El precedente de un tenista de Zimbabue en Sídney 2000 o por qué Alcaraz no debe fiarse del nº275 en su debut en París 2024
El murciano debutará en París 2024 ante uno de los tenistas más flojos del cuadro, el libanés Habib.
El sorteo del torneo masculino de tenis de los Juegos de los Juegos Olímpicos dejó un sabor agridulce en el equipo español: a Rafael Nadal le tocó cruz, con un posible cruce ante Novak Djokovic en segunda ronda, mientras que a Carlos Alcaraz le sonrió la fortuna y quedó en un lado bastante amable. De hecho, debutará ante uno de los "caramelos" que había en el bombo: su primer rival será el libanés Hady Habib, número 275 del ranking ATP.
¿Cómo ha llegado un tenista con un ranking tan bajo al cuadro final de los Juegos Olímpicos, donde sólo compiten 64 jugadores? La respuesta no está en el ranking protegido -esa regla a la que se ha acogido Rafael Nadal para poder participar en la cita- ni a una invitación de la organización, pues esas wildcards están reservadas para grandes campeones. Habib ha llegado de rebote, después de que en las últimas horas se produjeran numerosas bajas en el cuadro masculino individual.
Jannik Sinner, Holger Rune o Hubert Hurkacz se bajaron de los Juegos Olímpicos a pocas horas del sorteo, así que la organización no tuvo más remedio que tirar de tenistas clasificados para el cuadro de dobles. "Yo vine aquí a jugar el dobles, pero el miércoles me dijeron que entraba en el cuadro de singles. Y el día del sorteo me toca Carlos Alcaraz. Han sido unos días especiales para mí, muy especiales", ha señalado el tenista libanés.
Habib logró el billete al dobles de París 2024 junto a su compatriota Benjamin Hassan y ni en sus mejores sueños se habría imaginado jugar en un estadio de Roland Garros ante Carlitos Alcaraz, el tenista más en forma del mundo actualmente.
De hecho, en el historial de Habib sólo hay 15 partidos en la máxima categoría del tenis y son todos en la Copa Davis. El libanés es un jugador habitual de los circuitos ITF y Challenger. Su mejor resultado este año fue la final del Challenger de Santos en Brasil, disputado hace un par de meses y sobre tierra batida. Y en cuestión de semanas está compartiendo el vestuario de Roland Garros con auténticas leyendas.
"Cuando entré por primera vez al gimnasio, vi a Rafael Nadal, a Andy Murray y a Novak Djokovic y dije: 'Guau, esto tiene que ser un sueño. Alguien tiene que despertarme'", ha indicado Habib.
El precedente de Costa y aquella llamada de las gemelas
Alcaraz, campeón de Roland Garros y Wimbledon en el último mes y medio, es el gran favorito al oro individual -con permiso de Djokovic- y obviamente nadie se imagina otro resultado que una victoria cómoda y rápida ante Habib en la primera ronda. No obstante, el tenis en los Juegos Olímpicos siempre deja grandes sorpresas. De hecho, hay un precedente con un tenista español en Sídney 2000 que puede ayudar a Alcaraz a salir con las orejas tiesas desde el minuto uno. A no fiarse nada de Habib.
Hablamos de Albert Costa. El que fuera campeón de Roland Garros en 2002 se presentó en los Juegos de Sídney como 15º cabeza de serie, pero su aventura acabó en la primera ronda con una derrota por 6-3, 3-6, 11-9 ante un tenista de Zimbabue que en aquel momento era un total desconocido. Kevin Robert Ullyett era el 173 del ranking cuando se disputó el torneo olímpico. Con el tiempo hizo carrera como doblista (ganó dos Grand Slam junto a su compatriota Wayne Black), pero no logró nada como singlista (su mejor resultado fue la final de Nottingham en 1999).
Aquel día en Sídney, sin embargo, dio una de las sorpresas del torneo al eliminar a Albert Costa. Es cierto que el tenista catalán andaba con la cabeza en otro sitio: la noche de antes le sonó el móvil y al otro lado del teléfono estaba su pareja, Cristina. Era para comunicarle algo importante: estaba embarazada de dos niñas. Albert iba a ser padre de gemelas y se enteró a horas de su debut olímpico.
El torneo de Sídney empezó de la peor manera para Costa, pero el de Lleida se redimiría unos días después colgándose el bronce en dobles junto a su compañero y amigo Álex Corretja. Aquel podio fue el preludio de éxitos como la Copa Davis del 2000 -la primera de la historia de España- y del Roland Garros 2002, el mayor éxito de su carrera.
El nacimiento de sus gemelas le cambió la vida, le cambió la perspectiva desde la que miraba el tenis. "Si pierdo un partido ya no se convierte en una tragedia. Y dentro de la pista me siento más tranquilo, más capaz de todo, más dispuesto a darlo todo, y me concentro mejor", llegó a decir Costa tras conquistar la tierra batida de París.