ALPINISMO

Marta Jiménez, la 'mujer adrenalina' de 'El Hormiguero': "Ya sabes que puedes morir haciendo esto"

La madrileña comparte con Relevo su faceta como deportista: escaladora, alpinista y saltadora BASE.

Marta Jiménez, con su último traje de alas (wingsuit) de Camp Base. /@marta_inthewild
Marta Jiménez, con su último traje de alas (wingsuit) de Camp Base. @marta_inthewild
José Luis Guerrero
Michèle Novovitch

José Luis Guerrero y Michèle Novovitch

Marta Jiménez (1990) apareció en marzo de este año en El Hormiguero para hacer un salto de puenting desde 30 metros de altura, con el que llenó un vaso de agua y dejó con la boca abierta a Aitana, Pablo Motos y 2.388.000 de espectadores. Su intervención impresionó tanto que la madrileña ha sido fichada esta temporada como colaboradora de deportes de riesgo. 'La mujer adrenalina', así es como han bautizado su sección, desafió las leyes de la física el pasado 12 de septiembre con un salto al vacío de 10 metros sujetada con la sujeción de una pesa de una pesa de 4 kilos. En ese programa estaba invitada la campeona del mundo Olga Carmona, que alucinó con el show. "De momento no estoy notando prácticamente nada con esto de la tele, sí mis conocidos me dicen que me han visto y que les avise para la próxima vez, pero de momento mi vida sigue igual", cuenta con su perenne sonrisa la deportista ayudada por Rab y Camp Base.

El video que resume lo que hace y lo que siente Marta Jiménez. RELEVO / Michèle Novovitch

Antes de pasar al mainstream, Marta Jiménez desafiaba y desafía continuamente las leyes de la física en su faceta de alpinista, más concretamente, con el para-alpinismo: una modalidad que combina escalar picos de alta montaña y descender con un paracaídas (o vela). Es una de las principales referencias femeninas en nuestro país dentro del salto BASE, una pequeña 'tribu' que se lanza a volar desde edificios, antenas, puentes y acantilados. Al igual que Ícaro en la mitología griega o Leonardo Da Vinci con el ornitóptero, el ser humano siempre ha soñado con volar.

Con la modalidad del wingsuit es donde Marta Jiménez acaricia la idea de ser un pájaro. Con esta sub-disciplina del salto BASE, el traje de alas genera suficiente sustentación como para planear a altas velocidades recorriendo cierta distancia horizontal con la precisión de una ardilla voladora. "Llegamos a tener una velocidad media con el traje de 200 km/h", cuenta. Otras veces el riesgo no está tanto en la velocidad del wingsuit sino la escasa distancia al suelo y el ínfimo tiempo de reacción disponible para cualquier imprevisto.

En el pasado mes de junio, por ejemplo, realizó el primer salto BASE de la historia desde el Torreón de los Galayos, la aguja más emblemática de la Sierra de Gredos. Un reto complicadísimo porque la distancia al suelo era de tan sólo 33 metros (cuando lo mínimo aconsejable es una altura de 50 metros) y el terreno para aterrizar es un mar de piedras.

Este tipo de vuelos son tan espectaculares como peligrosos, si echamos un vistazo a las estadísticas de un deporte que nació cuando Carl Boenish fue el primero en lanzarse al vacío, en 1978, desde la pared del Capitán, en Yosemite (EE UU). Desde 1981 se han registrado, al menos, 465 muertes. Algo así como un accidente mortal por cada 60 practicantes, lo que convierte en el deporte más peligroso de todos. "Cuando saltas en el fondo eres consciente de que has sobrevivido a algo que no deberías, como que estamos jugando ahí un poco con los límites de lo que es todavía posible, pero la descarga de adrenalina o euforia en ese momento es muy grande", subraya Marta, que recibe a Relevo para hablar de la felicidad que le aporta su faceta de deportista y montañera.

Marta Jiménez, la 'mujer adrenalina' de 'El Hormiguero': «Ya sabes que puedes morir haciendo esto»

¿Dónde empezaste con la escalada?

