A Carolina Marín la plata le sabe a oro
La onubense cae ante He Bing Jiao en la final del Abierto de Francia, pero demuestra que su bádminton está 'de vuelta' tras la lesión.

Faltaban dos meses para los Juegos Olímpicos de Tokio 2021 cuando llegó la peor noticia posible. Carolina Marín se había roto el ligamento cruzado de la rodilla izquierda y los dos meniscos: interno y externo. Era su segunda lesión de gravedad en dos años. Fue entonces cuando el mundo se le vino encima. Con 28 años ya y otra rotura del cruzado no solo veía que el sueño olímpico se esfumaba, sino que pensaba que también lo haría su vida deportiva. Nada más lejos de la realidad. A la jugadora onubense aún le quedaba (y le queda) mucho bádminton por mostrar y así lo hizo. 19 meses después, Marín había logrado clasificarse a otra final, la del Abierto de Francia. Esta vez, el partido salió cruz. Pero a todos se nos quedó buena cara. Nunca un segundo puesto significó tanto.
Marín se midió este domingo en París ante la china He Bing Jiao. Y la final comenzó a favor de la onubense. 16-21 en la primera manga a favor. Sin embargo, la suerte esta vez no estuvo de su parte. La segunda, cayó 21-9. La tercera, por solo 22-20. He Bing Jiao dejaba a Marín sin el primer puesto del podio. Pero la hora y 16 minutos que duró la final fue mucho más que simplemente la duración de un partido.
La épica lucha mostrada en pista volvió a ilusionar a todos los que la siguieron. Pero, sobre todo, a los que siguen de cerca el deporte español. Porque si ya había sido ilusionante y esperanzador ver el nivel que había mostrado la onubense durante todo el torneo, lo visto en esta final lo confirmaba todo.

La intensidad de la primera manga en la que con un igualado 16-16 acabó imponiéndose. El no decaer pese al parcial de arranque de 0-7 a favor de su rival en la segunda (9-21). Y el talento, casta y coraje que mostró en una tercera que comenzó cuesta arriba y acabó igualando 12-12 para brindar su mejor versión. Y no, no fue suficiente de cara al marcador final (22-20). La tres veces campeona del mundo, seis de Europa y campeona olímpica se quedaba sin el primer premio, pero ganaba todo lo demás.
Aquellos fantasmas que perseguían a Carolina Marín desde que, por segunda vez en dos años, se destrozase la rodilla han desaparecido. Y ese "baile", como ella misma publicaba horas antes de la final en su Instagram, se ha convertido en una danza que todavía no tiene escrito su final. "Segunda en el Open de Francia. Muy cerca y muy orgullosa esta semana. Gracias por vuestro increíble apoyo", publicaba la onubense tras la final.
2nd place at French Open!🥈 So close and so proud of this week. Thanks for your amazing support 🙌🏻♥️
— Carolina Marín (@CarolinaMarin) October 30, 2022
2ª en el Open de Francia 🥈 Muy cerca y muy orgullosa esta semana. Gracias por vuestro increíble apoyo 🙏🏻
📸 @badmintonphoto #PuedoPorquePiensoQuePuedo pic.twitter.com/QSjTA4KhiE
A sus 29 años, Marín aún no está a su mejor nivel. Pero la campeona de Río 2016 avanza de forma vertiginosa en el camino para poder conseguirlo. Queda Carolina para rato. Y eso es muy bueno para el deporte, no solo nacional, sino mundial.