¿Qué es el pickleball, el deporte de moda?
Este deporte de raqueta es el que más ha crecido en EEUU en los últimos años y ha atraído a varias estrellas de la NBA. En España gana cada vez más adeptos.

Cuando supo de su existencia un día de 2009 a dos horas de viaje de la casa de su familia en Newport Beach (California), nadie le habría dicho a Mike Hess –profesor de universidad en España por aquel entonces– que unos años después aquel deporte tan particular tendría casi cinco millones de jugadores en Estados Unidos y crecería a ritmo imparable en otros países como España. Inventado por un congresista estadounidense y sus amigos para entretener al hijo del primero en el verano de 1965, el pickleball gana seguidores cada día y se abre paso entre todas las edades.
Por si fuera poco, en los últimos dos meses varias grandes estrellas de la NBA y la NFL han invertido en equipos de la Major League Pickleball, la principal liga de este deporte en EE UU. LeBron James (Los Angeles Lakers), Kevin Durant (Brooklyn Nets), Draymond Green (Golden State Warriors) y Kevin Love (Cleveland Cavaliers) están detrás de estas inversiones, así como el mítico Tom Brady, el mejor jugador de fútbol americano de la historia. Incluso Bill Gates, cofundador de Microsoft, aseguró en agosto que lleva 50 años practicándolo.
Pero, ¿cómo se juega?
Es un deporte de raqueta que se practica en una pista con las mismas medidas que el dobles de bádminton (13,41m x 6,1m), pero con la diferencia de que la red está a ras de suelo (la cinta blanca se eleva 91 cm en los extremos y 86 en la zona central, prácticamente como la de pádel). El objetivo es pasar la pelota al campo contrario antes de que dé un segundo bote. La bola es de PVC perforado y, junto a las palas, de material rígido (madera, grafito, etc), hace que la banda sonora de un partido de este deporte tenga unas notas muy particulares.
El pickleball cuenta con una zona de no volea, en la que no se puede entrar salvo que la pelota haya botado dentro justo antes. Esta se extiende 2,13m más allá de la línea divisoria de los dos campos. A diferencia del resto de deportes de raqueta, solo suma puntos quien esté en posesión del saque. Aunque existen todo tipo de modalidades, lo habitual es jugar por parejas, ya sean mixtas o no, y se suele competir al mejor de tres sets a 11 puntos cada uno, con diferencia de dos.
Hess (Cincinnati, 1965) ha sido muchas cosas en su vida: atleta del año en la Universidad de Irvine (California), entrenador asistente, jugador de baloncesto profesional, ejecutivo de cuentas de una multinacional, director de marketing de Adidas Basket para Europa, Oriente Medio y África y, desde 2002, profesor universitario. Pero, sobre todo, ha disfrutado, y lo sigue haciendo, del deporte en todas sus formas.
Por ello, el recuerdo de una tarde de 2009, cuando viajó durante dos horas desde la casa de sus padres en Newport Beach para recibir una lección de vida de la ex tenista profesional Pat Carroll, sigue muy vivo. "Después de cinco minutos jugando me di cuenta de las posibilidades que tenía el pickleball de ser masivo. Pat y una amiga suya nos metieron un doble 11-0, a pesar de que yo corría mucho más rápido y era mucho más joven que ellas", recuerda en conversación con Relevo. "En ningún otro deporte ella, con unos 75 años, podría competir contra alguien de 30".

