CARRERAS DE CABALLOS

En la sala VAR del hipódromo, un cuarto oscuro y sin ventanas: "A veces uno miente, pero no son tontos"

El cuarto de comisarios es la habitación donde los jockeys dan sus explicaciones a los jueces después de cometer una infracción.

Monitor principal del cuarto de comisarios. /Salvador Fenoll
Monitor principal del cuarto de comisarios. Salvador Fenoll
Isabel Pacheco
Salvador Fenoll

Isabel Pacheco y Salvador Fenoll

Veintisiete de julio. Hipódromo de la Zarzuela. Ocho y media de la tarde. Cientos de aficionados se amontonan a las puertas de la famosa instalación madrileña para vivir una noche diferente. Carreras de caballos, foodtrucks, música en directo, buen ambiente y una sala VAR. ¿Una sala VAR? Sí, han leído bien. Aunque su denominación real en este mundillo es la de cuarto de comisarios.

Cómo funciona el cuarto de comisarios. Salvador Fenoll

"El cuarto de comisarios es el cuarto oscuro", apunta entre risas el jockey Borja Fayos a Relevo. "Es esa habitación donde los jockeys venimos a dar nuestras explicaciones después de haber generado cualquier tipo de controversia durante la carrera. Entramos aquí a dar nuestro punto de vista de lo sucedido", cuenta quien se iniciara en el mundo de las carreras de caballos hace ya 24 años.

Desde Relevo quisimos adentrarnos en ese cuarto para descubrir cómo funciona y quienes están detrás de esa sala sin ventanas y repleta de pantallas que, según Borja, "transmite ese toque de seriedad y poder". Para comprobar lo que allí se respira decidimos vivir una jornada veraniega dentro de esa habitación donde cuando uno entra nunca sabe lo que va a pasar.

Aquella sala donde «se ven demasiadas cosas»

"Mi nombre es Carlos Reyero y soy comisario". Hora y media antes de que arranque la primera carrera los 'árbitros' llegan al Hipódromo de la Zarzuela. "Hoy estoy libre, pero siempre vengo por aquí porque me gusta mucho este mundo", confiesa Carlos. Cuatro por jornada, los comisarios son los encargados de velar por el buen cumplimiento del Código de Carreras. "Nuestra función principal es analizar las carreras y ver las circunstancias o posibles incidentes que se produzcan en ella", apunta Francisco Javier Bernáez, uno de los jueces en activo durante nuestra visita.

Dos de los comisarios revisando una acción en el monitor.  Salvador Fenoll
Dos de los comisarios revisando una acción en el monitor. Salvador Fenoll

Seleccionar los jinetes que deben pasar el control antidoping o comprobar las peticiones de equipamiento especial que han realizado los entrenadores, (si un técnico ha pedido que un caballo lleve antiojeras éste tiene que llevarla durante el recorrido), son otras de las funciones que tienen que llevar a cabo. "Muchos piensan que entramos en la sala y nos ponemos a ver la carrera y poco más", apunta en tono de broma uno de los jueces.

Pero, ¿cómo funciona ese cuarto de comisarios donde, según Borja Fayos, "se ven demasiadas cosas"? "En la sala tenemos un monitor principal en el que recibimos la señal de cuatro cámaras distintas dentro del hipódromo y que nos sirve para seguir el recorrido. Además, tenemos cuatro pantallas generales donde nos llega la señal que está emitiendo el realizador", explica el juez Carlos Reyero. Terminada la carrera en ese monitor principal, los comisarios analizan a cámara rápida o lenta cualquier posible infracción. "Una vez concluida y dado el orden provisional de llegada, por protocolo, revisamos inmediatamente todo el recorrido para ver si apreciamos alguna irregularidad que haya pasado inadvertida durante el directo. Si no ha pasado nada avisamos a apuestas del hipódromo y fijamos el orden definitivo", cuenta. Pero si ocurriese algo, a través de los walkie talkies, los comisarios se avisan entre sí para llamar a declarar el jockey en cuestión. En la mayoría de los casos entran de oficio, pero también pueden ser los propios jinetes los que reclamen contra otro caballo u otro jockey.

