JJOO

Zidane entregó a Nadal su primer Roland Garros y ahora le pasa la antorcha olímpica: "Es el más parisino de los españoles"

Los dos deportistas fueron protagonistas en la llegada de la antorcha olímpica a la Torre Eiffel, uno de los momentos de la noche.

Zidane le pasa la antorcha a Nadal. /EFE
Zidane le pasa la antorcha a Nadal. EFE
Gonzalo Cabeza

Gonzalo Cabeza

Cuando el caballero enmascarado apareció en los Campos de Marte ahí estaba para recibirle uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, Zinedine Zidane. Con traje y zapatillas, muy suelto, empezó a recorrer la pasarela. En su brazo derecho la antorcha olímpica. Zizou daba la mano a los voluntarios que le hacían fotos a su lado, quedaban solo unos minutos para que se encendiera el pebetero. Los últimos pasos iban a ser de deportistas muy trascendentes, historia del olimpismo mundial.

La emoción no había terminado, le esperaba al otro lado de la pasarela otro deportista único, alguien que en París ha sido todo. Con chaqueta roja del Comité Olímpico Español y una sonrisa sincera en la boca, Rafael Nadal. Los dos se fundieron en un abrazo bajo la mirada del fuego eterno, los allí presentes y millones de espectadores en todo el mundo.

Zidane y Nadal, Nadal y Zidane, tienen además un evidente vínculo con el Real Madrid. Uno por leyenda, el otro por socio y seguidor indisimulado. Para cualquier madridista, Zidane es una figura importante, y Nadal no es una excepción en esto. Es más, cuando se marchó del Madrid en 2018 el tenis tuvo una frase para quien este viernes le dio la antorcha: "Duro de aceptar; ojalá vuelva"

No es la primera vez que Zidane y Nadal caminan juntos. Rafa ha logrado ganar la increíble cantidad de 14 Roland Garros, es el deportista que cambió la historia del torneo, y cuando ganó el primero, en 2005, su sueño se cumplió y el que puso la rúbrica en aquella ocasión fue el propio Zidane, que le entregó la Copa de los Mosqueteros.

En realidad, tiene toda la lógica del mundo que Nadal aparezca como uno de los deportistas clave en una ciudad como París. No solo porque sea uno de los mejores atletas de todos los tiempos, que lo es, sino porque tiene una relación especialmente estrecha con la ciudad.

Él es el chico que desde la adolescencia apareció allí una y otra vez en la pista Philippe Chatrier para llevarse el premio final. 14 ediciones terminaron en su haber, un historial que le terminó convirtiendo en un ídolo inigualable, incluso tiene una estatua en el recinto del torneo. Siempre gustó en París, pero lógicamente su evolución fue enorme hasta convertirse en uno de los elegidos de la ciudad en una de las noches más importantes que se recuerdan en la capital francesa.

Ya lo dijo la retransmisión francesa, que tenía clarísimo que la persona que recogía la antorcha era importante: "Ahí está Rafa Nadal, el más parisino de todos los deportistas españoles".