Jaca y los galácticos del hielo: el equipo que domina el hockey español y hace tiki-taka con el stick
La pista construida en 1972 transformó a la ciudad altoaragonesa y convirtió a este deporte minoritario en un factor de vertebración social y éxito deportivo.

El Club Hielo Jaca ha levantado en pocos días el título de la Liga Nacional de Hockey Hielo y la Copa del Rey. Es el segundo doblete consecutivo de los jaqueses. Un equipo nacido en los años 70, conformado casi al cien por cien por jugadores de casa y que ha forjado en algo más de medio siglo un caso de éxito permanente en dos direcciones: la deportiva, con el mayor número de títulos del hockey hielo en España; y la social, al convertirse en el deporte por antonomasia y aglutinador social de una ciudad de apenas 13.000 habitantes, primera capital del Reino de Aragón y enclave nuclear del Pirineo aragonés.
A lo largo de sus 52 años de historia, el CH Jaca ha jugado todas las ediciones de la Liga Nacional de Hockey Hielo, el único club con tal continuidad. En ese tiempo ha levantado 15 ligas y 18 copas: sólo el Txuri Urdin de San Sebastián (primero filial de la Real Sociedad y luego club independiente) exhibe un palmarés a esa altura, con 16 ligas y 12 copas. ¿Son los jaqueses una suerte de galácticos amateurs del hockey hielo en España? "Contra nosotros los rivales juegan el partido de la temporada, ganarnos supone una referencia", explica Guillermo Betrán, veterano capitán del equipo. "¿El Real Madrid del hockey hielo? Uhmm… la comparación no es imposible, salvando las distancias", dice con una sonrisa cómplice Benoît Pourtanel. El entrenador francés se presta al juego de comparaciones exageradas: "Jaca es un típico equipo europeo: nos gusta tener la posesión del puck, moverlo mucho: que haya pase, pase, pase… Si es por el estilo, nos parecemos más al Barça o a España, ¿no?". ¿Quiere usted decir tiki-taka sobre hielo? "Sí… y a veces se nos va de las manos, es demasiado", suspira Pourtanel.
Por ejemplo, en la final de Liga, una serie a cinco partidos. "Majadahonda nos sorprendió: prepararon muy bien los dos encuentros en Jaca y nos superaron. El primero, 4-5 en la prórroga; y en el segundo nos barrieron 4-10", cuenta Betrán. El CH Jaca se fue a jugar a La Nevera un descarnado todo o nada. Y ahí, Pourtanel intervino en el sistema defensivo: "Retocamos el dibujo, pasamos a jugar un 1-1-3, con el primer delantero orientando la salida del contrario a uno de los dos lados mientras el segundo forzaba contra la valla. Los demás nos quedamos atrás a la espera para leer la jugada. Funcionó: les robamos muchas pastillas y llegamos bien arriba", explica Betrán con la mayor claridad posible para la comprensión de un neófito. Pourtanel lo resume: "Era una final: había que jugar sencillo, con menos riesgo". Dio resultado: 1-5 en el tercer partido, 4-6 en el cuarto. Y en el definitivo, de vuelta a Jaca, un 4-2 para rematar el título ante una hinchada fervorosa. La fiebre del sábado noche.
"Campeones, campeones..." 😀🏆💪🏒🥅
— Club Hielo Jaca (@clubhielojaca) April 14, 2024
La Copa del Rey se queda en casa y llega un nuevo doblete para el @clubhielojaca, que se impuso por 4-2 al SH Majadahonda en una emocionante final.
+INFO: https://t.co/cKofq55czH pic.twitter.com/SvasYtEKLC
Una semana más tarde, Jaca afrontó la final a cuatro de la Copa del Rey en su propia pista. Después de sacudirse por 5-0 el escollo del Club Hielo Huarte, el enemigo por el trofeo iba ser el mismo… y con la misma táctica volvió a ganar Jaca 4-2: "Pero hasta los dos o tres minutos finales estuvo apretado, Majadahonda pudo empatar y forzar la prórroga. Les felicité porque este año nadie contaba con ellos y han estado cerca de los dos títulos", reconoce Betrán.
En el nombre del padre
Doblete sobre doblete. La lucha de los mejores siempre consiste en ser también los mejores contra sí mismos. "En España ya no hay nada más que ganar, pero la motivación siempre ha de ser esa: seguir ganando, seguir desarrollando nuestro hockey y progresar en la Continental Cup europea", analiza Pourtanel, llegado esta temporada al CH Jaca y con tres años más de contrato por delante. Su apellido remite a una saga familiar en el hockey hielo francés: Patrick, el padre, y los dos hijos, Jérôme y Benoît, han sido jugadores y entrenadores profesionales, internacionales con Francia. ¿Y su conexión con Jaca? "La primera vez que vine aún debía de estar en la tripa de mi madre, en los años 70 -cuenta Benoît-. El club de mi padre organizaba aquí concentraciones y campus de verano para sus equipos". El club era el Viry Chatillon: desde 1973 y durante tres años, el equipo parisino y su cantera se concentraban en la ciudad altoaragonesa, donde entrenaban y celebraban partidos contra el equipo local. En Jaca jugaba y dirigía el canadiense David Conte y aquellos duelos suponían el gran acontecimiento del verano: una ventana a otros mundos.
