ENTREVISTA | VÍCTOR ALFARO

Los hermanos de un pueblo de Huesca que cuidan los pies de las estrellas y trabajan en plantillas inteligentes: "Las estamos testando"

Los podólogos Víctor y Javier Alfaro han tratado a más de 6.000 deportistas de élite: del Real Madrid, el Atlético o la Selección a los equipos olímpico y paralímpico… y un millón de atletas amateurs y pacientes comunes.

Víctor Alfaro y su hermano Javier, en Podoactiva. /PODOACTIVA
Víctor Alfaro y su hermano Javier, en Podoactiva. PODOACTIVA
Mario Ornat

Mario Ornat

Las estrellas del fútbol, atletas, equipos y ex jugadores de baloncesto, los deportistas del equipo Olímpico y Paralímpico de España; ciclistas, tenistas, pilotos, clubes de balonmano, padelistas, gimnastas, montañeros, actores, actrices, cantantes, magos, modelos e influencers, locutores y presentadores. Los tenistas del Mutua Madrid Open. El Villarreal y el Valencia. O Mateu Lahoz… Por las manos de Víctor Alfaro y de su hermano Javier, y de todo su equipo en Podoactiva, ha pasado casi cualquiera de los ídolos del deporte español en que puedas pensar. Su muro de clientes es un photocall de celebridades. Pero también miles y miles de deportistas amateurs, personas mayores, gente común, niños... De Cristiano a tu abuela: un millón de pies a sus pies.

¿Cómo se llega desde un pueblecito de Huesca a revolucionar la podología y lograr la confianza de la Selección, el Real Madrid y las estrellas del deporte?

Muchas veces la limitación somos nosotros mismos. Y cuando alguien es, como en nuestro caso, de Huesca, puedes pensar: ¿qué posibilidades tiene alguien así de entrar en el mejor club de fútbol del mundo? Bueno, pues las mismas que cualquiera de cualquier otro sitio. Tienes que creer en lo que haces y prepararte todos los días. Porque en sitios así es difícil entrar, pero mucho más lo es mantenerte: yo llevo 15 años en el Real Madrid… y el día que no seamos la mejor opción, nos cambiarán por otros y harán bien.

Usted suele decir que en la vida se necesitan 20 segundos de coraje. ¿Cuántos hacen falta para llamar a una puerta como la del Real Madrid?

La frase la saqué de una película, pero ese mensaje hay que matizarlo: hay que tener 20 segundos de coraje, pero mil horas de preparación previa. No vaya a ser que tengas el coraje pero luego se te caiga porque no estabas preparado. Nosotros ya trabajábamos con el Real Zaragoza, con el Huesca, con el entonces CAI Zaragoza… y teníamos algo de experiencia en el deporte de élite. Cuando quisimos dar un paso más importante, porque creíamos que hacíamos las cosas suficientemente bien, queríamos presentarnos en el lugar más importante; y ese lugar era el Real Madrid. Los 20 segundos de coraje sirvieron para coger el teléfono, localizar quién respondía al otro lado y decirles: mire, somos de Huesca y queremos enseñarles lo que hacemos si nos dan una oportunidad.

Decía que más difícil que llegar es mantenerse…

La cuestión es tener la oportunidad, y la humildad de entender que lo que hacemos nosotros, en realidad, no es muy importante. Hay gente que está cerca del deporte de élite y le gusta ponerse medallas, como si tuvieran parte del mérito en los triunfos. No. Los jugadores ganan títulos porque son muy buenos, esa es la clave. Y la obligación de los que estamos alrededor es intentar sumar lo poquito que podemos sumar. Si tú sumas, el fisioterapeuta suma, los médicos, el nutricionista, el fisiólogo… entre todos podemos sumar un 1%, pero hay que entender que el 99% depende exclusivamente del talento de los deportistas. Ellos ganan, nosotros tenemos la suerte de que nos dejen acompañarles.

¿Cuál es el trabajo de un podólogo con las estrellas del fútbol?

Cuidar los pies de los jugadores, ni más ni menos. El fútbol es un deporte hostil para el pie y lo que intentamos es cuidarlo todo. Desde lo más básico: uñas que se destrozan por pisotones o impactos con el balón, afecciones al pie por los propios traumatismos del deporte… Y luego, la parte más biomecánica, todo lo que tiene ver con el diseño de plantillas, protecciones personalizadas, etc.

Víctor y Javier Alfaro son hijos de un agricultor de Tierz (Huesca) que les inculcó la curiosidad y el sentido común. Empezaron trabajando en una nave pequeñita en su pueblo y desde allí le dieron un giro a la podología al aplicar tecnología láser para sustituir los tradicionales moldes de escayola por imágenes digitalizadas de los pies. Esa intuición, ordenada después en procesos que integran a un equipo multidisciplinar, el esfuerzo constante por la formación (han impulsado junto con la Universidad de Zaragoza un grado universitario de Podología), la investigación y la gestión del conocimiento les han permitido revolucionar el sector. El año pasado recibieron de los Reyes el Premio Nacional a las Ciencias y las Artes Aplicadas al Deporte.

