Una sanción por tener la menstruación en pleno partido provoca un dilema en el mundo del bádminton: "El suelo estaba lleno de sangre"
La escocesa Kirsty Gilmour solicita la creación de protocolos para que las jugadoras de bádminton puedan acudir al vestuario con un tiempo estimado para eliminar el sangrado.

La edición 2023 de Wimbledon se convirtió en la primera donde las mujeres podían llevar ropa interior de color, dejando atrás el blanco impoluto tradicional en la catedral del tenis por una buena causa: proteger a las tenistas, incómodas con el uniforme si les coincidía con el período de la menstruación. En su homólogo torneo en el bádminton, el All England, celebrado este en Birmingham, no hay problemas con los colores y existe total libertad en la vestimenta, pero sí se ha abierto un debate sobre la regla que se puede extender a más deportes por culpa de una multa en el último campeonato de hace solo unas semanas.
La afectada fue la escocesa Kirsty Gilmour, gran rival de Carolina Marín a nivel continental y su contrincante en cuatro finales de Europeos, durante su partido de octavos de final ante la número 1 del mundo, la coreana An Se-Young: "Treinta minutos antes de salir a la pista, en el vestuario, la regla me llegó inesperadamente. No pasaba nada, tenía tampones y compresas, y podía enfrentarme a la situación".
"El inicio del partido fue complicado, perdí el primer set. Pero luego gané el segundo y no mucha gente puede decir que ha ganado un set a An Se-Young este año. ¡Ha ganado los 20 partidos que ha disputado este año! Pero tras igualar el partido, noté que había 'movimientos' en mis pantalones cortos [a causa de la regla] y le pregunté al árbitro si podía ir al baño para solucionarlo". El juez de silla se lo permitió, Gilmour se fue a vestuarios... y tardó más de los dos minutos estipulados en la pausa entre sets, recibiendo una sanción por "retrasar el juego" y una tarjeta amarilla que puede provocarle una multa de 500 dólares si suma tres a lo largo de la temporada.
"Perdón por ser tan gráfica, pero... ¡Habría sangrado en la pista si no me hubieran dejado ir al vestuario! Así que, ¿qué demonios se supone que debía hacer?", afirmaba en la zona mixta tras el encuentro en un testimonio que ahora certifica con una petición durante una entrevista en Telegraph: "El bádminton tiene protocolos por si necesitas el baño, tiene protocolos si tienes una herida con sangre... pero no tenemos protocolos para la regla".
"¡Habría sangrado en la pista si no me hubieran dejado ir al vestuario!"
"Yo lo consideraría una emergencia médica, sin querer ser explícito, pero hay sangre involucrada. Por ejemplo, cuando volvía a la pista, el suelo del vestuario estaba lleno de sangre. Si recibes una tarjeta amarilla por esto, creo que entonces tenemos que repensar las reglas. Se debería establecer algún tipo de protocolo para que las personas con la regla puedan afrontar la situación, porque es algo que no se puede evitar". Además, Gilmour especifica que debería ser a través de un código discreto y haciendo fácil la situación: "No hay nadie en el mundo que, teniendo la regla, quiera pararse delante de miles de personas y decirle a alguien con un micrófono que está sangrando".
Evidentemente, y como pasa en otros deportes, este tipo de sanciones están creadas para que ningún jugador aproveche el parón entre sets para descansar, reactivarse y volver renovado a la pista, mientras su rival le espera sentado en su banquillo. "Acababa de empatar a sets contra An Se-Young en el All England, por lo que no creo que sea yo quien se iba a aprovechar de parar el partido. Sé que es difícil entender cuándo jugadoras pueden estar diciendo la verdad o solo queriendo perder tiempo. Igualmente, creo que es necesario repensar esa regla".
"Cuantas más mujeres podamos incorporar a puestos de liderazgo en el deporte, más terreno podremos cubrir en este tipo de reglas"
Tras la protesta de Gilmour justo después del encuentro, la Federación Internacional de Bádminton (BWF) retiró la sanción y la posible multa, pero no por la situación sino porque se entendió que el árbitro tardó en dar el permiso para abandonar la pista. Por ello, la escocesa ha decidido no callarse y abrir una batalla: "Esta es probablemente la primera conversación seria que hemos tenido sobre la menstruación en el bádminton. Creo que las jugadoras debemos empezar a sentirnos cómodas con estas conversaciones. Me he vuelto mucho más abierta a hablar de la menstruación, el sangrado o el ciclo menstrual con esto, porque el 50% de la población lidia con ello cada mes y el otro 50%, si a alguno le da miedo hablar sobre esto, habrá que decirle que madure".
En su reclamación, Gilmour señala al palco y a las altas instancias donde, parece, no se termina de entender este debate o, al menos, no se pone remedio en el reglamento: "Mayoritariamente, los hombres son quienes ocupan puestos de poder en los órganos rectores, y creo que poco a poco estamos viendo cambios, pero simplemente se necesita un conocimiento más profundo por parte de mujeres. Cuando más conocimiento en la sala, mejor. Cuantas más mujeres podamos incorporar a puestos de liderazgo en el deporte, más terreno podremos cubrir en este tipo de reglas y situaciones".