La gimnasta que huyó de la guerra y comparte película con Belén Rueda: "El día del casting encontraron muchos muertos"
A María Netavrovana la guerra le rompió su vida y sus sueños. Bayona lleva al cine la historia de una gimnasta ucraniana que ella protagoniza y relata en Relevo cómo el deporte volvió a salvarle.
![María Netavrovana, en un fotograma de la película 'Caida libre'. /](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/28/media/cortadas/gimasta-RQJzbfMQEDJs8lJ4XTPZfhN-1200x648@Relevo.jpeg)
Esta semana se estrenaba en nuestro país la nueva película de Jota Bayona, 'Caída libre', donde junto a la directora Laura Jou, el español de nuevo ha conseguido emocionar mezclando una historia de tintes deportivos con el horror más absoluto, tal y como lograba hace apenas unos meses con el equipo de rugby que protagonizó la tragedia de los Andes en 'La sociedad de la nieve'.
Este thriller cuenta la historia de Angelika, una profesional de la gimnasia rítmica que debe huir de la guerra de Ucrania. Pero Angelika existe. Se llama María Netavrovana y atiende a Relevo desde Barcelona, donde gracias a la gimnasia, la vida le ha dado una segunda oportunidad... como actriz.
Sin experiencia en la actuación, con una mochila y apenas 300 euros, huyó a España, su nuevo hogar después de perderlo todo. Volver a soñar con competir como gimnasta, y un casting improvisado en uno de los peores días de su vida, le cambiaron el destino.
"En Ucrania era profesional, empecé a competir con cinco años, y como entrenadora tenía mi propio club en Kiev, un lugar con mucho éxito donde iban chicas que ganaban competiciones internacionales y con muchos sueños por delante. Nunca pensé que me iría de allí", empieza contándonos. Echa la vista atrás, aunque tan sólo hace dos años de aquella noche que cambiaría todo.
"Tenía un torneo el 26 de febrero y nos estábamos preparando sin pensar en que una guerra podía empezar, y el 24 fue el inicio. Yo estaba con una amiga esa noche tomando vino y hablando sobre la vida. A las 5 de la mañana nos despertamos con una explosión. Siempre había leído muchos libros sobre guerra y tenía claro que ese día empezaba algo horrible donde no te van a matar rápido. Mi amiga entró en shock y no sabía qué hacer, prefería quedarse ahí y no hacer nada. Al final decidimos salir a un refugio antiaéreo, empacamos mochilas con algo de dinero, dos pantalones, dos camisetas, documentos y algo de comida, aunque las tiendas estaban todas cerradas. Buscamos el refugio y pasamos ahí dos días. No había baño, ni posibilidad de comunicarse, así que decidimos asomarnos un momento fuera a ver cómo era la vida. Ahí escuchamos las explosiones ya muy cerca", relata en un perfecto español que ha aprendido en apenas unos meses.
![Cartel de la película 'Caída Libre'.](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202405/28/media/cortadas/caida-U16124601708QfZ-406x720@Relevo.jpg?cw=300&ch=533)
¿Y qué viste en ese momento?
Me impresionaron los tanques y los soldados, aunque en ese momento no sabíamos si eran de Ucrania o de Rusia. Regresamos rápidamente al refugio, aunque eran los ucranianos. Uno salió corriendo a por una persona que le estaba grabando con el móvil, y está prohibido, porque si no los rusos te localizan. Ahí supimos, y además me llamó mi madre para avisarme, de que su casa estaba llena de soldados. Me gritaba '¡Corre, corre!'
¿A dónde?
Buena pregunta. No recuerdo todo claro, pasaba todo muy rápido, no dormíamos ni comíamos.
Dices que leías libros sobre la guerra… ¿pero creías que podía hacerse realidad?
Claro que no, pensaba que en el siglo XXI era imposible que pasara la guerra en Ucrania, aunque empezó en 2014 en Crimea, Donetsk, etc. Pero viviendo en Kiev lo veía más lejos, y no pensábamos que fueran a invadir el país.
¿Cómo fue la huida de tu país?
Sólo llevaba 300 euros, y nos hablaron de los trenes de evacuación. Me fui con mi amiga en busca de esa estación, aunque no sabíamos cómo llegar hasta allí porque nada funcionaba. Tardamos muchísimas horas en hacer un trayecto muy corto y al final llegamos a Polonia. Los polacos, al llegar, después de más de 30 horas de pie sin comer, te preguntaban si sabías dónde ir y cómo ir. De ahí fuimos a España porque había conocido a un hombre de Barcelona, y empezamos a ser novios un mes antes de la guerra. Nos quedamos en su casa, luego vino mi madre también.
