BÁDMINTON

Los orígenes del bádminton: un juego palaciego que entró a España por Galicia

El deporte, de procedencia asiática, llegó a España por Galicia y se afianzó en los Juegos Olímpicos de Barcelona '92.

Carolina Marín, la deportista española que sigue haciendo historia en el bádminton. /REUTERS
Carolina Marín, la deportista española que sigue haciendo historia en el bádminton. REUTERS
Alejandro Lingenti

Alejandro Lingenti

El bádminton es considerado uno de los deportes más veloces del mundo. Exige reflejos rápidos de los jugadores y máxima concentración de los espectadores para seguir la partida, ya que el volante o pluma que los jugadores golpean puede coger una velocidad de hasta 400 km/h. Su desarrollo es tan frenético que el partido más corto de la historia apenas duró seis minutos (lo ganó la coreana Ra Kyung-min, que aplastó a la inglesa Julia Mann por 11-2 y 11-1 en la Copa Uber de Hong Kong 1996).

El vértigo del bádminton moderno difiere bastante de las primeras versiones, que se practicaba con fines de ocio. Si bien hay que remontarse unos 2.000 años para encontrar en China vestigios de la práctica de un juego afín, la génesis del bádminton parece derivar principalmente del antiguo battledore and shuttlecock, un juego con raquetas y un volante, pero sin red y practicado en espacios muy pequeños.

¿Cuál es el origen del bádminton?

El embrión de la versión moderna del bádminton es un juego indio conocido como "Poona" que fue exportado a Europa por oficiales del ejército británico en la época de las colonias. El nombre proviene de la residencia del duque de Beaufort en Badminton, donde el juego se popularizó entre la alta sociedad británica a finales del siglo XIX, cuando llegó también a Estados Unidos de la mano de los colonos ingleses.

En 1899 jugó el primer torneo para hombres en Inglaterra, y solo un año después el primero para mujeres. Ya en la década de 1950, el bádminton también se estableció en países asiáticos como China, Japón e Indonesia, que se transformaron en potencias del deporte.

El bádminton llega a España

El deporte de los volantes hizo su ingreso en España a principios de los años 70, a través de Galicia. El director de un gimnasio gallego fue quien promovió el bádminton después de comprar algunas raquetas y utilizar un volante que adquirió en un viaje a Suecia. Además, a través de marineros ingleses que llegaban al puerto de Vigo, los jugadores españoles también conocieron la existencia de una federación formal en Portugal con más de 25 años de historia en el bádminton. Esto contribuyó significativamente a una comprensión más profunda del deporte.

El bádminton tardó años en afianzarse en España, pero ya en Barcelona 92 se convirtió en deporte olímpico. La transmisión del primer partido olímpico de bádminton, disputado en el Complejo Deportivo Municipal La Mar Bella, fue seguido por 1.100 millones de personas en todo el mundo, especialmente en los países asiáticos.

Carolina Marín en pleno partido.  ABC Sevilla Deportes
Carolina Marín en pleno partido. ABC Sevilla Deportes

Carolina Marín, una campeona con todas las letras

Carolina Marín se ha convertido en una figura icónica en el bádminton español, alcanzando el codiciado puesto número uno en el ranking mundial de la BWF. Además, ostenta el logro de ser la primera jugadora de bádminton europea en lograr una medalla de oro olímpica (en los Juegos de Río de Janeiro de 2016).

A lo largo de los años, ha obtenido el título de campeona mundial en tres ocasiones: en 2014, 2015 y 2018. Su dominio también se ha extendido por el continente europeo, donde ha conquistado la medalla de oro en el Campeonato Europeo de Bádminton en seis ocasiones (2014, 2016, 2017, 2018, 2021 y 2022), así como en los Juegos Europeos de Cracovia de 2023. Marín además ha recibido el Premio Nacional del Deporte Reina Sofía como la mejor deportista española en el año 2014, y ha sido galardonada con la Medalla de Bronce y la Medalla de Oro de la Real Orden del Mérito Deportivo en 2014 y 2016.