"A veces les he faltado el respeto o les he levantado la voz a los comisarios"

Borja Fayos Jockey

"Lo que más solemos revisar en una carrera es el tema de las fustas y los cambios de línea", explican los jueces. Según el Código de Carreras de Caballos, "los Comisarios de Carreras deben sancionar a los jinetes que hayan hecho un uso abusivo de su fusta, golpeando al caballo en más de cuatro (4) ocasiones".

"Has dado siete", dice a una jockey uno de los comisarios. "¿Y qué es?", pregunta ella. "Son 200 euros".

Sobre los cambios de línea el Código recoge que "en una carrera lisa o de obstáculos, cuando un caballo o un jinete, en cualquier lugar del recorrido (…) haya empujado, desequilibrado u obstaculizado por un cambio de línea, un contacto o de otro modo cualquiera a uno o a varios de sus competidores, perjudicándoles en su rendimiento, los Comisarios de Carreras pueden distanciar al caballo colocándolo detrás del caballo o caballos a los que así haya molestado (…)".

«Asumí que podía venir a perder amigos»

"Te bajas del caballo a mil revoluciones. A veces les he faltado el respeto o les levantado la voz a los comisarios, pero luego les he pedido disculpas. Me conocen. Saben que tengo un carácter complicado (…) Aquí sucede igual que en el fútbol. A ellos les puede parecer que ha sido penalti y para mí no. Siendo sinceros hay veces que uno miente, pero ellos no son tontos. Se equivocan menos que aciertan", confiesa Borja Fayos al hablar sobre qué siente un jockey cuando lo llevan a declarar a ese cuarto de comisarios. "Tenemos que ser comprensivos con ellos. Vienen de bajarse de un caballo a 70 kilómetros por hora. Llegan reventados, con los nervios alterados... Es comprensible su actitud", reflexiona Reyero.

Carrera de caballos en el Hipódromo de la Zarzuela.  Salvador Fenoll
Carrera de caballos en el Hipódromo de la Zarzuela. Salvador Fenoll

"Intentamos no ser tan duros con ellos porque sabemos que es una profesión de riesgo. Hay veces que no tenemos más remedio que ser duros, pero buscamos la manera de no sancionar de una forma tan estricta. Estamos jugando con su pan y por eso intentamos minimizar un poquito las sanciones dentro de lo que nos deja el Código de Carreras", añade en esa línea el comisario José María Sánchez.

Pese a que la relación entre ambas partes suele ser cordial, hay veces que la situación "es tensa y se complica". "Cuando acepté la propuesta de ser comisario entendí que podía venir a perder amigos, no a hacerlos. Pero si tienes claro que eres un servicio público, las críticas se soportan con cierta alegría", dice Reyero.

Conversaciones breves y al grano

Charlas muy breves y preguntas muy concisas. Así suelen transcurrir los encuentros entre jockeys y comisarios. Con un margen de treinta minutos entre una y otra carrera, el debate no puede excederse más allá de los diez minutos. Durante nuestra visita, a diferencia de lo que ocurrió en la jornada anterior, todo transcurrió con normalidad. "El otro día hubo un accidente y se dilataron las carreras. Tenemos que ver muchas imágenes, llamar a muchos jockeys, mirar los caballos implicados... Nos fuimos del hipódromo a las tres de la mañana", cuentan.

"Estamos jugando con su pan y por eso intentamos minimizar las sanciones"

José María Sánchez Comisario

Porque... ¿qué pasaría si los comisarios no se ponen de acuerdo? "Dependiendo de la severidad de la decisión podemos estar de acuerdo en imponer una determinada sanción a un jockey, que puede ser desde una multa económica a una suspensión de la licencia por un tiempo determinado. Podemos estar de acuerdo en el principio y luego debatir si la multa debe ser de 50, 100 o 200 euros. Pero normalmente nos ponemos de acuerdo. No es algo que suela ser conflictivo", dice Reyero.

En un abrir y cerrar de ojos la noche va llegando a su fin. "¿A qué se os ha pasado rápido?", nos preguntan. Sin incidentes, la jornada en el Hipódromo de la Zarzuela transcurre con normalidad. "No siempre son así". Porque pese a ser vistos como 'los malos de la película' a diferencia de lo que sucede en el fútbol donde muchos siguen cuestionando la existencia del VAR, aquí nadie se imagina una carrera de caballos sin comisarios. "Sería de locos. La anarquía total y absoluta".