La lección de A Cañiza, el pueblo que derriba el muro de la despoblación gracias al balonmano
La cuarta edición de los galardones de Iberdrola premia al Balonmán Cañiza en la categoría 'Competición'.

Apenas nueve kilómetros separan en línea recta el pabellón municipal de A Cañiza, al sudeste de Pontevedra, de las frías aguas del Miño, frontera natural con Portugal. Pues bien, con apenas 5.000 habitantes, esta pequeña localidad gallega, capital de la comarca de Paradanta, verde como pocas, se ha erigido en la aldea gala del balonmano español.
Su equipo, el Balonmán Cañiza, milita desde hace dos temporadas en División de Honor Plata Femenina, la segunda categoría a nivel nacional, donde compite, en el Grupo A, contra clubes de Gijón, Valladolid, Gran Canaria y otras tantas capitales de provincias españolas.
"Cuando llevamos el nombre de nuestro pueblo por todo el país, sentimos muchísimo orgullo", asegura en Madrid el presidente del club, Rubén Fernández. Allí, en la sede central de Iberdrola, a más de 400 kilómetros del municipio que les ha visto crecer, el modesto club gallego recoge el Premio Iberdrola Supera en la categoría 'Competición' por su proyecto 'La fuerza del deporte femenino en el rural'.
"Somos un pueblo pequeño y en nuestras instalaciones, por desgracia, no podemos trabajar aspectos que son importantes para competir", explica Sofía Álvarez, capitana del equipo junto a Ana Rodríguez, ausente en la entrega de premios organizada por la compañía energética. "Al final, lo que queremos es seguir creciendo y, al menos, competir en igualdad de condiciones con nuestras rivales".
No es para menos, claro. Hasta ahora, pese a estar en el segundo escalón del balonmano español, a un solo paso de la élite más absoluta, el Balonmán Cañiza femenino ha de conformarse con una planificación de entrenamientos que únicamente incluye trabajo sobre la pista. No hay un gimnasio a la altura de su categoría.
"Hay muchos factores alrededor del juego que no se trabajan con balón y hasta ahora no hemos podido prepararnos como deberíamos", lamenta Álvarez desde la alfombra verde de Iberdrola. "Ya no son sólo las pesas, que también, sino todos los ejercicios dinámicos que nos ayudarían a potenciar nuestro físico y a prevenir lesiones, que al final, quieras o no, es algo que puede suceder y que está a la orden del día".
Con el reconocimiento de Iberdrola, dotado de 50.000 euros para cada uno de los seis proyectos ganadores, el club gallego podrá, al fin, financiar una sala de máquinas a la altura de la calidad y categoría de sus jugadoras. "En todo este tiempo nos hemos tenido que hacer nosotras mismas las mancuernas para levantar algo de peso", señala Álvarez, orgullosa de cómo su equipo se ha sobrepuesto al contratiempo.
Ahora, no obstante, la ilusión es máxima, como reconoce el presidente del club. "El premio de Iberdrola reconoce nuestro trabajo y, más importante aún, nos permite equiparar nuestras infraestructuras a las de otros equipos que compiten con nosotros", explica. "Estamos muy, pero que muy agradecidos a Iberdrola por este reconocimiento".
Las pretensiones para 2024, sin embargo, van mucho más allá de la mera competición. "Queremos seguir creciendo, sin ponernos techo", sentencia Fernández, mandamás de la entidad. "El sueño del club, así como el mío propio, es ver que cada vez más niñas formadas en nuestro pueblo consiguen llegar al primer equipo y ser la cara visible de un proyecto que pasea el nombre de A Cañiza por toda España".