El snow le dio vida y luego casi se la arrebata: "Me costó mucho aceptar que me lo podía quitar todo en segundos"
La rider catalana atiende a Relevo tras proclamarse campeona del FWT Verbier Pro donde casi perdió la vida el año pasado.

En muchas ocasiones, la obra de un artista es el fiel reflejo de su vida. Este es el caso de Núria Castán Barón (Reus, 1997), quien desde que se pasó a la tabla de snowboard con tan solo ocho años no ha dejado de crecer, tanto profesional como personalmente, hasta convertirse en uno de los principales referentes mundiales del freeride femenino. Las complejas líneas que traza con su tabla por algunas de las montañas más exigentes del mundo en el Freeride World Tour, la competición de descenso fuera de pista más exigente del planeta, son una expresión de la trayectoria de la 'rider' catalana.
No ha tenido el camino más sencillo. Ha cargado desde pequeña con la etiqueta de 'joven promesa' y hace menos de un año casi pierde la vida tras ser sepultada por un alud en Verbier (Suiza), pero se ha sobrepuesto a todo. Tras conquistar la primera prueba del FWT 2024 en el mismo lugar que casi acaba con ella, atiende a Relevo para hablar de éxitos, salud mental y el futuro del freeride.
¿Cómo has vivido la victoria en Verbier? ¿Qué sensaciones te deja este inicio de temporada?
Bueno, Verbier es la competición que se ha celebrado como primera prueba del FWT. Esperábamos que fuera en los Pirineos, pero al final no pudo ser ni en Baqueira ni en Andorra, se pudo reemplazar por Verbier y la verdad es que no podía haber empezado mejor en cuanto a resultados, terminé en primer lugar. Ahora estoy primera en el ranking y la siguiente prueba del circuito es Canadá, así que muy contenta de empezar así.
¿Cómo fue esa semana desde el momento en el que se decide la cancelación de Baqueira, al momento que os dicen «Todos a Verbier. Hay que competir»?
Fue bastante caótica, la verdad. Me bajé unos días antes a Baqueira para estar allí por temas de prensa y prepararme para las condiciones de allí, porque como vivo en Austria son condiciones diferentes. Después de haber terminado con los actos para prensa y que nos comunicasen la cancelación, pensé: "Bueno, pues me vuelvo a Austria esta semana a ver si deciden hacer la de Andorra". Justo cuando estaba en el aeropuerto recibí el correo informativo del FWT y nos dijeron que se iba a hacer ese mismo fin de semana en Verbier (Suiza). Te puedes imaginar la organización de todos los 'riders'. Nosotros al menos estamos en Europa, pero que a la gente de América le digan: "Este fin de semana hay que venir aquí y hay que estar antes"...
Volé a Austria, estuve un par de días y luego conduje hasta Suiza, o sea, fue un no parar. Pero bueno, al final todo el mundo se pudo adaptar bien y logramos estar todos a tiempo y que se celebrase. Además ese día hizo un solazo y unas condiciones inmejorables.
Verbier siempre es una prueba especial que todos marcáis en el calendario, pero ¿qué supuso para ti regresar un año después al lugar en el que sufriste un alud durante el ascenso previo a la competición?
Cuando leí que lo hacían en Verbier dije: "¡Anda!". La última prueba de las finales del FWT siempre es Verbier, entonces yo ya estaba mentalizándome para clasificarme y hacerlo en la final, pero claro, que fuera la primera competición… Me puse un poco nerviosa. Hablándolo con otros 'riders' me dijeron: "Mira, mejor empezar así a lo grande y luego lo demás será más fácil". Y tenían razón, porque así ya te sacas ese Bec des Rosses de encima y luego lo demás será más ligero.
Además, la primera semana de enero ya estuve en Verbier. Fue idea de mi terapeuta, me dijo: "Si sabes que vas a ir allí, mejor ve antes de que empiece la competición. Procésalo, ve allí para estar preparada". Pero claro, no pensaba que fuese a volver tres semanas después.
