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"Cuando se cierra la jaula soy el Fenómeno y no Joel Álvarez, es como llamar a un superhéroe"

Joel Álvarez regresa, tras un parón de año y medio, al octágono de UFC este sábado en Londres. "He comprendido que las MMA son mi trabajo", apunta.

Joel Álvarez, en el gimnasio Tibet de Gijón./Relevo/Álex Corral
Joel Álvarez, en el gimnasio Tibet de Gijón. Relevo/Álex Corral
Álvaro Carrera
Álex Corral

Álvaro Carrera y Álex Corral

"Joel Álvarez es un chico del barrio, cercano", así de rápido se autodefine el asturiano. A sus 30 años ya es historia de las MMA en España. Fue el primer peleador nacional en entrar a la UFC moderna de manera directa (Marín, Lloveras y Espino lo hicieron a través del The Ultime Fighter) y ha logrado ser ranqueado entre los 15 mejores de su división.

Joel Álvarez: «Cuando se cierra la jaula soy El FenómenoÁLEX CORRAL

 

"Al igual que un panadero hace pan o un obrero va a la obra, yo voy al gimnasio y a luchar. Hay que separar la persona del luchador. He llegado a asumir que es mi trabajo. No es como antes que era mi pasión y día a día. Es mi trabajo y trato de ser el mejor, pero lo que me gusta es ser más persona que deportista", añade en una entrevista con Relevo.

El Fenómeno, como es apodado, regresa este sábado al octágono de UFC tras un año y medio sin competir. En su último combate perdió y acabó lesionado. Una fractura en una costilla le obligó a parar. "Mi psicólogo deportivo me dijo: 'desconecta para volver a conectar'. Lo hice y me ha servido", admite. Joel ha aprovechado este tiempo para ordenar ideas. "¿Merece la pena todo lo que he pasado para llegar aquí? No me arrepiento de haberlo hecho, pero siempre que me preguntan los chicos en el gimnasio les digo que es complicado. Se tienen que alinear muchos factores y, encima, tener suerte de que llegue la llamada cuando estás listo", apostilla.

La llamada a Joel Álvarez le llegó a principios de 2019. Con un mes de antelación le avisaron para debut en UFC. No dudó. Han pasado mas de cuatro años desde ese momento y el cambio ha sido en todos los aspectos. "Tenía cuerpo de niño todavía. Ahora claro qué noto la diferencia, pero no sólo en el plano físico, también en la manera en la que hago las cosas. Los métodos de entrenamiento son muy diferentes. Al final hemos viajado, ha venido gente, hemos conocido a otros y vas aprendiendo de todos. Para ser un chico del barrio y llegar donde estamos, no cambiaría nada de lo que hicimos", afirma.

El barrio de El Polígono de Gijón vio crecer a Joel. Su infancia no fue sencilla y eso le ha dado un sentimiento de pertenencia muy grande. "Mi barrio significa mi vida, mi hogar. Allí no me conocen como Joel Álvarez el de UFC, me conocen como Joel. Todos saben quien soy y al revés. Me gusta estar ahí y ahora que voy a ser padre me gustaría que mi hija también se crie allí", asegura. En las calles cercanas a su casa tejió amistades duraderas: "Tengo los mismos amigos desde que era un niño y estoy en el mismo gimnasio en el que empecé", espeta. Aunque ha tenido ofertas, Joel no quiere abandonar a los suyos.

«Cuando se cierra la jaula soy el Fenómeno y no Joel Álvarez, es como llamar a un superhéroe»

El luchador lleva tatuado a Goku en su pecho y en el personaje de Dragon Ball se ve reflejado: "A él lo criaron sus abuelos, como a mí. Y tenía un maestro un poco peculiar, como es mi Patrón (apelativo con el que se dirige a su entrenador, Borja Álvarez)". En el gimnasio Tibet de Gijón, Joel entró "por probar", después de que internet le enseñase llaves de jiujitsu y peleas de Kimbo Slice. "En la primera clase me enamoró este deporte. Empecé a venir todos los días, en casa veía vídeos para ponerlos en práctica al día siguiente… Pronto comencé a competir en jiu-jitsu. Tras el primer torneo, a la vez se estaba haciendo otro de MMA amateur. Ver cómo dos personas se pegaban en una jaula me fascinó y tenía claro que quería hacerlo", apunta.

Así empezó su camino en las MMA, el deporte le llamaba. Pronto empezó a despuntar. Compitió mucho, sin importar la disciplina, y a dos meses de cumplir 26 años decidió dar un paso al frente. España se le quedaba pequeña y buscaría pruebas a nivel europeo, pero UFC se cruzó. Perdió en su primer combate, pero después finalizó a los cuatro oponentes que siguieron. Así se metió en el top15 de la UFC y llegó la pelea contra Tsarukyan, en febrero de 2022. "En este tiempo sin competir me he dado cuenta de quién está y quién no", añade.

Todo estaba listo para regresar en febrero de 2022, pero la mala suerte se cruzó de nuevo en su camino. "La UFC se estaba encargando de gestionar mi visa para Australia. En mi cabeza no pensaba que saliese mal. Cuando mi manager me lo dijo no me lo creía. Fue un palo muy gordo, pero no dejó de ser una mala noticia a nivel laboral. En la vida sí que he tenido palos duros. Algo que no puedes evitar, como una enfermedad de un familiar, si es jodido. Esto es algo que se solucionará. Sólo queda seguir trabajando", afirma.

Joel volverá a pelear con público tras cuatro años

Con esa mentalidad, Joel Álvarez siguió trabajando hasta que surgió la oportunidad de pelear ante Marc Diakiese en el UFC Londres del 22 de julio. Se acabará la espera. "El Fenómeno es lo que ve la gente cuando se cierra la jaula. Es la transformación que sufro. Joel es en el día a día, pero al pelear esa persona se queda fuera y entra el Fenómeno a lucirse. Es como llamar a un superhéroe", admite.

Joel Álvarez, durante un entrenamiento en el gimnasio Tibet de Gijón. Relevo/Álex Corral
Joel Álvarez, durante un entrenamiento en el gimnasio Tibet de Gijón. Relevo/Álex Corral

La pelea contra Diakiese la ha tenido en su cabeza "cada noche" desde que la conoce. "En mi vida me he imaginado ganando una pelea sin finalizar. Eso también dice mucho de cómo me tomo los combates", admite el luchador. El inglés es un striker que da espectáculo y Joel prevé una lucha "muy divertida".

La pelea será la primera para Joel en cuatro años con afición en las gradas. En este tiempo ha peleado sin público durante la pandemia y con un centenar de personas en el UFC Apex de Las Vegas. "Es algo que me tiene un poco inquieto. En las últimas pude escuchar muy bien a la esquina y no el furor de la gente, que te hace más bravo. Va mucha gente desde España y aunque sea el visitante (su rival es inglés) quiere volver a sentir eso. El momento en el que va a empezar la pelea y la gente grita me recuerda al Coliseo en Roma y eso me emociona", concluye Joel Álvarez. El Fenómeno está de regreso.