Entrenador durante 14 años del Toulouse Blagnac HC, Ben Pourtanel vivió un paréntesis en su carrera con la pandemia. Ahí apareció Jaca, a través de Antonio Encinas. La propuesta lo atrajo: "Sabía que aquí no iba a encontrar el nivel de hockey de las primeras potencias, pero Jaca es un club top en España y la ciudad tiene la tradición y la cultura de este deporte". Su bagaje mezcla bien con la juventud de la plantilla, subrayada por un marcado sentido de pertenencia: "Para el club y para la ciudad debe ser un honor que el 99% de nuestros jugadores hayan nacido al lado de la pista. Los grandes equipos en cualquier deporte siempre se nutren con la gente de casa", pondera Ben Pourtanel.
"Para el club y para la ciudad debe ser un honor que el 99% de nuestros jugadores hayan nacido al lado de la pista"
Entrenador CH JacaEn Jaca, el hockey hielo llega a los chicos ya en edad escolar. "En mis tiempos empezábamos a patinar con siete u ocho años. Ahora los más pequeños comienzan a los tres o cuatro", dice Guillermo Betrán. "Vamos a los colegios a hacer promoción, pero en realidad la gente suele venir por sí sola". Ese flujo hace brotar jugadores de forma continua. "Hace unos años los problemas económicos nos obligaron a echar mano de jóvenes de 17 o 18 años: Jaime Capillas, Pablo Fernández, Alfred Encinar, Ismael Escartín… Ahora tienen 22 y una experiencia enorme. Eso se nota".
El éxito ha reducido la dependencia de los extranjeros, aunque suelen venir jugadores capaces de elevar el nivel. El estadounidense David Goodwin empezó la temporada y su clarividencia en el anillo marcaba diferencias, pero en Navidad decidió retomar el primer nivel y se volvió a Belfast. A cambio llegó el argentino Owen Haiek, conocido del madrileño Raúl Barbo en su etapa de formación en Canadá. Son los dos únicos miembros de la plantilla con compensación por jugar: el club se hace cargo de su vivienda y ellos contribuyen en las categorías inferiores.
La ciudad del hielo
Más o menos como ocurría en el Macondo de García Márquez, en Jaca todo el mundo recuerda la tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. "Recuerdo ser muy pequeño y oír los sábados por la tarde a mi padre: 'Me voy al hockey'. Yo me quedaba en casa con mi madre y mi hermano -cuenta Guillermo Betrán-. Un día me llevó a la pista y vi aquel ambientazo, la gente gritando, era una final no recuerdo ni de qué… y hasta hoy".
Pocos recintos deportivos han vertebrado la vida de una ciudad como la vieja pista de hielo de Jaca. Su alcalde entre 1968 y 1995, Armando Abadía, solicitó al Consejo Superior de Deportes la construcción de un polideportivo en la ciudad al poco de ocupar el despacho consistorial. El interlocutor en Madrid era Juan Antonio Samaranch, entonces Delegado Nacional de Educación Física y Deportes, quien le propuso otra idea: la construcción de "un campo de deportes de hielo". Abadía enseguida comprendió las posibilidades estratégicas de esa alternativa y Samaranch se comprometió a apoyar la financiación de su construcción. Se levantó en los terrenos conocidos como Villa Fermina, donde estaba el campo de fútbol. Costó 23 millones de pesetas.
En 1968 el alcalde Armando Abadía solicitó en Madrid la construcción de un polideportivo. Juan Antonio Samaranch, Delegado Nacional de Deportes, le propuso hacer "un campo de deportes de hielo"
Por aquel entonces en Jaca casi nadie sabía patinar ni, desde luego, cómo se gestionaba una instalación con las complejidades técnicas de un pabellón de hielo. Pero aprendieron rápido, tomando como modelo las pistas en el sur de Francia. El emblemático recinto se inauguró en marzo de 1972 y ese mismo año nació el Club Hielo Jaca. "Hasta entonces ésta era una ciudad mucho más rural. La pista de hielo le dio otra dimensión, incluso proyección internacional. Nos puso en el mapa", remarca Guillermo Beltrán. Lo consiguió a través de la organización de eventos deportivos: las Universiadas de 1981 y 1995. Y hasta nueve mundiales de patinaje artístico: sobre su lámina de hielo dibujaron figuras y piruetas muchas estrellas de la especialidad.
El derribo de la vieja pista de hielo de Jaca comenzará en unas semanas https://t.co/OcggAumxUL pic.twitter.com/kw8QPqf5rg
— Gerardo Chavalo (@geritorules) September 14, 2016
Pero además, la pista ejercía como foco de carácter social. En 1974 Cristóbal Martínez Bordiú, el marqués de Villaverde, bajó desde Candanchú para patinar en el anillo jaqués. En 1979 estuvieron el entonces príncipe Felipe y las infantas Elena y Cristina. En la pista de hielo se celebró un sorteo de la Lotería Nacional en 1977, con los bombos sobre el anillo helado y varias damas con el vestido tradicional de ansotanas como azafatas. Programas de televisión, anuncios, el ballet Bolshoi sobre hielo en 1989… Y, ese mismo año, la presentación del Opel Corsa, el último modelo de la factoría alemana, en apoyo de la candidatura de Jaca a los JJOO de 1998.
