Un crossover inesperado se cuela en las 24h de Le Mans
El Chevrolet Camaro ZL1 no es el primer vehículo de la competición estadounidense en correr la mítica prueba.

Le Mans.- Existe la creencia popular de que lo que triunfa en Estados Unidos no tiene por qué hacerlo en Europa, y viceversa. Pero el Automobile Club de l'Ouest, los chicos de Hendrick Motorsports y LeBron James se han encargado de derribar de un plumazo años de prejuicios. La apuesta por acercar la leyenda de las 24h de Le Mans al otro lado del Atlántico en su centenario y el guiño de NASCAR en su 75º aniversario han sido una combinación completamente ganadora.
El Chevrolet Camaro ZL1 basado en la séptima generación del NASCAR Cup está causando sensación desde hace una semana en Francia y no es para menos. Con un aspecto al que no estamos acostumbrados por estas latitudes, el vehículo sigue las líneas y el tamaño de la popular categoría estadounidense. El sonido bestial de su motor Chevrolet V8 de 5,8 litros enlaza notas graves que calan hondo en los aficionados y cada vuelta que pasa por meta se empasta con vítores de las gradas, que suben los decibelios a su paso.
El proyecto arrancó hace 18 meses, tras el ofrecimiento del ACO a John Doohan, presidente de International Motor Sports Association. La propuesta levantó muchas miradas de sorpresa e incredulidad de primeras, pero consiguió convencer casi al instante a Chevrolet y a Goodyear, así como al equipo Hendrick Motorsports. Las tres empresas han ofrecido su mejor versión para completar en este tiempo 100.000 kilómetros de pruebas en EE UU, la última de ellas, de 24h en Sebring.

Al volante: Jimmie Johnson, leyenda de NASCAR con siete títulos en su haber; Jenson Button, campeón del mundo de F1 en 2009 y Mike Rockenfeller, dos veces ganador de las 24h de Le Mans (una en la clasificación absoluta). El equipo de más de 80 personas se ha dado un baño de masas desde que a finales de la semana pasada pasaron las verificaciones en las calles del centro de Le Mans y todo ello en el 75º aniversario de NASCAR, el 100º de las 24h de Le Mans y el 125º de Goodyear.
El vehículo compite en su propia categoría, dentro del Garage 56, una iniciativa que ACO, el organizador del evento, creó en 2012 para tecnologías innovadoras y por donde pasaron el mítico Deltawing, el ZEOD RC eléctrico y el SRT41 de Frédéric Sausset, piloto tetramputado. Y su principal innovación se encuentra en los neumáticos, que por primera vez en competición cuentan con un chip introducido en su interior durante la construcción de los mismos para ofrecer datos de temperatura, GPS y presión en directo. La división estadounidense de Goodyear se ha dedicado en cuerpo y alma para ofrecer unos neumáticos especiales al vehículo (365/35R18 de medidas).
El trabajo para modificar el chasis base del NASCAR Cup y convertirlo en un coche que pueda competir fuera de los óvalos estadounidenses (todos a izquierdas), aguante 24 horas y sea más de cuatro segundos más rápido que los actuales GT (tercera división de la prueba) ha sido todo un reto. Sirva como ejemplo las confusiones iniciales con los galones (medida estadounidense) y los litros cuando pidieron los primeros cargamentos de combustible a Total, suministrador oficial. Cada galón (3,8 litros) cuesta 100€.
El coche cuenta con 226 kg menos que el de NASCAR, frenos de carbono, frente a los de acero; aletines aerodinámicos delante y detrás (aunque no alerón trasero como tal) y espacio para 50 litros más de combustible. Otra de las características que lo diferencia de los vehículos que compiten al otro lado del Atlántico es la presencia de faros reales, y no pegatinas que los simulan.
Los pilotos corren sin ventanilla, ni puertas. Tienen que entrar por un pequeño espacio a la cabina, como en NASCAR, y solo una red elástica les separa del exterior mientras pilotan. Su ritmo en los entrenamientos y la clasificación ha dejado impresionado a todos, incluso a ellos mismos, y el objetivo ahora es "acabar por delante de los GT sí o sí".
Pero, ¿por qué se decidió contar con el NASCAR en Le Mans?
El reglamento común que han diseñado el Mundial de Resistencia y el IMSA, su homólogo estadounidense, en los últimos año ha hecho converger los proyectos deportivos de los grandes fabricantes interesados en la resistencia y motivar a otros a desembarcar, creando el caldo de cultivo para una nueva era dorada de la disciplina. Y gracias a esta asociación, la idea de terminar de asentar esos puentes tendidos llevó a Pierre Fillon, presidente del ACO a proponer el regreso de un NASCAR a La Sarthe.
"Invitar a un NASCAR era también una forma de sellar esta asociación. Este coche interesará al público, dará que hablar y animará el evento", asegura el responsable francés. Pero esta no es la primera vez que un vehículo de la categoría americana corre las 24 horas más famosas del mundo. En 1976 un Dodge Charger, bajo la dirección de Jim France -actual propietario del campeonato- y un Ford Gran Torino participaron en la cita, pero no consiguieron pasar de la media noche.

La presencia de LeBron James dando el banderazo de salida a la 91ª edición de las 24h de Le Mans con la tricolor francesa ha terminado de redondear una apuesta total del ACO por el público estadounidense.
Presencia estadounidense en cada rincón de Le Mans
Pero el idilio de Le Mans con Estados Unidos no acaba en el garaje número 56 del trazado de La Sarthe. Roger Penske, propietario de Indycar, el Indianapolis Motor Speedway y su propio equipo, también está presente en el circuito francés. Y es que, junto a Porsche, alinea tres prototipos Hypercar en su sueño por ganar la joya de la corona del Mundial de Resistencia.

Chip Ganassi, uno de los equipos más exitosos de Indycar y donde milita actualmente el líder del campeonato, Álex Palou, también cuenta con presencia en Le Mans con sus dos Cadillac. El tercero está gestionado por Action Express Racing, un equipo apoyado por el propietario de NASCAR e IMSA, Jim France.
Y, por supuesto, el actor Patrick Dempsey sigue desde el box de Proton Competition el devenir de su equipo de la categoría GT, después de que él mismo participase en la carrera hace unos años. El también actor Michael Fassbender (Porsche #911) está disputando sus segundas 24h de Le Mans en el equipo del primero, en busca de mayor éxito que en 2022, en su debut, cuando tuvo varios accidentes.