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Mireia Cabañes recupera su pie ortopédico: "Cuando la encontraron pensaron en tirarlo porque parecía un pie de un muñeco"

La parasurfista logró recuperar el pie ortopédico de su prótesis con la ayuda de un vídeo transmitido por sus redes y la movilización social que se generó por su viralidad.

Mireia Cabañes perdió su pie ortopédico y lo encontró con la ayuda de las redes sociales. /EME_CABANYES
Mireia Cabañes perdió su pie ortopédico y lo encontró con la ayuda de las redes sociales. EME_CABANYES
Mateo López de Prado

Mateo López de Prado

Mireia Cabañes danza sobre las olas cada día con su tabla de surf, nada la detiene. Ni una marejada, ni una tormenta eléctrica, siempre sonríe ante la adversidad y las piedras que se le interponen en su camino. Ella supera los obstáculos en la vida con la misma positividad con la que afronta una sesión de entrenamiento en la Playa de Cuberris de Ajo en Cantabria, y su pasión es uno de los motores que la impulsa al despertarse cada mañana.

Un pequeño percance no la iba a detener. Una mañana veraniega, como otra de tantas, cargó su tabla, viajó 45 minutos hasta la playa y comenzó su entrenamiento, pero sucedió algo que cambió los planes. Había perdido el pie de su prótesis. Porque sí, una parte de ella es una pierna ortopédica que le acompaña desde hace años y le ayuda ser una persona plenamente independiente, tanto para vivir como para desarrollarse profesionalmente compitiendo en la disciplina del parasurfing.

Con siete años le fue diagnosticado un sarcoma de Ewing, por lo que para salvar su vida le amputaron la pierna izquierda por encima de la rodilla. La intervención que le realizaron fue para hacerle una rotoplastia de Van Ness, convirtió su pie en rodilla y su rodilla en cadera para facilitarle la movilidad con una prótesis.

La rápida recuperación de su salud derivada de su mentalidad de superación ante el cáncer, su esfuerzo y su amor por deslizarse al son del mar ha tenido su recompensa. De su cuello cuelgan las medallas de parasurfing de Campeona de España, de Europa y el subcampeonato del Mundo

Y esa actitud de vida le ayudó a encontrar su prótesis. Todo comienza cuando ella se extraña de lo que le costó levantar la pierna al volver de la rompiente de las olas, y nada más notar la succión de la arena por las fuertes corrientes y ver la falta de su pie, sin ningún miramiento, paralizó la tarde veraniega de turistas y residentes de Cantabria al grito de "Mi pie, mi pie, mi pie....". Mireia alertó a su entrenador y a toda persona presente en esa playa ante la pérdida que había sufrido.

Era la primera vez que le pasaba y fue sorprendente, ya que todo estaba bien atornillado y fijado antes de entrar en el agua. Ante el susto, ella, su entrenador, la gente de la playa y los socorristas se movilizaron. Todo el mundo estaba intentando aportar su granito de arena, pero no había forma, no aparecía. El mar es un enigma, no sabes dónde puede acabar algo que entra en sus fauces.

La tensión crecía, comenzaron a bucear para buscar el pie, pero no había manera, la masa de agua era inabarcable. La preocupación recorría a Mireia, la pierna era especial, no conoce otra como la suya y es muy costosa. En palabras para Relevo, confirma su singularidad: " Es un prototipo que hemos ido mejorando para que se pueda adaptar al agua. No sé decirte una cantidad exacta, pero el coste está entre 20.000 y 30.000 euros. No conozco otra así, por lo menos a nivel nacional".

Su fortaleza mental no iba a descender ni romperse un mínimo, ella seguía confiando en la búsqueda para alcanzar un final feliz, "Siempre tuve esperanzas, soy muy positiva y confiaba en en mar". Aunque ese día no pudo hacer nada más, tuvo que volver a casa con las manos vacías. En su hogar continuaba la inquietud, podría estar en cualquier lado de la playa o del Mar Cantábrico por la fuerza de las corrientes, pero surgió una idea: colgar un vídeo en las redes sociales.

Al principio, la iniciativa no le convencía del todo, pero después de no dormir nada esa misma noche por la intranquilidad terminó cediendo y publicó el vídeo tanto en Instagram, como en X. Mientras, en la playa cántabra no se paraba el tiempo. "Una niña, que estaba con su familia en la playa, encontró la prótesis enterrada en la arena y la dejaron encima de un contenedor, aunque primero pensaron en tirarlo, porque parecía un pie de un muñeco", reconoce. El pie ya no estaba en el mar, había vuelto a tierra firme, pero la parasurfista no tenía conocimiento.

Las redes sociales son un arma de doble filo. La apariencia y la crítica predominan en muchas ocasiones, pero en este caso se hizo muy viral y se movilizó muchísima gente. La solidaridad y la unión ayudaron a Mireia a encontrar su preciada prótesis. "Al día siguiente, después de subir el vídeo, ya habían salido a bucear para inspeccionar el mar para buscarlo, pero no encontraban nada. Entonces, cuando llegamos a la playa, desmontamos y vino una chica corriendo y me dijo: 'el pie, han encontrado el pie'. Al principio no me lo creí".

Entre el momento de la familia recogiendo el pie de la arena para dejarlo en el contenedor y el final feliz de Mireia con su prótesis al completo actuaron las redes sociales. "Al ver el vídeo en Instagram, después de dejar el pie en la playa, volvieron a por él, pero ya no estaba. Otra chica lo vio y se lo dio a los socorristas para que finalmente acabara en mis manos", relata la parasurfista. Fue todo una cadena de colaboración en la que se unieron todas las personas por una buena causa.

Mireia estalló de felicidad y en agradecimientos. Lo primero que hizo fue darle un abrazo a los socorristas y sacarse una foto con ellos con una sonrisa de lado a lado. Se había recobrado la normalidad, el susto despareció y quiso corresponder a la ayuda brindada por las redes sociales con otro vídeo para transmitir su felicidad y su gratitud. Porque la prótesis es muy necesaria para su vía profesional, pero también personal, "Con ella puedo ser independiente, correr hacia el mar, cargar con el equipo y moverme por mi misma".