PARÍS 2024

Rafael Nadal rompió a llorar cuando supo que Zinedine Zidane le iba a entregar la antorcha olímpica: "Fue dos minutos antes"

El español recuerda la ceremonia de apertura de París 2024. "Yo no sabía lo que tenía que hacer, era un supersecreto".

Zinedine Zidane entrega la antorcha olímpica a Rafael Nadal en el momento cumbre de la ceremonia de París 2024. /REUTERS/Dylan Martinez
Zinedine Zidane entrega la antorcha olímpica a Rafael Nadal en el momento cumbre de la ceremonia de París 2024. REUTERS/Dylan Martinez
Nacho Encabo

Nacho Encabo

La imagen de Zinedine Zidane entregándole la antorcha olímpica a Rafael Nadal en el momento cumbre de la ceremonia inaugural de los Juegos de París 2024, con la Torre Eiffel de fondo e iluminada bajo una intensa lluvia en la capital francesa, quedará para siempre como una de las fotografías más icónicas de la historia de los Juegos.

Nadal recibía así el mayor homenaje posible de Francia, país vecino y rival siempre en lo deportivo, pero al fin y al cabo un país rendido ante el hombre que conquistó 14 veces la tierra batida de París. No hay un deportista -ni siquiera un francés- que haya triunfado tantos años y tantas veces en suelo francés como Nadal.

"Nunca voy a poder agradecer lo suficiente a los organizadores, al pueblo francés y al equipo del Comité Organizador de París que me regalaran ese momento", ha señalado el exnúmero uno en una entrevista en el podcast Served, de Andy Roddick, una conversación en la que el español ha revelado muchos detalles hasta ahora desconocidos sobre lo que ocurrió aquella noche del 26 de julio a orillas del río Sena.

"Que me regalaran ese momento, que no es un momento cualquiera, sin ser francés, recibir la antorcha de Zidane enfrente de la Torre Eiffel... Fue uno de los momentos más emocionantes de mi carrera, sin ninguna duda. Los Juegos es algo superior, no se trata únicamente de tenis, sino que es el evento más importante del mundo del deporte. Ser parte de ello, para mí, es un reconocimiento que significa mucho", ha añadido el campeón de 22 Grand Slam. "La historia que tengo con París, con esta ciudad, es difícil de explicar. No sé cómo llegamos a esos números, es algo inimaginable, pero es algo que pasó. Sentir el amor de la gente en el lugar más importante de mi carrera, es algo que me hace sentir muy orgulloso y feliz".

El plan «supersecreto» de los organizadores

Semanas antes de los Juegos, Nadal, que atravesaba un momento muy complicado a nivel deportivo, recibió una llamada de Tony Estanguet, presidente del comité organizador de los Juegos, para proponerle que participara en la ceremonia. El balear aceptó encantado, pero durante la entrevista con Roddick ha revelado que no tenía ni la más remota idea del papel que iba a tener en la ceremonia hasta unos minutos antes.

"Yo no sabía lo que tenía que hacer. Me lo dijeron cinco o diez minutos antes. Era un supersecreto. Yo llegué ahí y, honestamente, no sabía lo que iba a pasar, porque querían llevarlo todo con el máximo secretismo"

Rafael Nadal

En vez de subirse al barco con el resto de la delegación española para desfilar por el río Sena, Nadal fue fotografiado siguiendo la ceremonia junto a su familia en un balcón de un piso parisino. En ese momento, ya se rumoreaba que el balear iba a ser uno de los protagonistas de la tarde. Cuando se puso la noche sobre París, a Nadal le trasladaron a la Plaza de Trocadero, donde terminaba el desfile, y fue ahí cuando supo, por fin, lo que tenía que hacer.

"Yo no sabía lo que tenía que hacer. Me lo dijeron cinco o diez minutos antes. Era un supersecreto. Yo llegué ahí y, honestamente, no sabía lo que iba a pasar, porque querían llevarlo todo con el máximo secretismo", ha explicado Nadal. "Yo estaba ahí en una zona como media hora antes, esperando. Fue una locura llegar ahí, con tanta gente, lloviendo… Entonces, cuando llega el momento, cuando estábamos andando hacia la pasarela, me lo van explicando: 'Vas a estar ahí, vas a recoger la antorcha de Zidane'. Yo estaba nervioso porque no sabía lo que iba a ocurrir. Si ves la imagen, yo subo por las escaleras al escenario para recoger la antorcha. Justo antes, yo estuve esperando dos minutos ahí. Cuando me di cuenta del momento, empecé a llorar un poco y entonces me dije 'Para, no es el momento de llorar, es el momento de disfrutar. Intenta no estar muy emocional y disfruta del momento'. Fue increíble".