FÓRMULA 1

El capricho de Fernando Alonso, Christian Horner y un coche de película copan el 'salvavidas' de Goodwood

El asturiano condujo su exclusivo coche, una petición expresa a su equipo, por las calles británicas que albergan al mítico festival.

Fernando Alonso, en Silverstone. /AFP
Fernando Alonso, en Silverstone. AFP
Daniel Knecht Escobar

Daniel Knecht Escobar

Ya sin carreras que convaliden para campeonatos importantes (antaño acogía el Trofeo Glover, a los Turistas del RAC y una prueba de resistencia de 9 horas), ahora el trazado británico de Goodwood actúa como salvavidas para los amantes del motor, huérfanos en semana sin Gran Premio de Fórmula 1. Después de tres semanas sin tregua, con España, Austria y Gran Bretaña ofreciendo un espectáculo a la altura de la 'nueva' F1, el circuito de Chichester ha albergado la exhibición de numerosos coches tanto clásicos como modernos y ha visto pasar a un gran elenco de conocidos protagonistas.

El principal, Fernando Alonso. Al asturiano, por lo visto, no le gusta descansar ni cuando le toca. El piloto de Aston Martin se subió al exclusivo coche que le solicitó fabricar a su escudería, un modelo que apenas tiene 38 unidades en todo el globo y que sacó a pasear por entre las características barreras de paja. "Es todo lo que quiere un piloto", fue como describió Alonso a su Aston Martin Valiant.

Un coche "maravilloso" con un motor V12 biturbo y 745 caballos de potencia que lo enamoraron desde el primer momento que se subió a bordo del automóvil. Eso sí, lo tuvo que conducir 'a la inglesa' con el volante ubicado a la derecha. 20 años después, cuando condujo el Renault que lo hizo campeón del mundo en 2005, valora de distinta manera el circuito: "Recordaba un poco más largo el camino, para ser sincero. No sé si ha sido porque el coche hoy ha sido muy rápido, pero sí, lo recordaba más largo".

Como un niño con juguete nuevo estaba también Carlos Sainz. El padre, en este caso, y no el piloto de Ferrari. El laureado corredor de carreras español buscará su quinta corona del Dakar en su asociación con Ford, lo que además supondría una quinta victoria con cinco marcas distintas (ganó en el desierto con Volkswagen en 2010, Peugeot en 2018, Mini John Cooper en 2020 y este mismo año con Audi). Ayer conoció la máquina de la que tomará el mando en enero de 2025.

Le sacó punta a cada fallo que notó, algunos problemas que el madrileño es consciente de que se pueden mejorar y detalles que se tienen que pulir. Aún así, su valoración es buena: "Debo decir que ha ido realmente bien desde el principio". Además, tendrá tiempo de preparar a conciencia la prueba de principios del próximo año, con la parada que hará en el Rally de Marruecos con el Ford Raptor este septiembre.

El viernes se dejó ver también por Reino Unido otro viejo conocido de la Fórmula 1, todavía muy presente en la memoria de los aficionados. Juan Pablo Montoya volvió a subirse a un monoplaza de F1, pero no uno cualquiera, sino a su mítico BMW Williams FW26 del año 2004. Se relevó a sus mandos con su hijo, Sebastián Montoya, y rememoró una temporada en la que terminó quinto en el mundial de pilotos.

Aunque entre tanto rostro familiar, uno hizo saltar la sorpresa. Entre todos los coches de Fórmula 1 que se condujeron, mayoritariamente con la firma de Red Bull, uno de ellos fue manejado por el actual jefe de la escudería austriaca. Christian Horner, que no se subía y arrancaba un monoplaza de este calibre desde 1993, se atrevió a rodar una de las bestias que engrandecen su carrera como jefe de equipo: el RB8.

Coches de película, literalmente

Más allá de las caras conocidas, los verdaderos focos fueron los automóviles. Entre ellos, un Lotus Evija X que nada más arrancar estampó sus dos millones de euros de coste contra la paja. Todo un drama, inexplicable teniendo en cuenta que hacía tres meses marcó una impresionante vuelta seis minutos y veinticuatro segundos en Nürburgring. A veces, 2.000 caballos no son sencillos de domar. Lo mismo ocurrió con el Audi R8C que corre en el trazado de Le Mans. Bloqueó completamente sus ruedas y no pudo evitar irse contra las barreras.

Además de numerosos coches clásicos, con un impresionante despliegue de la marca Mercedes de por medio, también volvió a rodar la obra maestra de Adrian Newey, el RB7 con el que Sebastian Vettel y Mark Webber conquistaron 18 poles en 19 carreras en el año 2013. La bestia ante la que se arrodilló el alemán, tetracampeón.

Sin embargo, el bólido que se robó todas las miradas fue la imitación a uno de los clásicos del cine. La película Cars, estrenada en 2006, contaba con un elenco de personajes que con el paso de los años se han convertido en leyendas del automovilismo. Y no, no fue el venerado Rayo McQueen el que entró en escena Goodwood ayer, sino otro querido personaje entre los fans de la trilogía: Strip Weathers, el mítico coche azul que patrocinaba Dinoco y viajaba en helicóptero. Un viaje muy especial a la infancia para muchos.