En Torrelodones, donde vivía de pequeña, porque hay mucha escalada en bloque. Y luego estaba La Pedriza al lado y una cosa llevó a la otra, porque poco a poco vas conociendo a gente de la montaña de diferentes mundos, no solo de la escalada, sino del vuelo, del parapente, del paracaidismo y me fui un poco por ahí. Cuando conocí a mi pareja, Eric de Cima, hace ya siete años, fue cuando empezamos un poquito más en serio con el tema de escalada y el alpinismo.

Ahora lo que más llama la atención es tu faceta de saltadora BASE, ¿no?

No me definiría como una saltadora BASE porque realmente hacemos muchas cosas en la montaña, es decir, la aventura y descubrir cosas nuevas. Hablo en plural porque mi cordada está compuesta por Eric y por mí. A raíz de esa inquietud, de buscar cosas nuevas, no sólo ha surgido lo del salto BASE sino de compatibilizar cosas que ya hacíamos como escalada y alpinismo. Ahora, por ejemplo, hacemos una actividad que todavía se conoce menos, que es el para-alpinismo, que es combinar esas dos disciplinas, como la escalada o el alpinismo, y luego bajar volando o saltando, como es nuestro caso. A nosotros nos interesa esa combinación de esas dos disciplinas, que son muy de montaña.

Disciplina muy espectacular. Parece desde fuera incluso fácil. Pateo, trepo y me tiro. Pero ¿qué preparación y formación es necesaria? 

No sé si se entiende muy bien lo que hacemos, nosotros lo tratamos de explicar para que se conozca. Pero realmente es el resultado de muchos años haciendo cada cosa por separado y entrenando para adquirir un nivel suficiente para luego poder combinarlo. Hacer las dos actividades conjuntas, lo que es escalar y luego saltar, lleva el doble de complicación que hacerlas por separado. No es lo mismo.

Hay saltadores BASE muy potentes que son cero montañeros o cero alpinistas, entonces lo que solían hacer Red Bull o marcas muy potentes era, directamente, les subían en helicóptero en una cima súper alpina y con un salto súper técnico ellos podían hacer esas líneas con el Wingsuit. Nosotros lo que tratamos es de combinarlo, hacerlo en un estilo más puro. Normalmente, en el alpinismo, el descenso suele ser rapelando y nosotros queríamos dar ese plus con el salto BASE.

¿Qué es exactamente el salto BASE?

Siempre que saltes con un paracaídas desde un objeto fijo es el salto BASE, que viene de sus siglas en inglés Building, Antenna, Span y Earth. De esto no todo se puede hacer con traje de alas, que es una de las modalidades sino hay veces que nada más saltar se abre el paracaídas, como lo que nos sucedió en el Torreón de Galayos.

Marta, en el 'exit' (punto de salto) en Sarrio, en el Valle de Pineta (Huesca).
Marta, en el 'exit' (punto de salto) en Sarrio, en el Valle de Pineta (Huesca).

Es curioso que cuanto más alto os tiréis, más seguro es el salto, ¿no?

Lo del Torreón fueron 33 metros, luego depende de la modalidad. Ésta en concreto es la static line, que tú saltas y directamente tu paracaídas está atado con un cordón a la pared, de tal manera que cuando despliega la totalidad del contenedor y tu paracaídas está casi abierto, ese cordón no se parte y es la forma más rápida, y más efectiva, de salir a volar y alejarse de la pared para saltos muy bajos. Hay un punto extremo en líneas de proximidad extremas, con saltos muy bajos y el static también tiene su aquel. El récord del mundo está en 25 ó 27 metros.

¿Recuerdas tu primer salto?

