Santi Madrigal, el junior de moda que sueña con los Juegos: "Si he ganado al número 1, ¿por qué no voy a ganar a los demás?"

Tiene solo 20 años, todavía es junior y lo certifica con una medalla en el Mundial de la categoría hace tan solo unos días, pero Santiago Madrigal (Madrid, 2004) entra en la redacción de Relevo antes de enfrentarse ya a un reto de los mayores: lograr una plaza olímpica. Este sábado, este joven madrileño que se ha convertido en el 'niño de moda' de la esgrima estará en el Preolímpico buscando la única plaza en juego, pero lo afronta sin miedo.

En su maleta camino de Luxemburgo lleva una victoria contra el todopoderoso Sandro Bazadze, el número 1 del mundo del sable, lograda a principios de marzo y que le llevó a su primer podio en una Copa del Mundo senior en Padua. "Creo que había visto más asaltos suyos que míos", confiesa al recordar su primer gran día en la élite absoluta. "Le he visto en tantos vídeos que le dije a mi entrenador: 'voy a hacer esto, esto y esto'. ¿Y qué me dijo? Que todo el mundo sabe lo que hay que hacerle pero termina ganando... pero ese día no pasó". A Madrigal le sale una sonrisa al recordar aquella tarde.

El podio absoluto en tierras italianas cerraba una semana de ensueño tras dos medallas europeas en categoría junior, en el cuadro individual y liderando al equipo. "Me sentía como no me había sentido nunca, me salía todo", señala. Ahora, como en un deja vu, ha logrado una medalla mundial en la que todavía en su categoría como preparación a jugarse la clasificación olímpica, que no ve imposible y donde llega como cabeza de serie número 4: "No soy el favorito, ni el que tiene 30 años y necesita ganarlo porque es su última oportunidad de ir a unos Juegos. Así que si doy la sorpresa, muy bien. Si he ganado al número 1, ¿por qué no puedo ganar a los demás? Yo voy sin presión". Además, con sus últimos resultados, ha notado como "los rivales ya miran diferente; también los árbitros...".

Madrigal llegó a la esgrima de casualidad por una caprichosa decisión familiar. "Justo cuando yo nací, mi madre empezó a hacer esgrima porque quería hacer deporte tras el parto y mi padre le buscó algo peculiar", cuenta. A los cinco años, el pequeño Santi con la enérgica niñez quiso hacer "lo de mamá" para unir a su larga lista de actividades extraescolares: "Lo compaginé con el fútbol sala, el kárate y la natación. Cuando aprendí a nadar, lo dejé porque no me gusta nada. Luego dejé el kárate, hasta que me decidí por la esgrima por delante del fútsal".

Desde entonces, se convirtió en un friki de su deporte con el objetivo de llegar a lo más alto. "Recuerdo que cuando era pequeño lo veía todo en YouTube", confiesa. "Me tragaba los mundiales, los europeos... Todo. Me fascinaba y me decía que ojalá yo un día pudiera ganar una medalla de esas". Ahora, empezando a cumplir sus sueños, nos desvela que quien se ha metido de lleno es su padre, que se ha convertido en una calculadora humana con los complicados y enrevesados rankings internacionales: "Es un fanático de los números y calcula todo. Estadísticas, rankings, puntos... Cualquier cosa que quieras saber de tema de puntos, mi padre es el indicado para preguntarle".

Quizás y a pesar de ir sin presión, esta ilusión tan grande con la posibilidad de ir a los Juegos y que tiene a solo un día de competición ha hecho sus secuelas en el cuerpo de Madrigal: "Las últimas semanas me ha costado un poco más conciliar el sueño, estoy nerviosito". En su mente, superar los retos personales que se plantea con 'Pirri', único medallista olímpico español en esgrima y actual presidente de la federación: "Antes de que yo lo consiguiera en Padua me decía que él había sido el único en ganar medalla en Copa del Mundo junior y absoluta. Ahora, él es el único que ha ganado una medalla olímpica para España y, si voy, voy para intentar mejorar su bronce de Pekín. No voy para quedarme en T16 o T8, me gustaría el oro o la plata, pero si me tengo que conformar con el bronce...".

Un hambre pese a su juventud que todo hace indicar que le llevará lejos ahora o, sobre todo, en el ciclo olímpico camino de Los Ángeles 2028. Santi Madrigal ha convertido en el 'junior de moda' de la esgrima y se ha ganado a pulso ser uno de los cinco tiradores españoles que buscarán este fin de semana acompañarar en París a Lucía Martín-Portugués, que logró la plaza en sable a través del ranking olímpico.