Fui a la zona donde sufrí el alud para que no me viniese todo de sopetón. Obviamente fue un día emocional y especial porque al final tenía ese recuerdo, pero lo he estado trabajando y menos mal que fui antes. En el día de la competición no estaba pensando nada relacionado con el accidente, estaba centrada y focalizada en la competición. Y bueno, al final acabé con la victoria, así que es una buena forma de cambiar el recuerdo y poner otra memoria más bonita en Verbier.
¿Entonces cuando estás en el arco de salida ni se te pasa por la cabeza aquel momento?
No, porque el tema del alud no pasó justo cuando iba a competir, fue durante la aproximación hacia la zona. Para competir en freeride tenemos que hacer un ascenso, en este caso era una hora y media de subida, entonces igual me vino en algún momento durante la aproximación, pero como no pasó al salir de meta, en ese momento no estaba pensando en nada de eso. Pensaba en mi línea, que había estado dándole vueltas y vueltas el día anterior antes de irme a dormir. Una línea muy técnica desde el Start 2, que es una zona con más pendiente en la que había dos saltos que tienes que planchar porque si no, al haber tanta pendiente, puedes descender unos cuantos metros. Eso me ponía más nerviosa que cualquier otro tema, porque al final en cuanto a aludes y tal, estuvieron el día anterior haciendo pruebas y chequeando la zona, nos comentaron las condiciones y yo también vi con los prismáticos que no había un peligro que no estuviera controlado.
Decías antes que trabajas mucho con tu terapeuta, pero no siempre se está al 100% mental o físicamente. En un deporte que conlleva tantos riesgos como el freeride, ¿cómo logras competir hasta cuando no estás en condiciones óptimas?
Mira, justo ayer lo estaba leyendo en un libro de Jeremy Jones, no es por ningún tema de sponsor ni nada, pero había una parte que hablaba mucho de esto. Está muy relacionado con los miedos. La salud mental es muy importante en un atleta, en la competición. Ahora está más en auge o se está haciendo más visible, pero desde siempre la salud mental ha sido muy importante. Al exponerte en estos lugares, al final es un deporte extremo, tienes que tener muy claras las decisiones que vas a tomar; tanto de acción, como de pensamientos o de comportamiento. Es muy importante estar equilibrado y saber gestionar las emociones, o al menos ser consciente de lo que estás sintiendo, lo que te está pasando o cuál es tu situación actual.
Es importante esa estabilidad emocional que permita que no te afecten cosas externas, muchas personas pueden ser muy sensibles. Lo leí en otro libro, es como los poros que tenemos en la piel. Hay gente que cuando le entra una información, tiene los poros más abiertos y les afecta más. En otros, los poros están muy cerrados y no les afecta tanto lo que dice la gente. Creo que es importante saber escuchar, saber entender a las personas, porque al final, a través de la psicología no sólo te conoces a ti mismo, cómo eres y cómo te afectan las cosas, también conoces mucho a la gente y la historia que tienen detrás.
Estuve bastante jodida. Al principio tenía ataques de pánico e incluso alucinaciones. Cosas que me hacían pensar que estaba loca.
Cuando sufres una experiencia traumática, que no hace falta que te pille un alud, creo que obviamente es bueno ir al psicólogo, pero no hace falta que te pase algo de este tipo para ir. Mucha gente no sabe gestionar las emociones y piensan que ir al psicólogo significa que estás loco. Para mí es al contrario, ir al psicólogo es el mejor regalo que me di a mí misma. No solo enfocado a la parte deportiva, de hecho yo estoy haciendo psicoanálisis además de psicología deportiva. Con estas dos hago el equilibrio y lo recomiendo muchísimo.
Eres muy joven y empezaste a competir desde los 13 años: ¿Es algo que siempre has trabajado o hubo un momento que hizo que te dieras cuenta de que tenías que cuidarlo tanto como la condición física o la alimentación?