Desde que decides ponerte con esto hasta que puedes ir a saltar pasan años. Tienes que hacer mucha preparación. Hoy en día puedes empezar a hacer salto BASE en cada vez más sitios y hay más facilidades entre comillas porque es algo bastante exclusivo y nada regalado. No hay una formación oficial, pero cada vez hay más sitios donde sí que te dan esa formación a cambio de dinero. Hay gente que sabe mucho y que te monitorizan tus primeros saltos, pero igual también nosotros somos un poco salvajes e hicimos nuestros primeros saltos Eric y yo juntos. Lo hicimos un poco autodidactas, aunque teníamos muchos amigos en nuestro entorno que ya saltaban y nos pudo ayudar a aprender las primeras cosas de cara a empezar con el salto BASE.

Pero hasta que llegas a ese punto de empezar a planteárselo tienes que hacerte paracaidista, ganar un montón de práctica, entrenar muchísimo con campana (la pieza de nylon que disminuye la velocidad de la caída), trabajar con el paracaídas de avión… Yo, por mi mundo (tiene una empresa llamada High Jump, de Puenting y Bungee jumping), salto con cuerda y ese sistema me dio un montón de facilidades y opciones de practicar la salida de salto BASE. Quizás me permitió estar más preparada de lo que hubiera estado haciendo sólo avión.

¿Y cómo se aprende en el momento que te toca estar sola para dar el salto y manejar el paracaídas?

Una de las cosas más importantes es cómo ser autónomo en la preparación del salto, cómo tienes que plegar el paracaídas es algo bastante complejo; debes hacerlo de una forma muy minuciosa. Todo eso lo pudimos aprender de amigos, gente de nuestro entorno que hacía la actividad y nos enseñó cómo hacerlo bien.

Marta, en un salto en el Pirineo en 2021.  @marta_inthewild
Marta, en un salto en el Pirineo en 2021. @marta_inthewild

En tu caso, vértigo ninguno…

Tengo vértigo, todo el mundo me dice lo mismo. Y sí que tengo. Me acuerdo de mi primer salto con cuerdas cuando me asomé y decía: "No puede ser". Me temblaba todo el cuerpo y veía cómo pasaban los coches por abajo del puente. Pero es algo que vas superando a base de exponerte y decir: "Venga, yo puedo". Al principio te satura el miedo, como que te ciega un poco, saltas y no te enteras de lo que has hecho, ni de lo que ha pasado, como que tu cerebro desconecta. Pero conforme te vas exponiendo a ello más veces, tu cabeza aprende a estar tranquila.

¿Voláis literalmente con el traje de alas durante cuánto tiempo? ¿Un minuto, dos o más?

Depende del salto que sea, en el caso de que te tires del avión puedes hacerlo más de dos minutos, pero cuando haces un salto depende de la línea que quieras o puedas dibujar. Ahora, por ejemplo, mi chico Eric ha estado en el salto con mayor desnivel del mundo, que es en Jungfraujoch (Suiza) y que son 3.200 metros de desnivel; ahí ha estado creo que más de tres minutos volando. Todo depende del salto. En ocasiones son apenas 15 segundos, porque es un salto cortito, y en la mayoría de las veces puedes estar un minuto.

¿Te han entrado dudas alguna vez justo antes de saltar? 

Ambos deportes, la escalada y el salto BASE, son muy de aquí y de ahora. Estás pensando exactamente lo que estás haciendo en ese momento, porque tienes que estar súper atento. Entonces, si nos referimos al miedo, a mí no me tira para atrás. No sé a otra gente. Pero cuando llegas a hacer salto BASE, como que ya has pasado un proceso muy largo de aprender a lidiar con tu miedo. Haciendo salto BASE, nunca me he dado la vuelta por miedo. Pero es algo que he pasado por mi trabajo, porque ha habido días que me tocaba saltar, ya que tocaba testear los sistemas o cualquier cosa, y lo tenía que hacer: me apeteciera o no porque era parte de mi trabajo.

Después de subir una montaña súper alta, llegar a la cima y pensar que puedes dudar por miedo... no es el momento. Pero sí a veces te tienes que dar la vuelta por la meteorología, porque nosotros planificamos las actividades mirando mucho el pronóstico, pero la montaña es un mundo y siempre te sorprende. Si llegamos a un exit (punto de salto) y hay condiciones malas, es decir, que haya más viento de lo normal… Es algo que no nos gusta, pero tienes que esperar y si no mejora, te toca darte la vuelta y bajar.