Y esta es una de las esencias del pickleball, que junta en cada torneo a personas de todas las edades y de todos los niveles en pistas separadas por escasos metros de cemento. "Es algo similar a ir al parque en EE UU con tu balón de baloncesto, donde se te empieza a sumar gente y echas un rey de la pista. Es muy social, poco formal y el ambiente es especial, porque juegas muy cerca unos de otros. Hay mucha diversión y es un deporte muy accesible".
Son precisamente estos dos últimos puntos los pilares de la rápida expansión del pickleball, que ha crecido casi un 40% en los dos últimos años en EE UU hasta alcanzar 4,8 millones de jugadores y más de 38.000 pistas, según la Asociación de la Industria del Deporte y el Fitness (SFIA). Televisiones como la ESPN y el canal Tennis Channel han apostado por retransmitir los principales torneos del país, que ya reparten premios de cinco dígitos.
Hess, que se enamoró de España cuando en 1998 se sacó el doctorado en Business Marketing con Summa Cum Laude en el IESE Business School, empezó a traer material de EE UU –"un par de redes y dos juegos de cuatro palas y pelotas"– y organizar partidos amateurs en las pistas de La Chopera en el Parque de El Retiro de Madrid después de aquella primera tarde con Carroll. Aunque tuvo que luchar contra viento y marea, ya que no muchos apostaban por ese híbrido entre tenis, ping-pong y bádminton, en 2012 logró crear la Asociación Española de Pickleball.
"Nadie estaba dispuesto a pintar líneas ni a dejar las cintas con las que delimitábamos el campo. No sé cuántos rollos de cinta he comprado, miles. A la gente le encantaba, invitábamos a los monitores y a los responsables de la instalación, les gustaba, pero no estaban dispuestos a dejarlo fijo. Cuando me preguntaban dónde jugar, no tenía respuesta, les daba mi contacto y les invitaba para la próxima vez", recuerda.
Hoy, aunque en España no se disponen de cifras tan detalladas como al otro lado del Atlántico, existen alrededor de 100-110 pistas y lo practican más de 1000 personas, cifras en continuo crecimiento al ritmo de "un 70-80% anual", según la Asociación Española de Pickleball y en base a la creación de asociaciones autonómicas, clubes y jugadores inscritos en torneos. Sirva como referencia que el 7º Spanish Open contó con nada menos que 300 participantes.
En octubre de 2023, el Pickeball entró dentro del organigrama de la Real Federación Española de Tenis junto con el tenis, pádel, bádminton y el tenis de mesa. Su presidente Miguel Díaz comentó que es un deporte que "va a ser conocido por mucha gente".
En la misma presentación estuvo Roberto Pérez, el presidente de la Federación Española de Pickeball, que tiene intención de que este deporte esté presente en colegios, institutos y en todos los ámbitos para darle el impulso y que termine de ser conocido por todos los públicos.
Un deporte muy inclusivo
Aunque se le ha considerado un deporte para mayores, la media de edad ha bajado hasta los 38,1 años y el crecimiento más grande desde la pandemia se ha dado entre los menores de 24 años al otro lado del Atlántico. Todos los consultados por Relevo destacan, además, el carácter inclusivo del pickleball. De hecho, España cuenta con la primera medallista de Europa con discapacidad.

Carmen López Abate hizo historia en Amsterdam 2019 al convertirse en la primera jugadora con síndrome de Down en acabar en el podio de un campeonato de pickleball de categoría absoluta. Lo hizo junto a Concha Delgado en dobles femenino.
Estas características y la baja tasa de frustración que ofrece el deporte han hecho que las instituciones empiecen a verlo con buenos ojos. Es el caso del Ayuntamiento de Madrid, que ha apostado por él por ser "inclusivo" y practicable "por una gran masa de nuestra sociedad, desde niños hasta personas mayores", en palabras de Sofía Miranda, delegada de deporte. Desde 2021 pusieron en marcha una escuela intergeneracional e inclusiva de pickleball en el centro deportivo municipal de Moratalaz en colaboración con la Fundación Alas Madrid.
"Con este convenio, a través de la práctica del pickleball, se pretende aportar una perspectiva inclusiva, fomentando la autonomía frente a la dependencia de las personas con discapacidad intelectual como herramienta socializadora. Además, se da la oportunidad de asistencia de alumnado de diferentes edades. Con ello, se promueve la participación de las familias conjuntamente en actividades de ocio deportivo, generando nuevas alternativas", añade Miranda.
Esta temporada 2022/23 han abierto cuatro escuelas en colaboración con la Asociación madrileña de pickleball (Blanca Fernández Ochoa, La Chopera, Faustina Valladolid y Cerro Almodóvar), han renovado el convenio con la Fundación Alas Madrid, y cuentan con 13 clases impartidas por personal deportivo del Ayuntamiento en cuatro polideportivos (La Elipa, Plata y Castañar, Fernando Martín y Raúl González) con un presupuesto de más de 22.000€.
La 'mamá' y el 'papá' del pickleball en España
Gema García y Dani Hernando son considerados por muchos de los jugadores de pickleball en España como los pioneros de este deporte a nivel competitivo. Ambos lograron la primera medalla internacional para nuestro país en la categoría dobles mixto en Ámsterdam en 2016. También crearon la Asociación Madrileña de Pickleball y actualmente son monitores del Ayuntamiento de Madrid. Transmiten su experiencia y sus conocimientos acerca de este deporte a pequeños, mayores e incluso jugadores de nivel y reconocen estar encantados con el despegue de algo en lo que ellos creyeron desde la primera vez que lo vieron.
"La primera vez que fuimos a competir, entramos en la pista y vimos a gente de todas las edades y niveles; eso nos llenó muchísimo. El tema de la inclusión y el deporte para todos es algo que nos interesa mucho. El pickleball permite que personas mayores puedan llegar a practicarlo y puedes ver en el mismo torneo a jugadores de 75 años como mi padre, o a niños de 8 y 9, como mis hijos. Tiene un componente social e inclusivo que engancha. Te hace vivir cosas únicas como ir a un torneo con mi padre, y que él ganase medalla en su categoría y yo en la mía", reconoce García, presidenta de la Asociación Madrileña de pickleball, a Relevo.

