El día que Jason Statham casi participa en salto de trampolín en Barcelona 92
Aunque se hizo mundialmente conocido por sus películas de acción, el actor británico posee un pasado como deportista de élite.

Jason Statham es uno de los actores más populares de Hollywood. Cuando su semblante aparece en pantalla, ya sea vestido con traje o en chándal, el espectador sabe que van a pasar cosas. Sin embargo, ser un héroe de acción no fue siempre su vocación. De hecho, llegó al mundo actoral casi por accidente, una vez que su plan A no se materializó como él esperaba. Porque antes de ser una estrella del cine, Jason Statham fue saltador de trampolín. Una disciplina en la que nunca consiguió alcanzar su sueño: participar en unos Juegos Olímpicos.
Estuvo cerca, no obstante. Hasta en dos ocasiones intentó estar presente en una cita olímpica: Seúl 88 y Barcelona 92. En ninguna de ellas logró pasar el corte final que le incluyese en la delegación británica. Un pequeño fracaso, que según sus propias palabras a la BBC le ayudó a tomarse su carrera actoral más en serio.
Los inicios de Jason Statham en el deporte
Jason Statham nació el 26 de julio de 1967 en Shirebrook, Inglaterra. Desde pequeño el deporte estuvo muy presente en su vida. Principalmente las artes marciales. Una formación que nunca ha dejado, y que sin duda alguna le han ayudado en su carrera posterior en Hollywood. En un momento u otro de su vida, Statham ha practicado kárate, kung-fu, kick boxing o jiu-jitsu brasileño. Además, también jugó al fútbol. Dándose la circunstancia que, a través del balompié, se hizo amigo durante su infancia de Vinnie Jones, futbolista conocido por su dureza en el terreno de juego, líder de la infame Crazy Gang (la pandilla loca, en castellano) del Wimbledon, y que también terminaría teniendo una improbable carrera como actor.
Sin embargo, serían unas vacaciones a Florida junto a sus padres las que le iban a cambiar la vida. Según contó el protagonista de Crank a la BBC, en uno de los hoteles en los que estuvo vio a una persona saltar a la piscina desde una plataforma elevada varios días. Algo con lo que quedó completamente obsesionado. "Lo tuve claro. 'Cuando vuelva a casa, voy a hacer eso', pensé. Tenía unos 11 o 12 años cuando me apunté al club", rememoró.
La carrera de Jason Statham como saltador
El joven Statham se tomó su nueva pasión por los saltos de trampolín muy en serio. Hasta el punto que en 1985 fue admitido en la British National Diving School, donde comenzó a perfeccionar su técnica asesorado por entrenadores experimentados en la materia. Llegó a ser considerado el duodécimo mejor saltador del mundo. Por lo tanto, era cuestión de tiempo que comenzase a representar a su país en competiciones internacionales. Y eso, tarde o temprano, implica estar en unos Juegos.
La delegación británica envió a dos saltadores tanto a Seúl 88 como a Barcelona 92. Statham se presentó a las pruebas clasificatorias, aunque en ninguna de ellas consiguió pasar el corte. Sí que representó a Inglaterra en los Juegos de la Commonwealth de 1990. De aquella aventura corresponde el vídeo que se ha hecho viral en más de una ocasión, en la que se le puede ver saltando mientras luce una llamativa melena, y que algunos medios han confundido con unos JJ.OO. En aquella competición, Statham participó en las categorías de 10, 3 y 1 metros. El actor tuvo una actuación discreta, al ejecutar mal un triple mortal que le otorgó un discreto 16,86 de puntuación.
Cómo Jason Statham llegó al cine
El revés de no estar en Barcelona 92 fue el remate de su carrera deportiva. Era su momento, pero quedó tercero en los trials para formar parte de la delegación británcia. Se trataba de una actividad que requería mucho sacrificio diario y que no le reportó ninguna compensación económica. "El salto de trampolín era un hobby. Siendo un deportista amateur no ganaba nada", dijo en una entrevista con IGN en 2003. Para ganar dinero durante sus días como saltador, Statham había recurrido a la venta callejera. "Para ganar algo trabajaba en las esquinas, vendiendo perfumes, joyas y otros objetos que parecían caros", contó en la misma entrevista. Una experiencia que iba a ser clave en su futuro.
Tras abandonar el deporte, la agencia Sport Promotions le fichó como modelo. Realizó varias campañas para marcas como Tommy Hilfiger o Levi's. Durante el desempeño de esta actividad, en una fiesta celebrada en 1998, conoció al director británico Guy Ritchie. Este se encontraba preparando la que iba a ser su nueva película: Lock and Stock. En ella tenía un papel de timador callejero para el que no encontraba al actor adecuado. Tras conocer el pasado de Statham como vendedor, se lo ofreció a él. En aquella película, además, se reencontró con su viejo amigo de la infancia, Vinnie Jones, quien también realizó su debut actoral.
El filme fue un auténtico éxito de crítica y público, dando a conocer a Statham a nivel mundial. Además, cimentó la relación del ahora actor con Ritchie, quien le incluyó en su siguiente película: Snatch: cerdos y diamantes (año 2000). Otro éxito y la confirmación de una carrera que ya ha sido imparable. Desde entonces, Statham es uno de los rostros más reconocibles del cine mundial. Casi siempre asociado a las películas de acción. De su pasado como saltador solo quedan algunas de las escenas rodadas en películas como Megalodón, para las que no necesita un doble de acción.