Jaca ha encarnado durante décadas el sueño pirenaico de albergar unos Juegos de Invierno. Para ganar prestigio internacional y rodar su motor organizativo, entre 1973 y 1989 la ciudad fue sede de los Juegos de Invierno del Pirineo, una competición que llevó a Formigal, Panticosa, Candanchú, Astún y Cerler a muchas promesas de las diferentes especialidades. Lo mismo con el hockey y el patinaje artístico en la pista. La ciudad presentó hasta cuatro candidaturas olímpicas (1998, 2002, 2010 y 2014), pero aún sin premio. El último gran evento en la vieja pista fue el Festival Olímpico de la Juventud Europea en 2007, cuando se usó como recinto auxiliar. Jaca había estrenado un flamante nuevo pabellón de hielo y el viejo cayó en desuso. En 2016 fue derribado. La ciudad perdió el emblemático perfil de sus techos a dos aguas. Parte del patrimonio sentimental de los jacetanos.
El futuro en una gota de agua
Las formas anguladas de la vieja fachada dieron paso a un edificio de cubierta traslúcida, en forma de "gota de agua", como rezaba el proyecto, rematada por una gran cúpula exterior de cristal. La dimensión y el coste de la obra -capacidad para 1.878 espectadores, ampliables a 3.579, una pista principal olímpica de 60x30 y otra lúdica de 51x20-, generaron una larga controversia: el presupuesto original (12,5 millones de euros) acabaría por doblarse hasta más allá de los 24.
Me has dejado con ganas de contar en un hilo la historia de la nueva pista de hielo de Jaca que, como la reforma de vuestra plaza, se inauguró en 2007, época de vino y rosas en la que a todos (en especial a algunos alcaldes) se nos iba bastante la pinza. pic.twitter.com/HcqpX3JhUM
— Juan Gavasa (@JuanGavasa) May 12, 2022
En esa instalación cumplió el Club Hielo Jaca los 50 años en 2022. Pepe Arbués, quien fuera jugador, entrenador y presidente, publicó un extenso libro conmemorativo con un riguroso e inagotable fondo documental, para conmemorar el medio siglo de vida del club. Los periodistas Juan Gavasa y Sergio Sánchez ya habían festejado con un volumen por fascículos los 25 años del Palacio de Hielo, dos décadas antes. El primer título de la Liga Nacional de Hockey Hielo había llegado en 1984. El logrado hace un par de semanas conmemora, así, los 40 años de aquel trofeo seminal. Mientras sigue conformando una memoria trascendental para la ciudad, el impulso del CH Jaca continúa más vivo que nunca, con más de 300 deportistas con licencias en las tres secciones del club: hockey hielo, patinaje y curling. En la cantera se mueven equipos desde la Escuela y los sub9 hasta la edad sub18. Y un dato para el orgullo del club: más del 40% de las licencias del club son de chicas.
El primer equipo femenino lo crearon en 2004 un grupo de adolescentes, de entre 14 y 15 años, entrenadas una hora a la semana por el ucraniano Sergei Garkusha: "Aquello no acabó de cuajar: tenían muchas ganas pero no habían jugado nunca y carecían de la formación necesaria para progresar. Con el tiempo hemos ido incorporando más chicas desde la base", detalla Beltrán. A partir de 2008 se integró en la Liga Nacional de Hockey Femenina, donde apareció de forma intermitente hasta asentarse en 2018, cuando Iberdrola asumió el patrocinio de la competición. Esa corriente imparable alcanzó su culminación el año pasado, cuando las chicas de Jaca lograron el título de Liga. El número 34 del club. "Ese título nos ha ayudado mucho, ahora por donde más crecemos es con las chicas".
Y así, en su conciencia de "deporte exótico" en España, el hockey hielo defiende desde Jaca un orgullo perdurable: es el club más laureado de Aragón en cualquier disciplina. "Nunca hemos sentido que nos hicieran de menos. Nos concedieron la Medalla al Mérito Deportivo y hemos sido recibidos por todos los presidentes. Se nos reconoce y nos sentimos muy queridos", dice Betrán. Todo el mundo sabe que allá en tierra de montañas, vigilados por el perfil mayestático de la Peña Oroel, los bravos jacetanos del himno de la ciudad corren prestos a una pelea noble: "Hay dureza, pero sólo por la dinámica del juego: en Europa no nos pegamos como en la NHL, allí forma parte del espectáculo". Los chicos y chicas de Jaca subliman con gusto estético un deporte de vibrante dinamismo, subyugante por la habilidad del patinaje y el control de una escurridiza pastilla negra. Más de 50 años después, como escribió Pepe Arbués en frase inmejorable, Jaca aún respira hielo.