La trampa nunca vista: un guante 'anfibio' desata la polémica en la NASCAR
Joey Logano es penalizado tras utilizar un guante que unía todos sus dedos a modo de ventosa para bloquear el aire por su ventanilla.

Un guante anfibio. Sí, habéis leído bien. Es la última trampa deportiva que ha desatado la polémica en Estados Unidos. El responsable, esta vez, es el norteamericano Joey Logano, piloto del Team Penske que, tras proclamarse campeón de las Cup Series de la NASCAR en 2018 y 2022, ha conseguido su segunda pole en tres carreras esta temporada tras completar una vuelta al óvalo de Las Vegas a más de 296 kilómetros por hora. Eso sí, con la ayuda de un guante ilegal.
Joey Logano's illegal glove…That's likely a penalty next week.
— Austin Konenski (@AustinKonenski) February 25, 2024
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La prenda, cosida artesanalmente, unía los cinco dedos del piloto mediante una ventosa negra, a modo de aleta anfibia o, como explican en la televisión norteamericana, muy similar a un guante de béisbol. "Como piloto, pasas mucho tiempo trabajando con el equipo y oye, yo también tengo que asumir mi responsabilidad por esto", ha asegurado el de Conecticut, de 33 años. "Al final, fui yo el que se puso el guante, aunque no lo hice yo. No sé coser [risas]".
Ahora bien, ¿cómo se descubrió la trampa? Pues atención, porque tiene miga. De primeras, los medios especializados apuntaron a que la pillería de Logano había sido descubierta por el chivatazo de un rival. Sin embargo, Brad Moran, director general de la NASCAR, indicó que el Ford número 22 de Logano fue uno de los cinco coches seleccionados al azar para ser inspeccionados tras la ronda de calificación.
Fue ahí, con la pole en manos de Logano, cuando la cámara interior del coche alertó a los comisarios de la NASCAR. "Detectamos algo que era preocupante", admitió Moran ante los medios. "En las imágenes que luego hemos visto se puede ver que todo el guante está 'palmeado', algo que permite bloquear más aire cuando los conductores ponen su mano contra la abertura de la ventana".

No obstante, el reglamento de la NASCAR no tiene ningún punto que legisle esta peripecia en concreto, ocultada por Logano en todo momento. "Es algo que va un paso más allá", lamenta Moran. "Ese guante se ha convertido no solo en un problema para la salud de la competición, sino en una violación de la seguridad".
Aunque de inicio pueda sonar alarmante, la advertencia del mandamás de la NASCAR no es gratuita. Para evitar incidentes inesperados, la organización de la carrera automovilística más importante de los Estados Unidos tiene que estar segura en todo momento de si el material utilizado por sus pilotos es inflamable o no.
Logano, por su parte, señaló que nunca habría usado el guante si pensara que era peligroso. "No pensé que lo fuera", añadió. "Nunca me habría puesto en una situación en la que me sienta inseguro. Tengo niños, esposa y una familia que me importa mucho más que los coches de carreras".
Sea como fuere, el veterano piloto del Team Penske ha sido penalizado, perdiendo la pole y quedando relegado al último puesto de la parrilla este domingo. Además, Logano ha tenido que completar un 'drive-through' durante la carrera [pasar por la calle de boxes sin detenerse] y, por si fuera poco, pagar una multa de 10.000 dólares por violar el código de seguridad de la NASCAR.