MUNDIAL DE JUDO

La ingeniera del tatami: "Tengo un excel inmenso con datos de rivales"

La española Cristina Cabaña es ingeniera industrial y una apasionada de la Inteligencia Artificial.

Cristina Cabaña, durante el último Europeo de judo /Nikolay DOYCHINOV / AFP
Cristina Cabaña, durante el último Europeo de judo Nikolay DOYCHINOV / AFP
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Cuando termina cada combate, la cabeza de Cristina Cabaña es una olla a presión. Analiza e interioriza gestos, movimientos, sensaciones. La judoka apunta todo, hasta el más mínimo detalle, y vuelca los datos en una tabla de excel. Normalmente son los entrenadores los que hacen esa labor de data, pero es que a Cristina Cabaña le viene de casa.

"Yo no buscaba ser una judoka de élite. A mí me gustaba entrenar, me gustaba competir, pero no le di tanta importancia. Mi prioridad era sacarme la carrera de Ingeniería Industrial", afirma la extremeña de 29 años unos minutos antes de romper a sudar en el gimnasio de Brunete donde entrena. Todas esas horas estudiando, haciendo cálculos, comprendiendo fórmulas, le han ayudado sobre el tatami.

"Uno de mis fuertes es que tengo todo bien almacenado en mi cabeza y en mi excel. Sé cómo reaccionan mis rivales y me ayuda a buscar soluciones", añade Cabaña. En el excel apunta todo, cómo la agarran sus rivales, cómo entran, cómo se desplazan. "Son datos que son muy importantes porque se basan en las sensaciones. Tengo un excel inmenso con datos de mis rivales y lo llevo en un pen drive. Cuando tengo alguna duda, lo abro aunque esté en una competición".

Estudiar una ingeniería le ha ayudado con los datos y le ha enseñado el camino del trabajo y el sacrificio. "Para sacarse una carrera tan difícil tienes que echar muchas horas, ser constante y no perder el hilo. Yo he podido trasladar esa cultura de esfuerzo al tatami. Trabajo, constancia y disciplina".

Una llegada tardía a la élite

Nacida hace 29 años en Mérida, Cristina Cabaña pisó un tatami por primera vez cuando tenía seis años. Se apuntó en el colegio, como actividad extraescolar, tras ver a su hermano mayor con el judogi puesto. Fue progresando, pero como su prioridad eran los estudios nunca pensó que el judo iba a convertirse en su día a día. "Las cosas llegan cuando tienen que llegar".

Después de acabar la carrera con 22 años en Badajoz, regresó a Mérida y estuvo un tiempo buscando trabajo. Mientras, seguía entrenando a diario. Y en septiembre de 2016 le llegó la oportunidad de mudarse a Madrid para seguir mejorando en el Centro de Alto Rendimiento de la capital. "No podía desaprovecharla".

Ahí se dio cuenta de su nivel de judo. Y en 2020 decidió incorporarse al equipo de Quino Ruiz en Brunete. "Yo sentía que necesitaba un cambio y que éste era el sitio en el que tenía que estar. Estaba estancada y cuando vine me di cuenta de que me iba encontrando mejor en cada competición. Me ayudó mucho a seguir trabajando", cuenta Cabaña, que se clasificó a los Juegos Olímpicos de Tokio.

Novena en su primera cita olímpica, Cristina Cabaña competirá este domingo en los Mundiales de judo de Tashkent. Es la décimo novena del ranking mundial, pero cree que puede estar en la pelea por las medallas. En el excel está la clave.