de final al estadounidense Tommy Paul.

Carlos Alcaraz pega un revés en su partido contra Safiullin. /EFE
Carlos Alcaraz pega un revés en su partido contra Safiullin. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

No tiene nada de rutinario, aunque pueda parecerlo. Cada partido en París de Carlos Alcaraz es un comunicado de sobriedad y eficiencia. Se encarama en la línea de fondo y va pegando derechas y derechas hasta que su rival se encuentra en una posición en la que es imposible devolverla decentemente. Cada punto es un enigma para Safiullin en la pista Suzanne Lenglen, uno de esos templos mundiales del tenis. No es mal jugador, pero no está tampoco a esta altura. Por eso termina perdiendo por 6-4 y 6-2, un resultado que no parece tan contundente como las sensaciones que dejaron en la pista.

Alcaraz rompe en el primer servicio de los dos sets. Es un aviso importante para el rival: aquí has venido a sufrir, a perder, no te hagas ilusiones. Alcaraz está logrando no irse de ningún partido, no perder ningún set. Es importante siempre, pero todavía más en una semana con tantos acontecimientos como esta. Combina el individual y el dobles y eso significa muchas horas de pista y una catarata de emociones constante que hay que saber mantenerse firme y solventar sin problemas sobresaltos.

Lo que no se duda es que Alcaraz, ahora mismo, es un talento que prácticamente nadie puede igualar. Su juego está tan cerca de ser perfecto que es normal que sus rivales acudan a la pista algo cabizbajos, como si fueran al matadero. Safiullin entró en el partido y a los pocos minutos ya tenía un 0-3 en contra y con dos roturas de servicio. No fue todo el partido así, hubo ratos en los que subo ponerse a la altura de lo exigido, pero solo ratos. Siempre que Alcaraz necesitaba ponerse serio y subir un poco el nivel dejaba muy presente que es mejor jugador que su rival.

Está sirviendo muy bien, está dominando el juego con calma y estilo. Tiene algún problema en el muslo derecho, lleva unos meses arrastrando una pequeña lesión, por raro que parezca. Es decir, está arrasando en el circuito sin estar del todo perfecto. Tampoco es tan raro, los deportistas conviven con el dolor, pero no deja de tener su mérito.

En alguno de los puntos más importantes levanta la cabeza y grita "vamos". El ruso no tiene más que asumir lo que está ocurriendo, aunque el único partido que habían jugado ambos lo había ganado. Alcaraz no estaba en su mejor momento, la realidad es que Safiullin no puede igualar el ritmo que le pone el español al partido.

Quizá lo más complejo para el del Palmar esta semana sea la gestión de las expectativas. En los Juegos Olímpicos la emotividad estalla, también el nacionalismo deportivo, y las cuentas de la delegación ponen presión en los deportistas más destacados. Quien más y quien menos confía en una medalla de Alcaraz, no pocos cuentan con dos de su parte. Es complicado, siempre lo es ganar, pero es imposible no confiar en alguien como él.

Tampoco parece pesarle. Una de las cosas que más sorprenden de Carlos Alcaraz es su capacidad para gestionar una realidad complicada. Todo el mundo le mira, todo el mundo pone en sus espaldas sus ilusiones, pero nada de eso parece pesarle, él vive ligero, confiado, tan seguro de sí mismo que da casi envidia. Es un contraste significativo lo normal que lo hace él todo con lo anómalo que es lo que está viviendo. Difícil de entender, pero muy fácil de disfrutar, porque en él no solo son los resultados sino ese joie de vivre que siempre la acompaña.

Le queda por delante lo más complejo, ahora es cuando realmente vienen curvas. La primera Tommy Paul, un estadounidense al que ya ajustició en Wimbledon. Es un buen tenista y, a diferencia de la mayor parte de sus compatriotas, no se siente incómodo en la tierra batida. Es rápido y preciso, también paciente, capaz de esperar y hacer juego. Contra eso se enfrentará en los cuartos de final Alcaraz, la penúltima puerta antes de la medalla.