MOTO2

Ai Ogura, el piloto que rompe la barrera cultural japonesa y acabó con los planes de Honda: "Es serio, pero con retranca, con un humor de estilo inglés"

El japonés dará el salto el año que viene a MotoGP de la mano de Aprilia.

Ai Ogura, el piloto que rompe la barrera cultural japonesa y acabó con los planes de Honda: «Es serio, pero con retranca, con un humor de estilo inglés»
Borja González

Borja González

Cosas de periodistas, cuando en la última carrera de Moto2 de 2022 Ai Ogura estaba jugándose el título con el a la postre campeón, Augusto Fernández, para Relevo había preparado un pequeño perfil del japonés con varios posibles titulares: 'La punta de lanza de la escalera de Honda'; 'Triunfa Ogura, triunfa Honda'; 'Ogura da brillo al plan de Honda'.

Y es que su carrera había estado dirigida desde la base por el gigante asiático, con paso por su copa de promoción, y llegada al Mundial vía su estructura en Moto3, con salto a la clase intermedia también con ellos. Esto llevaba a un único posible destino final: Honda en MotoGP. Y es este detalle, el de su futuro, el que da una idea de lo peculiar que es Ogura.

Sonríe poco, para lo bueno y para lo malo. Y es capaz de mantener la calma en casi todas las situaciones, aunque en ese currículo inmaculado de temple tenga el borrón del error en el Gran Premio de Malasia de 2022, el penúltimo de aquel año, un fallo que probablemente le privó de llevar hasta el final su pelea contra Augusto Fernández por el título. Pero ese carácter cerebral lo ha demostrado decidiendo desvincularse de quien ha guiado sus pasos.

Porque de aquel éxito compartido que habría llegado hace dos años hemos pasado al de un piloto que decidió a finales de 2023 (un año marcado por una lesión en la muñeca izquierda) abandonar ese barco, tras rechazar la oferta de sustituir a Takaaki Nakagami en la estructura más Honda de la clase reina (el lado LCR que patrocina Idemitsu, empresa que también pinta las Moto2 y Moto3 de la casa del ala dorada).

Una temporada para el recuerdo

Rechazo de ese salto, y abandono del Team Asia para recalar en una estructura española, el MT Helmets-MSi, que debutaba en la cilindrada, con motos Boscoscuro en vez de las hasta ahora dominantes Kalex (Ogura llevaba un tiempo incómodo en el que había sido hasta entonces su único equipo en el Mundial), y con el doble salto mortal de aceptar la oferta de Aprilia para estar el próximo curso en su estructura satélite Trackhouse Racing junto a Raúl Fernández, en un giro de guion que ha dejado aún más en evidencia el precario estado del proyecto de Honda en MotoGP, tanto como para espantar a su joya. Ese sitio, el que iba destinado a Ogura y que rechazó por segunda vez este año, ha terminado en las manos del tailandés Somkiat Chantra.

Chantra ha sido durante muchos años (ocho) compañero de piso de Ogura, uno más de esa comunidad asiática que vive en el entorno de Barcelona, lo que facilita sus desplazamientos a los grandes premios (la mayoría siguen disputándose en Europa), y la preparación. Al nuevo campeón de Moto2 le aburre especialmente el trabajo de gimnasio, así que es un obseso de todo lo que sea entrenarse con una moto, algo sobre lo que pivota su vida, porque no tiene demasiado interés en la vida social. Esa pasión, la de las motos, le viene por su padre, vinculado al mundo de la mecánica, que le subió por primera vez a una a los tres años. Aunque, en realidad, fue con su hermana con la que empezó a transmitir esta pasión a sus hijos.

De hecho, Karen, que así se llama, continúa compitiendo y hasta llegó a hacerlo en el MotoAmerica, el campeonato estadounidense. Ogura lo hizo por primera vez a los cuatro años. Y justo los dos son los miembros de su familia que decidieron viajar este fin de semana a Tailandia para ver coronarse a Ai, el primer nipón en lograr un título en el Mundial de Motociclismo con una moto de cuatro tiempos, el primero en proclamarse campeón desde que en 2009 Hiroshi Aoyama, que dirige el Team Asia con el que debutó en el campeonato, se hiciese con el último de la historia de los 250cc.

Antes que Aoyama habían triunfado Takazumi Katayama en 1977 en los 350cc;Tetsuya Harada en 1993 en los 250cc; Kazuto Sakata y Haruchika Aoki, los dos por dos veces en los 125cc, en el periodo más brillante de la historia de las dos ruedas en Japón (cuatro títulos entre 1994 y 1998); y el fallecido Daijiro Kato en 2001 en el cuarto de litro.

"Ai es serio, pero con retranca, con un humor de estilo inglés", nos comentaban desde su antiguo equipo. "Rompe esa barrera cultural entre un japonés y un occidental si lo necesita. En muchas cosas, en el trato, le ves muy occidental también", opinan desde su actual estructura. Ogura disfruta mucho de la música, muy variada, y nada del estilo de los chicos de su edad, incluyendo cosas tan diferentes como hip hop, reggae y hasta Frank Sinatra. Y ama la pesca, una afición que le permite disfrutar de la naturaleza en tranquilidad y cultivar ese lado tranquilo y reflexivo que le ha llevado a cumplir su sueño: ser campeón del mundo de motociclismo.