JUEGOS OLÍMPICOS

El anonimato no existirá en los Juegos Olímpicos: la ley que convierte París en un Gran Hermano y que alerta al mundo

Por primera vez se utilizará el reconocimiento facial por IA para garantizar la seguridad, lo que ha levantado polémica.

Los Juegos Olímpicos de París están a tocar, la cuenta atrás ha comenzado. /GETTY
Los Juegos Olímpicos de París están a tocar, la cuenta atrás ha comenzado. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

Los Juegos Olímpicos de París serán innovadores por muchas circunstancias, pero ninguna genera tanto debate en el mundo como la aprobación del reconocimiento facial por medio de Inteligencia Artificial en las instalaciones y en las zonas próximas a los accesos con el objetivo de garantizar la seguridad. Una especie de Gran Hermano, de mundo distópico orwelliano en el que desaparecerá el anonimato y, según 38 asociaciones como Amnistía Internacional, se vulnerarán algunos Derechos Humanos como "el de la intimidad, la libertad de expresión y de reunión", entre otros, que aparecen en la carta del Comité Olímpico Internacional en su compromiso por protegerlos.

La seguridad es la mayor preocupación de puertas para adentro del Comité Organizador, en un París que ha sufrido actos terroristas y vandálicos en los últimos años; sin ir más lejos, en la final de la Champions de 2022 que ganó el Real Madrid ante el Liverpool: el partido se retrasó por la violencia a las afueras del estadio. A raíz de ese clima, en enero de 2023 el Senado aprobó el uso de la IA por reconocimiento facial en los Juegos, el día 8 de marzo se logró salvar un obstáculo legislativo y unas semanas después vio la luz verde en el Parlamento francés. Todo bajo el criterio de "experimento". En Francia hay voces que consideran que ha llegado para quedarse.

La ley, que solo se aprobó hasta marzo de 2025, hace hincapié en el uso de cámaras y drones en estadios y accesos para identificar "actividades anormales y sospechosas" y poder cotejar las caras con las bases de datos de los cuerpos de seguridad. La organización habló de otros casos más generales como "la presencia de objetos o armas abandonados, el incumplimiento del sentido de la circulación, el cruce de una zona prohibida, la caída de una persona, los movimientos de multitudes y el inicio de un incendio". Todo ello controlando mediante algoritmos que lo detectarán.

Será la primera vez en el continente que se utiliza este mecanismo en tiempo real y para estos fines, aunque las políticas de la Unión Europa han virado de junio a diciembre de 2023 y amenazan con priorizar la seguridad y este tipo de técnicas de forma permanente.

El cambio de postura de Europa, la alerta internacional

En junio de 2023, Europa aprobó "prohibir las tecnologías de vigilancia masiva en su Ley de Inteligencia Artificial", pero en diciembre se sometió de nuevo a escrutinio y el resultado fue diferente. El Parlamento autorizó, por presión de los Estados, el uso de la vigilancia masiva en situaciones excepcionales. "Es decepcionante ver cómo se da marcha atrás en su posición original, que ofrecía sólidas protecciones, incluida la prohibición incondicional del reconocimiento facial en directo", explican desde Amnistía Internacional.

Según este organismo, se ha demostrado cómo este tipo de técnicas de reconocimiento amplifica la actitud policial racista, pues el ojo se sitúa con más insistencia en los colectivos de otras etnias a las autóctonas. Esta organización realizó una investigación en la ciudad de Nueva York en 2021 en la que se localizaron 15.280 cámaras en tres barrios capaces de controlar el 47% de las intersecciones. De 2017 a 2019 hubo 22.000 casos que se basaron en este tipo de técnicas, algunos de ellos de incidentes o actitudes consideradas peligrosas en manifestaciones.

En 2019 fue famoso otro caso precisamente en Francia. Un robo en una empresa de logística donde localizaron al sospechoso por reconocimiento facial en una criba con 200 sospechosos. Al culpable le cayeron 18 meses de cárcel. Este reconocimiento facial se denomina "identificación biométrica en diferido". La diferencia es que en los Juegos de París será en tiempo real.

Relevo se puso en contacto con algún técnico de la delegación francesa que comentó que "el debate de la seguridad solo preocupa en la ceremonia de inauguración, pero no hay un miedo en las competiciones". Algo que alimenta la teoría de sectores como La Quadrature du Net, organización que lucha contra la violación de los derechos fundamentales, de que detrás hay un interés de control y comercial. En los Juegos de Tokio 2020 ya se inauguró el reconocimiento facial pero solo para deportistas y voluntarios con su consentimiento. En París se va un paso más allá. Bienvenidos a 1984.