Hernando, responsable de competición de la Asociación Española y Madrileña de pickleball, señala los alicientes clave del éxito: "Es un deporte barato, divertido y competitivo. Además, es fácil. Se junta todo. Te lo pasas bien, a nivel social disfrutas, a nivel técnico no hace falta que seas una máquina, se aprende fácil. No es caro. La instalación vale con que tenga el suelo liso y es portátil. Esto hace que coja adeptos muy rápido".
¿Y el futuro? Los dos señalan el apoyo de las grandes marcas y de las instituciones como clave y destacan el hecho de que algunas de ellas estén apostando ya por un deporte que aún no tiene federación propiamente dicha: "Es un orgullo que funcione tanto algo en lo que creíste cuando nadie creía".
¿Cuál es el origen del pickleball?
Sus orígenes no son tan recientes como podrías esperar. Según USA Pickleball, la asociación estadounidense de este deporte, nació una tarde verano de 1965. En aquel entonces, Joel Pritchard, congresista, y Bill Bell, empresario del níquel, estaban pasando sus vacaciones en Bainbridge Island (Washington), cerca de Seattle, junto a sus familias y al volver de un partido de golf se encontraron al hijo de 13 años del primero, Frank, aburrido. Rápidamente, quisieron darle ejemplo de cómo entretenerse con lo primero que encontraron. Bajaron a ras de suelo la red de la pista de bádminton que tenían en el jardín, cogieron una pelota de plástico perforada de un set de iniciación de béisbol y dos raquetas de ping pong y jugaron los primeros puntos de un deporte que aún no tenía nombre.

Barney McCallum entró dentro del trío fundador unos días después, cuando Pritchard le pidió que fabricase unas palas de madera más resistentes tras haber roto las suyas. Se convirtió en el tercer pilar de un trío que daría forma reglamentaria y material a un deporte que actualmente cuenta con cerca de cinco millones de practicantes en EE UU y crece exponencialmente.
Pero aún había que darle un nombre. Ahí fue pieza clave Joan, la esposa de Pritchard. Fue ella quien pronunció las palabras pickle ball por primera vez y lo hizo inspirada por las carreras de consolación que se disputaban entre los regatistas universitarios, denominadas en inglés pickle boat (término utilizado para mencionar al último barco que vuelve a puerto) y de las que era una gran aficionada desde sus tiempos en el Marietta College. La traducción al castellano sería algo así como "barco de las conservas" debido a que el resto de la flota pesquera ya se había puesto a conservar el pescado cuando el último navío entraba a puerto.
¿Pero por qué decidió darle ese nombre a un deporte que nada tenía que ver con el medio acuático ni el remo? Tal y como explicó su hijo, Frank, en 2021 en un artículo de Pickleball Magazine: "Según cuenta mi madre, los remeros que sobraban se metían en estos pickle boat. Ella pensó que el pickleball era una especie de mezcla de otros juegos (bádminton, tenis de mesa) y decidió que pickleball era un nombre apropiado".