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Alex Pereira: el hombre póster de UFC que superó el alcoholismo de adolescente gracias al deporte

El brasileño, campeón de la UFC del peso semipesado, expone su cinturón ante Magomed Ankalaev en el combate estelar del UFC 313. Su historia es un ejemplo de superación.

Alex Pereira./UFC
Alex Pereira. UFC
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

En las calles de Sao Bernardo do Campo (Brasil) un joven Alex Pereira recorría su vida sin rumbo, rodeado por la pobreza, la falta de oportunidades y un futuro que parecía decidido de antemano. Creció en una familia humilde, con raíces indígenas del pueblo Pataxó, un legado que aún lleva con orgullo. Pero la dureza de la vida diaria pronto lo atrapó en un círculo de adicciones y desesperanza que, para muchos, habría sido una condena. Para Alex fue el punto de partida de una historia de redención.

Pereira abandonó el colegio a los 12 años. En un país donde la educación es un lujo para muchos, Alex eligió trabajar en un taller mecánico para ayudar a su familia. Era un adolescente rodeado de adultos que lo introdujeron al alcohol. A los 16 años, Alex había caído en una adicción que lo dominaba por completo. "Bebía todos los días, no sabía cómo parar", ha reconocido en entrevistas. Su vida parecía encaminarse hacia un destino trágico, como tantos otros jóvenes en su entorno.

El cambio llegó de la manera más inesperada. A los 21 años, Pereira entró a un gimnasio de kickboxing. Al principio, fue una decisión casual, una manera de escapar de sus problemas. Pero con cada golpe lanzado y cada entrenamiento, algo comenzó a cambiar dentro de él. Descubrió que tenía un talento natural para los deportes de combate, pero, más importante aún, encontró una disciplina que lo alejaba de la autodestrucción. El kickboxing no sólo transformó su cuerpo; salvó su vida.

En poco tiempo, Pereira pasó de ser un novato en el deporte a un contendiente serio. En las competiciones locales, su devastador poder de KO empezó a llamar la atención. Ese mismo poder lo llevaría a la cima del mundo del kickboxing, convirtiéndose en campeón de peso medio y semipesado en Glory Kickboxing, la organización más prestigiosa del deporte.

Pero Alex no se conformó. En 2020, tomó la decisión de mudarse a las artes marciales mixtas, debutando en la UFC con tan sólo cuatro peleas en su haber. En menos de dos años, Pereira logró lo que pocos consiguen: se enfrentó a Israel Adesanya, el entonces campeón de peso medio y una figura dominante en la división, y lo derrotó con un KO inolvidable en noviembre de 2022.

Izzy logró la redención meses después y Alex comprendió que el peso medio se le quedaba pequeño. Ascendió al semipesado, donde se estrenó contra un excampeón como Blachowicz. Le ganó y eso le abrió las puertas del título de la división, el cual estaba vacante. En siete pleitos en la mayor empresa del mundo logró ser rey en dos divisiones. Con tres defensas, y siendo el apagafuegos oficial de la UFC, se ha convertido en uno de los mayores activos de la empresa. Con 37 años vive su mejor momento, pero Poatan sigue soñando en grande. El peso pesado es su objetivo.

Ankalaev separa a Pereira de otro escalón en la historia

Siendo el chico póster de UFC, Alex Pereira muestra que la humildad que tiene. Ha asegurado que le gustaría convertirse en campeón en tres divisiones. Nadie lo ha hecho antes y pretende ser el primero. Aún así, lo primero es un hombre de empresa y tras su último pleito pidió un pequeño descanso (disputó cuatro peleas titulares en un año natural) y después aceptaría lo que quisiesen. La UFC le quiere, todavía, en el semipesado y su cuarta defensa le hará crecer en cuanto legado. En la historia del semipesado, uno de los pesos con mayor bagaje en la empresa, Frank Shamrock, Tito Ortiz y Chuck Liddell han logrado cuatro defensas. Poatan llegaría a ese escalón, teniendo por delante únicamente a Jon Jones, que consiguió retener su corona ocho veces consecutivas.

Pereira llega como favorito al estelar del UFC 313 de este sábado, pero en Las Vegas no tendrá una pelea fácil. Magomed Ankalaev se ganó el puesto de retador, pero ha tenido que pelearlo mucho. El ruso, de 32 años, hizo nulo contra Jan Blachowicz. El cinturón estaba vacante y ninguno obtuvo la revancha inmediata, como sería justo. Blachowicz sucumbió frente a Pereira y Ankalev vio cómo el árbitro de su combate decretó No Contest por un problema de traducción con Johnny Walker. Le ganó en la revancha, pero la pelea ante Pereira no acababa de convencer a UFC y le dieron otro pleito, en este caso frente a Rakic. Lo ganó y retó a Pereira sin miedo.

Ankalaev, daguestaní, tiene un estilo muy marcado en el wrestling, parte en la que puede flojear Poatan. Por ello, ante Rakic se paró en el striking para demostrar que también puede intercambiar. Aún así, su baza debe ser evitar los golpes del campeón y llevarle a su peor terreno. Mientras, Pereira tiene claro que la pelea debe desarrollarse en pie, donde es superior. Será un choque de estilos en el que el brasileño debe demostrar su puesto en la historia. Si gana, poco le podrá negar la UFC en el futuro.