Nadal y Alcaraz se hacen inseparables en la Villa, apartamento compartido incluido: "Si les piden 50 fotos, se hacen 50"
Los tenistas españoles se han convertido en uña y carne en la Villa Olímpica de París.

Son la pareja de moda en el mundo del deporte. Nadie habla de otra cosa en los Juegos de París. El rey y el príncipe del tenis han congeniado a la perfección en la primera cita olímpica del murciano y la última del balear. Jamás un relevo ha sido tan gráfico. Es la fotos de los Juegos. La portada de cualquier periódico deportivo del mundo.
"Compartimos apartamento", confirma a Relevo Carlos Alcaraz tras la rueda de prensa oficial de los representantes patrios del tenis en París en la que las dos estrellas de la raqueta estuvieron presentes junto al capitán David Ferrer, Pablo Carreño y el equipo femenino, comandado por Anabel Medina. No están en la misma habitación, pero sí en un apartamento elevado a categoría de Olimpo del tenis.
El apartamento es solo la punta del iceberg de la relación de Nadal y Alcaraz forjada estos días en París. A diario, en el restaurante, los dos tenistas comen y cenan juntos en una instalación que se paraliza ante su presencia, como confirman a Relevo muchos deportistas españoles. La boxeadora Laura Fuertes lo explica mejor que nadie: "Si les piden 50 fotos, no se hacen 47, se hacen las 50".

Las componentes de la Selección española femenina de balonmano fueron las primeras privilegiadas en hacerse las instantáneas con los dos ídolos. Rafa Nadal es el espejo, como destacó Lara González, la capitana de las Guerreras, en su comparecencia. Pero ambos atienden todas las peticiones, vengan de donde vengan. Nadie quiere perderse su momento con la pareja, desde la selección española de fútbol hasta deportistas de Egipto y China. "También se han hecho fotos con la mayoría de México", confirman desde su delegación.
Nadal ha observado una actitud de Alcaraz en su convivencia diaria en la Villa que le convence y merece sus halagos: "Es bonito que, sabiendo que es uno de los máximos reclamos en todos los sentidos, como se ve cada día aquí, atienda a los demás de esa manera, ese es el legado que dejas. Está siempre con una sonrisa, abierto a atender a todos. Es bueno que sea una persona agradable, amable, receptiva, abierta con los demás". Unas palabras que demuestran la buena sintonía entre dos estrellas que no habían coincidido mucho hasta este verano.
Y es que las lesiones de Nadal en los últimos tiempos le han tenido fuera del circuito y no ha podido, pese "a mantener una buena relación desde el principio" con Alcaraz, profundizar en su relación. Estos Juegos de París están siendo la gran ocasión para hacerlo. Y las numerosas fotos en las que aparecen ambos con otros deportistas, las sobremesas en la Villa, los entrenamientos individuales bajo la atenta mirada del otro lo demuestran.
"Con Carlos hemos compartido menos que con gente como David Ferrer, pero es una buena oportunidad de conocernos más, convivir y aprender de las nuevas generaciones", afirmaba un Nadal que ha encontrado en Carlos un aliciente extra en París 2024. "Estar con alguien como él te rejuvenece, te hacer recordar la energía que tienes con 20 años, la ilusión de lo desconocido", se sinceraba.
El comportamiento de Nadal, en los que "seguro que serán los últimos Juegos", como el mismo reconoció, es el paradigma para el murciano de deportista de élite. "De Rafa puedo aprender probablemente todo, como tenista y fuera de la pista", terciaba Alcaraz antes de destacar una cualidad en particular: "La humildad que tiene con todo lo que ha conseguido es de admirar".
La imagen de Nadal no sólo ha servido para motivar a Carlos Alcaraz cuando de niño soñaba con emular sus gestas. Ahora el icono del deporte español es el mejor guía espiritual en el bautismo olímpico del murciano, su relevo. La importancia que Nadal confiere al olimpismo se contagia a su heredero, su compañero inseparable en estos Juegos.