O'Malley aplasta a Vera y reclama a Ilia Topuria: "Llévame en jet a España, quiero pelear"

La UFC volvió a Miami en 2023 tras cinco años de ausencia. Florida es un lugar donde las MMA gozan de gran popularidad, pero la ciudad tiene mucho ocio y cuesta hacerse un hueco. La empresa lo logró en su última visita y no dudó en repetir. Este sábado se presentaban allí de nuevo y lo hacían con una cartelera muy potente. A las grandes plazas hay que acudir con todo.

Debutó Venom Page debutó con triunfo, se ratificó Poirier... pero todo se iba a eclipsar en el estelar. Sucedió. Sean O'Malley está llamado a marcar una época en UFC. Sugar tenía su primera defensa del campeonato del peso gallo de la empresa. Eligió a Marlon Vera porque era el único que había logrado ganarle. Se quitó la espinita con la que llevaba casi cuatro años. La fiesta latina estaba preparada en Miami, pero el estadounidense la impidió al vencer por una clara decisión unánime (50-45, 50-45 y 50-44).

O'Malley, pese a ser campeón, siempre había dejado dudas. Por ello, había diferentes lecturas. Sean las aplastó todas. El combate sólo tuvo un lado y ese fue el de Sugar. Vera es un luchador que va de menos a más, pero en Miami nunca se encontró cómodo. O'Malley puso trabajo en el round iniciar. Amagó, se fue cambiando de guardia, pateó y sobre todo fue conectando golpes a la zona de flotación a Vera. Quería irle mermando físicamente.

En el segundo round O'Malley se convirtió en un francotirador. Desde su atalaya fue percutiendo cada vez más dureza. Sacó 40 golpes en el asalto e hizo daño a Chito Vera. El ecuatoriano recibió una rodilla que le provocó un corte en el pómulo. Después tocó con la rodilla en el suelo tras una derecha. El ecuatoriano nunca había sido finalizado. Demostró su dureza, pero no era capaz de incomodar al campeón. O'Malley se llevó el tercer acto y en la esquina del aspirante le hablaron con franqueza: "Tienes que ir a por todo. Así nos ha ganado los tres rounds y se llevará el resto". En distancia no era capaz de lograr nada positivo.

Vera salió con convicción y logró cambiar la dinámica. El ecuatoriano empezó a presionar y ahí metió en problemas al campeón. O'Malley acabó el asalto resoplando, pero realmente sufrió dos minutos. Fue un round de mucho ritmo. El aspirante se había conectado y tirándose tras los golpes conseguía, al menos, tener opciones. Quedaban cinco minutos y el campeón tenía la pelea ganada. "No tires golpes para noquear. Céntrate en salir", le pedían a Sugar.

En la esquina del estadounidense sabían que había que dejar correr el reloj, pero Vera quería lo contrario. Necesitaba finalizar y sabía que podía arriesgar, ya que parecía 'innoqueable'. Esa percepción cambió tras una derecha recta del campeón. El latino vio cómo su ojo izquierdo se quedaba afectado y debía cerrarlo para poder ver. O'Malley tuvo cerca el KO, pero no quiso arriesgar. Fue inteligente. Vera lo probaba en cuanto tenía energía, pero la diferencia entre ambos era elevada. Aun así, conectó un golpe en la zona hepática justo al final que hizo daño a Sugar. El campeón lo reconoció incluso al acabar, pero no importaba. La victoria era suya.

Sean O'Malley, un showman en todos los sentidos, no celebró en exceso, pero tenía claro su mensaje al terminar: "Dana (White, presidente de UFC), llévame en jet a España. Quiero pelear contra Ilia Topuria. Es el tipo que más miedo da y le quiero. Si queréis antes puedo acabar con Merab Dvalishvili (próximo en la línea del cinturón del gallo), pero el combate que todo el mundo desea es ese". Su declaración de intenciones es clara.

Topuria, por su parte, ya había lanzado el reto en la previa por redes sociales. El duelo entre ambos es una de las opciones que podrían darse en el UFC España. La otra variable, Max Holloway, habrá que esperar a ver si es factible tras su combate en el UFC 300 (13 de abril). El duelo entre Topuria y O'Malley, con el segundo subiendo de división, generaría mucho ruido, ya que los dos saben perfectamente cómo vender una pelea. La duda está en cómo quiere gestionarlo UFC. Son conscientes que son dos de los luchadores que marcarán su futuro y quizá quieran reservarlo. Las partes lo tienen claro. Ahora la pelota está en el tejado de la empresa.