Cómo se puntúa la esgrima en los Juegos Olímpicos
La esgrima ha formado parte de todos los Juegos Olímpicos de la historia.

La esgrima es uno de los deportes olímpicos por excelencia. De hecho, el barón Pierre de Coubertain, creador de los Juegos Olímpicos modernos, era esgrimista. Por ello, introdujo su disciplina en la primera edición, celebrada en Atenas en 1896. Desde entonces, el deporte que deriva de los duelos a espadas ha formado parte del programa olímpico de manera ininterrumpida.
Actualmente, la esgrima se divide en tres modalidades según el arma que se utiliza: florete, espada y sable. Cada una de ellas conlleva un manejo diferente, y por lo tanto un objetivo diferente. Si bien es cierto que la meta última es común, esto es tocar al oponente con el arma, los puntos habilitados para ello fluctúan según el tipo de combate.
Es importante tener en cuenta que la dinámica de un asalto de esgrima es compartida por todas las disciplinas. Es decir, los combates se lidian siempre en una pista de 14 metros de largo por 2 metros de ancho. Además, cada vez que hay un punto válido, el duelo se detiene y los oponentes regresan a la posición de salida, donde reanudarán la acción. La duración de un combate de esgrima también es común: los combates constan de tres asaltos de tres minutos cada uno, o hasta que uno de los dos contendientes consigue 15 puntos.
Cómo se puntúa en los combates de florete

El florete es el arma más flexible y ligera de las tres que se emplean en esgrima. Quizá por ello, es la que requiere de una mayor precisión para los tiradores que la utilizan. Para conseguir un punto en un combate de florete, el esgrimista debe tocar el tronco del rival o la zona de la barbilla de la careta.
Además, es importante tener en cuenta que únicamente los tocados en punta son válidos en los asaltos de florete. Es decir, si un tirador golpea a otro con el filo de un florete, el punto no es válido. Finalmente, en el caso del florete no existen los puntos dobles. Es decir, en caso de que ambos contendientes toquen a su rival de manera simultánea, se otorga el tanto a aquel que estaba en fase ofensiva.
Cómo se puntúa en los combates de espada

La espada es un arma de estocada, igual que el florete. Es decir, para lograr puntuar en un combate de espada, es necesario tocar al rival con la punta del arma. Sin embargo, se trata de una herramienta más rígida y pesada, por lo que es más difícil de manejar.
Por su parte, la concepción del combate difiere profundamente de los duelos a florete. Fundamentalmente por dos motivos. El primero de ellos es que, en los asaltos a espada, el objetivo es todo el cuerpo del rival. Es decir, se considera un punto válido cuando un lanzador consigue alcanzar al contrario en cualquier parte. Además, la espada es la única modalidad en la que valen los puntos dobles.
Cómo se puntúan los combates de sable

Finalmente, el sable es el arma más corta de las tres permitidas (unos 105 centímetros por los 110 cm del sable o el florete). Además, el sable cuenta con la particularidad de que puede puntuar tanto con la punta como con el filo del arma. Es decir, no se trata de una disciplina de estoque como sí lo son la espada o el florete, sino que busca más el movimiento de corte.
Las zonas puntuables en un combate de sable son la cabeza y el tren superior, brazos incluidos. Además, se trata de una disciplina de convención, esto es se priorizan los movimientos de ataque sobre los de defensa y no existen los puntos dobles.