Tuve una época bastante depresiva en la que sentí la necesidad. En ocasiones anteriores también lo había pensado, pero nunca di el paso y me arrepiento. Después del accidente, en mi día a día me afectaba tanto que no podía hacer nada. Estuve como unos tres o cuatro meses con trastorno de estrés postraumático, pero la única persona que podía dar el paso, era yo. Si alguien te dice que tienes que ir al psicólogo, no lo vas a hacer, tienes que ser tú el que da el paso.
Saber gestionar los estados de pánico, poder dormir, gestionar esa inestabilidad, un día estaba arriba y el otro estaba abajo, no podía hacer nada. Estuve bastante jodida. Obviamente tú puedes tener amigos con los que hablar, a los que contarles las cosas, pero no es lo mismo. El psicólogo es un experto y te da unas herramientas, unos ejercicios, está centrado en ti y no te juzga.
Al principio tenía ataques de pánico e incluso alucinaciones, cosas que me hacían pensar que estaba loca. Entonces, te explican el porqué estás teniendo estas cosas, que es normal y ves que el proceso funciona lentamente, pero que funciona.
También te digo que yo me analizaba demasiado, soy un poco perfeccionista. Me gusta escribir, así que escribía cada semana cómo me sentía y vas viendo la evolución, vas viendo que va cambiando, que va mejorando y eso ayuda mucho. Escribe, que no se quede aquí [señala su cabeza], soltarlo, eso ayudó un montón.
Con cualquier cosa negativa, lo mejor es acabar aceptando lo que ha pasado. Eso cuesta mucho, aceptar la realidad y la nueva realidad de después. No importa lo que hayas vivido, lo malo o lo dramático que sea, sino cómo lo afrontas y qué vas a hacer después. Eso es lo que al final define cómo vas a estar en un futuro.
Has dicho que llegaste a un punto en el que no podías hacer nada. Supongo que para ti, que has crecido practicándolo, el snowboard es casi terapéutico pero a la vez te recordaría al trauma, ¿tuviste que dejar de practicarlo por completo?
Ahí le has dado al clavo, porque para mí el snowboard siempre ha sido mi medio, mi mayor terapia. Pero cuando llegó al punto de que casi me mata, me dio un vuelco la cabeza. Me costaba entenderlo. En mi adolescencia tuve otras experiencias no muy buenas y el snow me ayudó a olvidarme de todo eso y salir de allí. Y claro, cuando todo lo que te ha dado tanta vida, te puede llegar a matar, pues te replanteas muchas cosas, ¿no?
Realmente sí, el snowboard me ha ayudado, pero no es solo el snowboard. Tienes que estar bien tú mismo, da igual lo que hagas. Me costó mucho aceptar eso, que el snowboard que tanto que me ha dado, me lo podía quitar todo en segundos.
Al cabo del tiempo, entendí que lo importante es que estés bien contigo mismo para poder estar bien con los demás y para poder hacer lo que te guste, ya sea snowboard, pintar un cuadro, hacer una entrevista, lo que sea.
Además de la salud mental, sueles dar visibilidad en redes a diferentes iniciativas contra el cambio climático, uno de los principales problemas a los que se enfrentan los deportes de invierno. ¿Siempre has estado concienciada con este tema?
Sí, ha sido gracias a que a partir de los 14 años empecé a viajar alrededor del mundo por las competiciones. Vas viendo cómo en cada país gestionan las cosas en general, ya sea comida, cultura, gestión de residuos, los tipos de nieve, los cambios en el clima...
Yo en esa época no era consciente, obviamente, pero a lo largo del tiempo te vas dando cuenta de que en unos lugares hay unos recursos, en otros hay menos o más, también económicamente hablando son diferentes, las dietas… Lo que la gente come en América o en Canadá no es lo mismo que en otros países como Noruega o en el Mediterráneo. Ya te digo que en el tema comida como el Mediterráneo, en ningún lado [risas].