Álvaro Morata dijo que usted es el Steve Jobs de los pies.

Ya me gustaría a mí parecerme a Steve Jobs, pero obviamente estamos muy lejos y esa frase lo único que manifiesta es el cariño de Álvaro Morata hacia mí, cosa que le agradezco mucho.

Debía referirse a su forma de integrar la tecnología en lo suyo.

Eso desde luego. Empezamos de manera muy artesanal, trabajando con moldes de escayola, y pronto nos dimos cuenta de que con esa tecnología resultaba muy difícil escalar el negocio: había muy poca precisión, muy poca capacidad para replicar un tratamiento, medir las cosas. Por eso intentamos que la tecnología fuera un aliado clave desde el principio y desarrollamos todo aquello que nos pudiera ayudar a lograrlo. Es lo que más nos ha diferenciado: somos 380 personas, la mitad somos podólogos y la otra mitad, profesionales de diferentes ramos: ingenieros, matemáticos, personas de desarrollo... Ahora está muy de moda la gestión del dato, pero hace más de 15 años que nosotros estamos digitalizados y ahora seguramente lo que más valor tiene es tener la base de datos más grande del planeta de estudios podológicos digitalizados. Llevamos años aplicando la inteligencia artificial, ha sido lo que más nos ha hecho evolucionar porque genera conocimiento.

Ese conocimiento multiplica la capacidad de diseñar tratamientos.

El conocimiento es lo más importante que tenemos que proteger. Cada profesional deja su conocimiento y se aprovecha del conocimiento de todos los demás: por eso aquí un podólogo de 25 años, con poca experiencia, tiene que plantear un tratamiento para un paciente en cualquiera de nuestras clínicas, el sistema le pone delante los casos de más de un millón de pacientes y localiza el más parecido posible al que tenga que tratar. Hay un aprendizaje continuo. No es que sepamos más como podólogos individuales, aunque tratamos de formarnos continuamente, sino que es el sistema el que sabe más.

¿Se tratan igual los pies de una estrella mundial que el de una persona cualquiera de la calle?

La metodología es exacta. Pero la inteligencia que asesora cada tratamiento lo hace comparando situaciones lo más parecidas posibles a cada caso que llega a la clínica. Lo que le funciona a un deportista de élite no es lo mismo que lo que le funciona a una persona de la calle. Por eso nuestra base de datos está segmentada de acuerdo a deportes, disciplinas, categorías, nivel de intensidad… De poco valdría comparar a un paciente mayor, con párkinson, con un deportista de élite. Es casi imposible que encontremos a un deportista de élite que pise muy mal, porque si lo hiciera habría sido suficiente hándicap para no haber sido deportista de élite.

¿Hay disciplinas donde la podología tenga más impacto que en otras?

Salvo quizás la natación, todos los deportes dependen mucho de los pies porque son nuestro único punto de apoyo. Ahora trabajamos para casi todas las disciplinas deportivas. Llevamos años con el Comité Olímpico Español y un miembro de nuestro equipo estará en los Juegos de París con los deportistas españoles. También con el Comité Paralímpico y es de las cosas que más satisfacciones nos da. Deportistas a los que nadie para por la calle, firman pocos autógrafos, pero tienen un mérito alucinante. Es gente que te da enormes lecciones de superación. Y ahí nuestra aportación sí que puede ser más diferencial, porque ellos sí necesitan muchas ayudas: y cuando la ayuda es mejor, le haces mejorar. Cada atleta paralímpico es un reto en el que ponemos todo porque ahí sí que podemos ser diferenciales. Hemos ayudado a competir a gente que no podría haberlo hecho.

¿Cómo está afectando a los pies de los deportistas la evolución tecnológica en el calzado y las diferentes superficies?

La tecnología avanza cada vez más y ayuda cada vez más. En fútbol muchas veces nos preguntan si el césped artificial es más lesivo o no… En la élite esto está perfectamente resuelto, pero a nivel amateur o de deporte infantil... me interesa transmitir esto a los padres: lo que es lesivo es jugar con una bota de césped natural en un campo de césped artificial. Los cruzados se rompen muchas veces por eso: porque en un giro, los tacos en césped natural se clavan y al girar, el césped se levanta y rompe y no pasa nada. Esos mismos tacos, en hierba artificial, no rompen la superficie, se queda el pie bloqueado y la rodilla queda en la dirección contraria al pie. Siempre que algo se tecnifica mucho hay que saber usar cada cosa para lo que es: una muy buena bota de césped natural en un buen campo de césped artificial es un desastre. Por separado, las botas son buenas y el césped también. El niño puede llevar las botas de su ídolo, pero adaptadas a la superficie en la que va a jugar.

¿Y si hay que elegir porque no se puede comprar una bota para cada superficie?

