PATINAJE DE VELOCIDAD

Nil Llop: un doble récord de España con clavos en los pies

El deportista catalán bate las plusmarcas nacionales de 500 y 1.000 metros en 24 horas. En 2018 sufrió un accidente entrenando que puso en jaque su carrera.

Nil Llop, durante una prueba. /RFEDH
Nil Llop, durante una prueba. RFEDH
Noelia Gómez Mira

Noelia Gómez Mira

Era el 1 de junio de 2018. Tenía 15 años y, como era habitual, se calzó los patines y se fue a entrenar a la pista de Sant Boi de Llobregat. Todo transcurría con normalidad hasta que al salir de una curva, en la que iba muy rápido, se encontró a un niño pequeño que circulaba en dirección contraria. Si no lo esquivaba, lo mataba dada la velocidad que llevaba. Así que lo hizo, pese a lo que eso significaba. Durante la maniobra chocó contra un árbol y terminó en el hospital con múltiples roturas y sin poder andar. Fémur, tibia, mandíbula… Cinco huesos rotos y un diagnóstico nada prometedor para el futuro: lo más seguro es que ya no pudiese volver a patinar. Al menos, no a alto nivel. Pero eso, que dolía más que las roturas que sufría, se tornó en una fortaleza para reponerse y volver a luchar por lo que quería. Tanto, que en solo un año logró colgarse el oro en los World Roller Games de Barcelona, el primero de varios logros que este fin de semana ha coronado con una doble plusmarca nacional en la Copa del Mundo de patinaje de velocidad. Él es Nil Llop (El Prat de Llobregat, 2002) y esta es su historia.

Cuando tenía cuatro años, como suele ser típico en niños de esa edad, Llop comenzó a jugar al fútbol. Sin embargo, había algo que llamaba más su atención: los patines, por lo que aprovechaba cualquier oportunidad que tenía para calzarse y rodar. Así empezó la afición de Llop por un deporte en el que acabó centrándose pese a tener un pero... o dos: en España apenas tenía infraestructuras -ni seguimiento- para entrenar y no era olímpico, al menos, no sobre ruedas.

Así que comenzó a combinar el patinaje en línea con el patinaje sobre hielo y a labrarse un futuro prometedor que a punto estuvo de romperse por completo. "A las puertas del que debía ser mi primer Mundial y al que debía ser mi primer gran Europeo, todo eso acabó de un plumazo, estampado contra un árbol, con el fémur, la tibia, el dedo y la cara partida en cuatro", relató el joven en un post de Instagram en el que también explica cómo le dijeron que, básicamente, tenía que decir adiós a todo.

Sin embargo, aquella losa acabó convirtiéndose en un trampolín para resurgir. Solo tres meses después, cuando los médicos estimaban que su baja sería, como mínimo, de ocho a diez meses, volvió a ponerse los patines y, cual hormiga trabajadora, empezó a entrenar de nuevo.

Ese mismo año 2019, en verano, cuando se cumplía un año de aquel grave accidente, se proclamó campeón de los World Roller Games de Barcelona. Seis meses después, en enero de 2020, hizo historia tras alzarse con la plata en la prueba de 500 metros de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno de Lausana. Con un tiempo de 36,6 segundos, era el primer deportista español en lograr medalla en esta cita. Y a raíz de entonces, los éxitos no dejaron de sucederse.

Hace tres años, el también campeón del Mundo y de Europa logró una de las Becas Podium de Telefónica, gracias a la cual ahora reside en Inzell, un pueblo al sur de Baviera (Alemania) donde vive con otros siete deportistas españoles para así poder entrenar. Y es que la ausencia de instalaciones de alto nivel en España le habían hecho trasladarse a Países Bajos y a Italia para poder entrenar de forma óptima y luchar por una clasificación para los Juegos Olímpicos de Pekín 2022 de los que se quedó fuera por un cono.

Adiós a los Juegos por 'un cono'

En la Copa del Mundo de Calgary cometió dos pequeños errores -uno de ellos, rozar un cono en la prueba de 500- que le provocó dos descalificaciones. Aunque los tiempos marcados en las pruebas de 500 metros sí que le daban billete para los Juegos, la penalización hizo que acabase relegado a la lista de reservas. Era el primero de ella para los 500 y segundo para los 1.000.

Si bien, a solo un mes de los JJOO, la Federación Internacional de Patinaje (ISU) cambió de criterio y redujo el número de plazas de los participantes para la cita olímpica de Pekín. De las 103 iniciales, se pasaba a 83. Y Nil, que hasta entonces tenía posibilidades de acudir ante la más que frecuente renuncia de algún que otro participante en las jornadas previas -más aún cuando un positivo Covid era motivo de ello-, se quedaba no relegado a la segunda y tercera plaza, sino directamente fuera de la lista publicada por la ISU. Y finalmente aquel cono acabó por dejarlo fuera de los Juegos.

Dos récords de España en 24 horas

Llop continuó entrenando y con el objetivo a corto plazo del Mundial absoluto del próximo mes de marzo en Holanda -a medio están los Juegos de invierno de Milán 2026-, su reto estaba en patinar los 500 metros en algo más de 34 segundos. Y ya está bajando el crono para ello. Este fin de semana, en la Copa del Mundo de Vancouver (Canadá), batió su plusmarca nacional en los 500 metros de patinaje de velocidad. Con un tiempo de 34,520 segundos, bajó 0,452 centésimas su anterior marca. Y solo 24 horas después hacía lo mismo en los 1.000 metros: 'medalla de chocolate' y récord nacional al terminar el recorrido en 1 minuto 08:324 segundos, frente al minuto 08:86 segundos que logró en la Copa del Mundo de Calgary.

Ha llovido desde aquel accidente de 2018, del que aún guarda el recuerdo y unos clavos en sus pies. Pero todo lo logrado -y lo que aún le queda- por Llop en este tiempo hace que sea un claro ejemplo de superación.