Me sorprendió un montón una vez que fui a Nueva Zelanda, estaba paseando al lado de una escuela y era la hora de recoger los residuos del suelo. Estaban todos súper contentos y esto para mí fue como: "¡Guau! Están súper contentos recogiendo residuos". Esto es por la cultura, es lo que les enseñan, lo importante que es cuidar la naturaleza. Desafortunadamente en España se ve como un castigo, por eso es tan importante la educación desde bien pequeñitos, es lo que vas a tener en el futuro. Pero obviamente los niños no tienen la culpa, el problema viene de cómo se gestiona desde arriba.

Como proyecto final de carrera de Diseño Gráfico hice una campaña de concienciación para la estación de esquí de Cerler sobre la visibilidad de los residuos abandonados en la naturaleza, porque en las estaciones de esquí, por ejemplo, no hay una persona especializada en esto. A través de este proyecto conocí Karma Project, una organización sin ánimo de lucro localizada en Salou. Llevan más de cinco años con estudios y análisis de micropellets, microplásticos y un montón de residuos sobre los que ahora se está empezando a actuar. También hay proyectos sociales y educativos, se realizan 'clean-ups' para dar visibilidad, estamos haciendo unas unidades didácticas para que en los colegios se hable de todas estas cosas… Llevamos años con problemas medioambientales, no solo causados por el humano, sino también por todos los cambios que está habiendo en el planeta.
También soy embajadora de Protect Our Winters, que es una organización que se enfoca más en las montañas, en la nieve, en proteger los inviernos. Estoy en la base de Austria porque no hay Protect Our Winters en España, desafortunadamente. Realizamos diferentes actividades focalizadas en cambios políticos. Obviamente, las acciones individuales son importantes para crear consciencia, pero se necesitan cambios desde arriba.
Ahora estamos viéndolo en los Pirineos. Temperaturas súper altas, precipitaciones, anticiclones… En Austria estamos teniendo una temporada muy buena, pero eso no significa que no esté cambiando. Todo lo contrario: son muy drásticos los cambios, aquí está habiendo incluso demasiada nieve. Entonces ni una cosa ni la otra, estos cambios drásticos son señales y tenemos que ir luchando poco a poco. Políticamente cuesta hacer cambios y cuantos más seamos, mayor será el cambio.
La gente ha querido mirar para otro lado. Es algo que no podemos seguir ignorando
Sobre el cambio climático¿Y la preocupación por estos cambios que están llegando se perciben también en los competidores junior? Al final ellos son el futuro de este deporte.
No es que estén llegando, es que ya llegaron hace tiempo, pero la gente ha querido mirar para otro lado. Desafortunadamente fue una de las razones por las que me mudé a Austria. En el freeride necesitamos nieve y, por ejemplo, los junior están compitiendo con nieve muy dura. Me da mucha pena por ellos, que llueva a cotas de 2000 o 2500 metros de altura, a diez grados… Es algo que no podemos seguir ignorando.
Hace poco entrevistamos a Aymar Navarro y nos comentó que todo lo que conlleva una competición de alto rendimiento como el FWT está afectando al espíritu original del freeride, ¿tú también crees que se está perdiendo un poco ese sentimiento de libertad y se está favoreciendo la competitividad pura y dura?
Bueno, al final hay varios tipos de freeride. Hoy en día también existe gente que va a hacer simplemente una ruta por la montaña, la baja a su gusto, con sus capacidades, cuando él quiera, sin que se juzgue su línea. Al final, la esencia de este deporte es estar en la naturaleza, la experiencia de la aproximación y descender lo mejor que puedas. Obviamente, si entramos en tema competitivo, cambia. Tienes que hacer una línea valorando los criterios, tienes que estar preparado sí o sí cuando te toque, aunque no quieras bajar, porque a veces dices: "Ahora no me encuentro bien y tengo que bajar". Con ciertas condiciones no irías a competir y esperarías a que nevase.