¿Cuál es tu protocolo antes de saltar?

Hacemos nuestra cuenta atrás, chequeamos que todo está bien con mi compañero. Eric y yo decimos: "Go, for, it". Es una frase muy bonita de un compañero de Eric que ya no está con nosotros y es algo que decía siempre. Es una forma de abordar lo que vas a hacer con ganas. Antes yo hacía otra cuenta atrás, pero, a partir de mi salto BASE 100, cambié.

Marta, en uno de sus primeros saltos en Brento.
Marta, en uno de sus primeros saltos en Brento.

¿Cuántos saltos llevas?

Estaré por los 330 o así. Los contamos y los apuntamos. Soy bastante caótica en ese aspecto, pero vamos anotando en un cuadernito con quién hemos hecho el salto, desde dónde lo hemos hecho y las sensaciones que hemos tenido.

¿Qué sustos has escrito en tu cuaderno?

Me tuerzo mucho los tobillos. En el último salto en el Torreón de Galayos, por ejemplo, me rompí el pie en el aterrizaje. En cada salto anotamos lo bueno y lo malo. Es importante saber qué has hecho mal y qué debes corregir en el futuro para que no te vuelta a pasar. En la comunidad de salto BASE compartimos nuestras experiencias cercanas a los accidentes, porque vamos aprendiendo de los errores de todo el mundo.

¿Pero un error a 200 km/h no es casi mortal?

Muchos de los sucesos que pasan no terminan en muerte. Hay incidentes que te pueden pasar y podemos aprender de cada salto y que sí sobrevives: que tu paracaídas no se abra recto, que sea súper girado sobre las líneas, que nada más abrir tengas un 180, que te haga volar el paracaídas contra la pared... De todas esas cosas se aprende. Se aprende de la posición corporal, de cómo hacer las aperturas más simétrico y hay un montón de información que puedes sacar y no son accidentes mortales.

Y de los accidentes mortales, como la mayoría de nosotros saltamos acompañados significa que puede haber testigos de lo que ha pasado. Intentamos analizar esas situaciones. Saltamos con la cámara no sólo para decir que tengo un vídeo de esto y lo puedo subir a Instagram, porque nos dan mucha información de todo, sobre todo, a raíz de que salieron las cámaras 360º. Al final te das cuenta de que muchos de los fallos que nos pasan al final son errores humanos.

Algunos de vuestros amigos ya no están entre vosotros por estos accidentes que estamos comentando. ¿No hace eso plantearos vuestra actividad?

Pues no. Pero te voy a decir por qué. Cuando entras en este mundo, ya sabes lo que pasa, ya has oído que hay muertes, ya has oído que hay gente que falta y has oído que hay accidentes. Por tanto, entras con mucha conciencia de esto y con mucho respeto; así que una muerte, por muy cercana que sea, no te hace ver nada nuevo en realidad. Ya sabes que puedes morir haciendo esto. Pero puedes morir haciendo un montón de cosas en la vida; entonces no lo vemos como que sea algo de que estamos jugándonosla todo el rato: ponemos un montón de medios, entrenamos muchísimo y hacemos una progresión que creemos que es acorde a nuestras habilidades.

¿Qué te dice tu familia? 

Tengo la suerte de que lo entienden. Lo llevan muy bien porque lo comparto todo con ellos. Les cuento todo: lo bueno y lo malo también. Intento hacerles un poco partícipes, de esa parte también buena, bonita: haciendo esto realmente sentimos emociones súper intensas y realmente me siento muy feliz. Este último año, por ejemplo, vinieron por primera vez a vernos a un salto BASE que hicimos en casa, en Pirineos, con alas (wingsuit) y alucinaron. Para ellos también fue increíble y me gustó mucho que vinieran a vernos y que compartieran ese momento de felicidad, de aterrizaje, de abrazos y besos. Para mí fue un momento súper bonito.