En Barcelona empecé a buscar cualquier trabajo, limpiar casas, pasear perros, cuidar niños… Tenía carnet de refugiada y escribí a todos los clubes de gimnasia y me contrataron en uno, de Esportiu Barnarítmica, que fueron los que me dieron la gran oportunidad como entrenadora, no como gimnasta.
Y a partir de ahí, tu destino volvió a cambiar en un instante.
En Barnarítmica me preguntaron si quería empezar de nuevo a entrenar como gimnasta. En España hay muchas posibilidades para diferentes niveles y edades. Eso no existe en Ucrania, aquí con 25 años había posibilidad de competir. Yo estaba en un estado mental en el que había tocaba fondo, no tenía ganas de vivir. Dije que sí para tener algún objetivo en mi vida. Y en ese justo momento vi un casting, pero no entendí la palabra película. Me lo comentaron los entrenadores, que estaban buscando actrices gimnastas. Yo pensaba que era para hacer un vídeo para un cantante o algo así, no pensé que fuera para algo tan grande, no hablaba español, y tan sólo llevaba una semana de vuelta como gimnasta.
Eso sí parecía un sueño, ¿no?
Me estaba pasando todo en general muy rápido. De un lado pasaban cosas horribles en Ucrania, y por otro, cosas hermosas en España. Cada gimnasta quiere algún día volver a probar lo que es competir. Guardo el vídeo que mandé al casting y me veo intentando leer un papel en el que decía "me llamo María, tengo 25 años". En el intento 50 lo envié sin esperar nada, porque ya no tenía nada que perder.
Bayona cuenta que la película llegó en uno de los días más trágicos de tu vida.
Sí, en ese momento de casting, Ucrania liberó Bucha y a todos los pueblos alrededor de Kiev. En mi pueblo encontraron muchas personas muertas, violadas, y a mi amigo, que no tenía heridas en su cuerpo, es decir, que le habían enterrado vivo. Debajo de él había muchas personas muertas. Mucha gente conocida había comprado casas en Bucha, teníamos un campo de entrenamiento allí, estaban mis gimnastas, y no podía saber si estaban vivas.
¿No les contaste nada de tu vida al equipo de la película?
No conté nunca nada, a nadie. Yo no quería que me cogieran por 'ay, pobre María…'. Y era muy doloroso hablar de eso. Ahora sí porque trabajo con psicólogos, pero antes era muy difícil. Con entrenamientos de actuación tuvieron que saber cómo sacar las emociones que había en mí. Hasta el post de Bayona nadie sabía de mi historia. Lo más difícil de no tener experiencia en interpretación es el trabajo emocional.
Pero lograron sacarlo...
Me gusta la frase de lo hermoso que es la capacidad de convertir el dolor en arte. Y lo convertimos. Sin dolor, yo no habría podido sacar las emociones que tenía que sacar, no era actriz.
Belén Rueda interpreta a una entrenadora que te maltrata. ¿Te ha tocado esa experiencia también en la vida real?
Sí, todas y todos los gimnastas de mi edad lo hemos vivido, ahora ha cambiado mucho. Antes era como normal decirte que eres tonta, gorda, un árbol… Y crecemos con esos pensamientos. Ahora está cambiando, específicamente en España. Sé que existe todavía, pero no es como en Ucrania.
Maria y Angelika, son lo mismo. Dos gimnastas que soñaban con llevar a lo más alto a su país a través del deporte, y las bombas casi terminan enterrándolas. Sin embargo, han tenido una segunda oportunidad, y no la van a despreciar:
"No hay que tener miedo a hacer las cosas, no pasa nada si crees que no eres suficiente, no tienes nada que perder. Si no sale bien, no pasa nada. Tenemos la vida y hay muchas personas que no pueden probar. Mi familia sigue en Ucrania, mi abuela murió por un cohete cerca de su casa… Están muy mal, y todos los ucranianos están en una depresión muy profunda. Fui por primera vez de nuevo esta Navidad y lloré como una loca. Parecía otro país, todo el mundo habla de la guerra. No pienso en volver, España es un país terapéutico. Lo que me ayuda a seguir creciendo y viviendo es que yo tengo la oportunidad de vivir, tengo esa suerte. Tenemos que disfrutar la vida por esas personas que no pudieron seguir viviendo. Lo hago por ellos", reflexiona la exgimnasta ucraniana, ahora una actriz de futuro que sigue aferrándose a la vida como lo hizo al deporte y al tren que le sacó de su país.