MODA

Combinar una camiseta de fútbol con falda hace tiempo que dejó de ser raro: "Vivo en Milán y ahora ir en chándal es ir a la última"

Relevo charla con dos expertos en la materia sobre una tendencia lleva tiempo al alza.

Leah Williamson, la capitana del Arsenal y de la selección inglesa, es una de las máximas exponentes de esta moda. /Instagram Leah Williamson
Leah Williamson, la capitana del Arsenal y de la selección inglesa, es una de las máximas exponentes de esta moda. Instagram Leah Williamson
Sandra Riquelme

Sandra Riquelme

Hace unos días, tomando algo, una de mis amigas apareció con una camiseta del Arsenal. Aquella granate, de la temporada 2005/06, con el '10' de Thierry Henry a la espalda. Mi amiga no tiene ni idea de fútbol y ni mucho menos sabe quién es el mítico exdelantero francés. "La vi en un mercadillo y me gustó el color", fue su explicación.

Combinar una camisa con una sudadera o una camiseta de fútbol con una falda hace tiempo que dejó de ser algo raro para casi todo el mundo. Hace unos días, uno de mis jefes vio a Chenoa en La1, se acordó de ella llorando por David Bisbal en chándal y me encargó este reportaje. No iba mal tirada porque la extriunfita, sin quererlo ni saberlo, fue una adelantada a sus tiempos: en horario de máxima audiencia y en chándal.

Para explicar, o intentarlo, cómo la ropa de deporte hace tiempo que salió de los gimnasios y conquistó las calles, recurrí a dos expertos: Paula Peña, redactora de moda de MujerHoy, y Alejandro Mendo, que "divulga sobre el fenómeno planetario de las camisetas y explica por qué son mucho más que un trozo de tela", según su perfil de autor en Relevo.

Los tres factores que posibilitan que alguien pueda plantarse en una boda con zapatillas

Para Paula Peña, hay tres factores que posibilitan que alguien pueda plantarse en una boda con unas zapatillas y a nadie le parezca una locura. "El primero es prepandemia, con el éxito de Phoebe Philo, diseñadora que durante su etapa en Celine (2008-2017) revolucionó el armario de trabajo femenino y popularizó los sneakers como un calzado apto para ir a la oficina, algo que antes de su influencia era impensable", cuenta.

El segundo tiene que ver con la música callejera, "cuando sus cantantes empiezan a irrumpir en el mundo del lujo", según Paula Peña. "Demna Gvasalia se incorpora a Balenciaga como director creativo, para cambiar por completo la estética clásica de la firma española y convertir su imagen en un lujo muy informal y callejero. A la vez, crea Vetements, y otras firmas como esta, que elevan el chándal al lujo, empiezan a tener éxito", detalla.

Luego está TikTok, que viraliza todo, la influencia de estilos y la mezcla de grandes eventos deportivos con el mundo de la moda. "Gracias a estilos como el de las portuguesas, que se caracteriza por mezclar prendas, colores y estampados inesperados de forma exitosa, empezamos a ver pantalones como el clásico de Adidas en colores tan estridentes como el rojo, combinados con camisas impolutas y abrigos largos, por ejemplo. Los Juegos Olímpicos de París y la influencia de LVMH, el gigante de lujo que dirige marcas como Louis Vuitton o Dior, también cambian el panorama. Este grupo empieza a ver en el mundo del deporte y en los deportistas de élite otro filón para llegar a las masas", señala.

“Ahora ir en chándal es ir a la última”

Alejandro Mendo es uno de los mayores expertos del mundillo. "Tendencias y trozos de tela en Relevo y Revista Panenka" reza su biografía de X, el antiguo Twitter. Un día, me encantaría visitar su armario, os lo prometo. Algunos de sus hilos sobre moda deportiva cuentan con millones de impresiones. "En pocas palabras, vuelve a ser cool, vuelve a estar de moda, ir en chándal", cuenta. "Antaño lo asociábamos, quizá, al sábado a hacer deporte, domingo ir al supermercado, pero ya enseguida el registro pedía o requería a unos vaqueros o algo más formal. Ahora ir en chándal es ir a la última. Esto como nota personal te lo confirmo que en Italia yo vivo en Milán", apostilla.

Tanto Paula como Alejandro coinciden en destacar el fenómeno Atleisure, la mezcla de las palabras Athletic y Leisure, y que puede llamarse Workleisure si se extiende al ámbito laboral. "Es lo que Vanessa Friedman, jefa de crítica de moda en The New York Times, acuña como Workleisure, un estilo que mezcla prendas clásicas de oficina, como una blazer, con elementos del Athleisure, es decir, el mundo del deporte o el chándal. Durante estos años se extiende como la pólvora el uniforme formado por mallas de ciclista y blazer. Una consecuencia de la necesidad de encontrar ropa cómoda, pero estilosa, para trabajar en casa", expresa Paula.

El fútbol también ha hecho lo suyo, claro. "Al principio quizá los más futboleros arqueaban o arqueábamos alguna ceja cuando ves una persona vestida con la camiseta del Chelsea y una falda y sabes, no sé, tienes la intuición de que no es precisamente una seguidora del Chelsea, sino que es una persona a la que le gusta ir a la última y lleva una camiseta de fútbol", dice, como si estuviera hablando de la amiga que os presenté al inicio del texto. Además, explica cómo los clubes de fútbol han contribuido a la moda: "En los últimos, yo diría 5, 10 años se han presentado los futbolistas, ya sea los futbolistas de los equipos o modelos para la ocasión, combinando las camisetas de fútbol con ropa de calle", desarrolla Alejandro. Yo, por mi parte, acabo el texto mientras combino una camisa de raya diplomática con una sudadera Nike y una blazer negra.