Creo que Aymar tal vez se refiera a que ahora está llegando al freeride un montón de gente que viene de un background de 'slopestyle' y hacen trucos y acrobacias que antes no se veían. Antiguamente lo principal era saltar rocas enormes, hacer líneas muy técnicas, estrechas, difíciles, sin estar pensando tanto en acrobacias, porque es muy complicado, y más sin saber el lugar exacto donde lo vas a hacer. En ese aspecto se está perdiendo un poco la esencia, estoy de acuerdo con él.
Desde bien pequeñita he hecho freeride y he visto la evolución. Llevo compitiendo 13 años y en este tiempo pues ha cambiado un montón. Nuestra federación es la primera que ha reconocido el freeride como deporte, luego entró la FIS en la organización del FWT, hay muchos cambios internos de estructura y tendremos que ver qué significa esto en un futuro. Se está incluso contemplando que sea una disciplina olímpica en los Juegos de 2030.
¿Y te parece bien todo esto?
Esto ya es una opinión personal. Me acuerdo de ver en 2022 las competiciones de 'slopestyle' en China. No sé si tú lo has visto, salían unos 'kickers' al lado de unas nucleares y claro, esto para mí choca mucho. Choca también con la esencia del esquí ya de por sí, ¿no? Entonces, tendremos que ver qué significa esto para el freeride.

Pero bueno, en otro aspecto, creo que ha ganado también otras cosas que son positivas. Ahora tiene mayor repercusión, cuando empecé a competir apenas se conocía esto. En el instituto, una profe me bajó nota de una asignatura porque no sabía lo que hacía y pensaba que simplemente quería saltarme clases. Creo que ahora todas las jóvenes promesas van a tener un camino mucho más fácil que hemos ido abriendo y picando entre Aymar, Abel, yo… Además yo: snowboard y chica. Era como que lo tenía todo.
¿Por qué hay tan pocas chicas en snowboard en el FWT? ¿A las snowboarders no les interesa tanto esta competición o es una decisión del tour el dar tan pocas plazas?
Hay que valorar todas las disciplinas. Al final con esquís tienes dos cantos, es lógico que puedas 'planchar' obstáculos y saltos más grandes, dejando aparte casos como Xavier de la Rue, que eso ya es otra historia. Pero yo creo que cada uno tiene que mirar por su disciplina y su modalidad. Todos tenemos el mismo valor de subir ahí arriba y bajar la cara de una montaña. Da igual que vayas con esquís o con tabla, tiene el mismo valor.

A mí me gustaría que hubiera más chicas. Éramos sólo seis, ahora somos siete y para las finales solo nos clasificamos tres, dices: "¿Cómo puede ser posible que ya haya un podio?". Tendría que haber mínimo diez chicas también por la progresión del snowboard, para empujar esta modalidad. Esto es también lo que estoy intentando, hacer cosas que hagan progresar el snowboard femenino y ya estoy pensando para Canadá cómo intentar empujar un poco esto y darle visibilidad a esta disciplina que en muchos casos está poco valorada. Al final es un tema de cantidad. Sólo la primera chica de Europa se puede clasificar al Tour, igual que en América y Oceanía. Conozco mucha gente que compite y que está intentando clasificarse, así que el motivo no es que falten mujeres en snowboard. Supongo que estará relacionado con lo que la gente quiere ver o igual por el show, por dinero o por todo esto combinado.
¿Y tienes algún proyecto en mente de cara al futuro próximo?
Sí, la victoria en Verbier me da algo de ventaja para preparar cositas que tengo en mente. Además de competir, tengo un proyecto audiovisual que llevo preparando dos años porque con las competiciones es muy complicado de compaginar. Va sobre el proceso de sanación que he tenido, dando visibilidad a la salud mental, el trauma… Creo que con la victoria va a salir algo muy bonito, pero todavía le queda una temporada.