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Arabia Saudí golpea el ego de la UFC y empieza a poner sus límites

La principal empresa de MMA tenía previsto estrenarse en el país este sábado. Al gobierno saudí no le acababa de convencer la cartelera y decidieron posponerla.

Jairzinho Rozenstruik./UFC
Jairzinho Rozenstruik. UFC
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

El paradigma está cambiando en Arabia Saudí. Al menos esa es la sensación en cuanto a deportes de contacto se refiere. El gobierno saudí sigue invirtiendo mucho dinero, pero ha comenzado a poner ciertos límites. Ya no todo vale, algo que fue durante un tiempo y que en 2024 parece haber recuperado. El país se marcó el objetivo de limpiar su imagen pública a través del deporte. La WWE fue la primera gran multinacional que confió en ellos. Fue en 2018. Se aseguraron 50 millones por show, pero los saudíes pedían. Llegaron a reclamar incluso la presencia de luchadores ya fallecidos. Obviamente esos deseos no se cumplieron, pero muchas leyendas han pasado por allí. Sus exigencias eran altas.

Poco a poco, sobre todo tras la pandemia, más organizaciones y deportes empezaron a ser seducidos por el gobierno saudí. En 2024 el deporte ha virado hacia allí de manera irremediable. ¿Hasta cuándo? Esa es la gran pregunta. De momento ya se empieza a descubrir el descontento de algunos futbolistas y se empiezan a ver las primeras tensiones. La UFC ha tenido una de las últimas. La mayor empresa de MMA a nivel mundial iba a estrenarse este sábado 2 de marzo en Arabia Saudí, pero no será así. El evento propuesto no era del agrado de la autoridad local.

La UFC no es nueva en Oriente Medio. En 2011 hizo su primer show en Abu Dhabi, donde tiene excelentes relaciones que además fortaleció en la pandemia. En el peor momento de la crisis sanitaria llevó toda su estructura a Yas Island para montar allí su burbuja. Desde entonces la empresa visita cada año ese lugar con un evento potente. Estar con Emiratos Árabes Unidos no tiene que ser impedimento para tener negocios con Arabia Saudí. Aún así, a UFC le costó entrar en este país. Fue a finales de 2023 cuando lo logró gracias a Vince McMahon. La fusión entre Endeavor y WWE permitió que la empresa de wrestling le sirviese de llave a UFC.

Todo estaba listo y parecía que iba adelante, pero el pasado enero Arabia Saudí se reveló. Según informó el periodista Ariel Helwani, los "poderes fácticos del país" querían una "cartelera mas entretenida y profunda". Es decir, los nombres propuestos no les acababan de motivar. La filtración vino días antes de que Arabia Saudí firmase un acuerdo con PFL en el que le otorgaban 100 millones de dólares. PFL, tras comprar Bellator, está en disposición de ser la número dos tras UFC. Además, esa rúbrica significó un evento de PFL en Arabia Saudí el 24 de febrero. El golpe al ego de la UFC es potente.

Todo el movimiento al final no deja de ser anecdótico. Según indicó Helwani el evento se reubicará en junio (no hay confirmación oficial) y los acuerdos seguirán vigentes. El enfado es entendible. Arabia Saudí desembolsa mucho dinero y quiere un show con grandes nombres, lógico. Además, la compra de eventos en la última temporada deportiva de Riad ha sido desorbitada. Muchas opciones en pocos meses (de octubre al 8 de marzo), por lo que o se generan eventos llamativos o la respuesta del público será mínima. También priorizan, ya que no todos los habitantes del país son multimillonarios.

Por otro lado, no hay que olvidar la competencia entre países. No puedes proponer en Abu Dhabi eventos top y darles a los saudíes uno con menos solera. Por último, pero no menos importante, el cambio de fecha refleja otra modificación. La temporada actual se queda corta y todo apunta a que Arabia Saudí buscará tener eventos prácticamente todo el año. WWE y el Beterbiev vs Bivol también apuntan a junio. El año es largo y para deportes bajo techo no es necesario el invierno. El proyecto saudí va evolucionando, pero no a cualquier precio. Ya no todo vale, al menos para los recién llegados.

Los pesos pesados ocupan el estelar

Ante la negativa saudí, la UFC siguió el plan más lógico: irse a Las Vegas. La empresa trasladó el evento, que realmente no era muy llamativo, a su Apex. No hubo más información a los luchadores que el cambio de localización. UFC cumplirá con la televisión y reorganizarán calendarios de cara al show de junio. De hecho, el estelar se confirmó con menos de un mes de antelación. Jairzinho Rozenstruik se enfrentará a Shamil Gaziev. Un duelo de finalizadores en la mayor categoría de peso siempre llama y ese era el plan inicial, aunque no acabó valiendo para los saudís. En el mismo evento estaba programado Joel Álvarez, pero su pelea se ha movido finalmente (a falta de confirmación oficial de UFC) para finales de abril.