Ocurre muy a menudo y lo que hay que hacer es comprar la bota adecuada para el peor de los campos en el que se va a jugar. Para jugar en césped natural y artificial, una bota de césped artificial. Puede que se resbale más cuando juegue en césped natural, pero no se lesionará.

¿Los futbolistas piden asesoramiento a la hora de elegir con qué bota y qué tacos juegan o entrenan cada día?

A nivel amateur, mucho, vemos muchísimos casos. A nivel profesional son ellos con sus marcas los que eligen siempre. Nosotros si acaso, cuando nos piden opinión, estamos para eso o para trabajar con las marcas y hacerles cualquier personalización que puedan necesitar en las botas.

¿En qué consiste su proyecto de plantillas inteligentes para monitorizar en tiempo real los pies de los deportistas?

Llevamos dos años trabajando en ese proyecto con Real Madrid Next, la plataforma de innovación que tiene el club. Tenemos ya prototipos que estamos testando con futbolistas, pero aún nos queda recorrido. Una parte del futuro va en esa dirección: disponer de datos en momentos reales de juego, de entrenamiento, y ayudar a prevenir lo que puede pasar. También lo estamos haciendo para corredores y es infinitamente más fácil. El gesto de la carrera es lesivo porque se repite un millón de veces, pero se trata de un gesto biomecánicamente mucho más sencillo. En el fútbol no hay un gesto, hay miles. Por eso es más complejo.

¿Los datos pueden ayudar a prevenir lesiones? ¿Por ejemplo las típicas musculares por pisar mal o coger vicios tras una lesión grave?

Hoy día los datos están ya embebidos en todos los procesos de rehabilitación que se hacen con cualquier deportista profesional. Todos los clubes tienen un equipo de datos que trabajan con este tipo de información de los GPS, entrenamientos, etc. Este proyecto será una parte más de ese ecosistema gigantesco. Cuanta más información tengamos y mejor cocinemos esos datos, mejor funcionará todo. Siempre teniendo la certeza absoluta de que esto va de trabajo en equipo.

¿Una buena podología previene lesiones?

En el deporte de élite no existe ningún tratamiento mágico: no hay una plantilla que evite las lesiones. Se trata de trabajar integrados en un equipo médico y cada pequeña aportación suma al conjunto de todo lo que hay alrededor del cuidado del deportista. Yo no creo que lo nuestro por sí solo sea un elemento diferenciador. En el deporte no hay nada que por sí solo sea diferenciador. Lo es cuando lo sumas al resto de cosas que hace un servicio médico.

A veces esto se vende como si fuera una secta: "Yo soy del barefoot". No, esto no es ser del Madrid o del Barça. Decir que hacer ejercicio descalzo es bueno para todo el mundo… es un disparate

Víctor Alfaro Podólogo

Pronación y supinación. ¿Qué es mito y qué es realidad?

Sentido común. Todas las personas que caminamos normalmente hacemos las dos cosas: supinamos y pronamos. Supinar es que el pie se vaya hacia fuera. Cuando damos un paso, el pie tiene tres momentos, los que llamamos rockers del pie: el choque del talón con el suelo, con el pie supinado, hacia fuera; segundo, el pie se va a aplanando, se va pronando, es decir que se mete hacia dentro: ese movimiento no es patológico, es necesario. Las 33 articulaciones del cuerpo se mueven en ese momento para absorber el impacto del paso. Es nuestro amortiguador natural. Y en el tercer momento, el del despegue, cuando nos quedamos sólo con los dedos en el suelo para impulsarnos, entonces el pie vuelve a supinar. Esos tres movimientos son naturales.

¿Entonces no hay que comprar las zapatillas para correr según eso?

Hay que estudiar si el rango de pronación o supinación es normal o excesivo. Si la supinación es excesiva, por encima del rango, te castigará la zona interna de la rodilla. Si pronas demasiado, afectará a la zona externa de la rodilla, tendrás más posibilidades de hacer un juanete, etc. A veces para solucionarlo hace falta una plantilla, a veces sólo ejercicios que mejoren la musculatura del pie. Y en la mayor parte de casos, necesitamos las dos cosas. Lo que no se puede hacer es dar consejos genéricos. Hay gente que dice: como nacemos descalzos, no hace falta ponerle nada al pie. Bueno, nunca he visto a un bebé nacer con gafas y a lo largo de la vida es muy posible que te hagan falta. En distintos momentos y en distintas actividades necesitarás cosas distintas.

¿Y lo de correr descalzos?

A veces esto se vende como si fuera una secta: "Yo soy del barefoot". No, esto no es ser del Madrid o del Barça, esto va de lo que tu cuerpo necesita. ¿Es bueno hacer cosas descalzos? Sí, a mí me encanta que mis pacientes hagan cosas descalzos. De ahí a decir que hacer ejercicio descalzo es bueno para todo el mundo… es un disparate de consejo.