DAVID ALONSO, CAMPEÓN DE MOTO3

David Alonso: "Iba muy tenso por el miedo a perder o, mejor dicho, miedo a ganar"

El piloto colombiano nacido en Madrid confiesa sus miedos y cómo ha superado los momentos más difíciles de un año para enmarcar.

David Alonso en el podio. /Aspar Team
David Alonso en el podio. Aspar Team
Borja González

Borja González

Twin Ring Motegi (Japón)-. "No sé qué decir. Solo decir gracias a todos los que han hecho esto posible, a los que me han ayudado a llegar aquí y en momentos difíciles. Y me siento muy afortunado de poder vivir esto". David Alonso fue el hombre, o el chico, del día en el Twin Ring de Motegi. Todo el mundo le felicitaba mientras él no dejaba de sonreír, aunque es muy difícil no verle hacerlo en su día a día. Había llegado con los focos puestos sobre él y había sido capaz de gestionar todo ese torrente de presión de la mejor manera posible, venciendo la carrera de Moto3 para cerrar su título, el primero decidido este año. Aunque hubo una cosa que no hizo: llorar.

Y no lo hizo porque las emociones le habían llegado por anticipado, la noche anterior, en un rato en el que estuvo a solas en el hotel, en el baño, porque al colombiano nacido en Madrid le tocó compartir habitación. "No entiendo muy bien por qué. Ayer, después del entrenamiento y de hacer el planning de carrera, iba bien. Y después pensé que hoy podía ser campeón del mundo, y no era muy consciente. Luego llegué al hotel y me entró mi lado sensible y empecé a llorar. Veía que lo necesitaba, que me venía bien. Todo lo que lloré ayer no lo he llorado hoy". Y es que esta manera de pensar es otra de las características de un deportista muy especial, pese a que sólo tiene 18 años.

"Lo bonito de vivir una carrera por un título es que hay situaciones que te ponen a prueba, y que te hacen mejorar para el futuro. Hoy tenía que combatir con ese miedo", nos explicaba el 'niño esponja', porque no para de analizarse y de intentar aprender. "Sobre todo entrando a las curvas 7-8 siempre pensaba en no caerme. Y eso hacía no inclinar como tocaba al inicio, ir muy tenso porque tenía miedo a perder. O mejor dicho, miedo a ganar. Luego he tratado de parar, respirar y combatir esa emoción". Y es que interpretó la carrera como él mismo había previsto, o aprendido por los consejos que le había dado Jorge Martín, con el que había coincidido en el ascensor del hotel. Al líder de MotoGP le preguntó cómo gestionó la carrera en la que se llevó la corona de Moto3 en 2018, en Malasia, y fue lo que hizo, de nuevo en el modo esponja.

Martín se había movido en el grupo de cabeza, y había atacado aquel día al final de la carrera. Y eso mismo hizo él. "Sabía que en las tres últimas vueltas que tenía que darlo todo. Veía +0.1 en la pizarra. Y en esa última vuelta, más que cerrar huecos me he centrado en hacer mi mejor vuelta. Miraba el 'dashboard' de la pantalla y veía mis parciales. Y cuando he llegado a la frenada de la bajada es cuando he empezado a pensar en el título, cuando no me han pasado ahí veía que ya iba a ser muy difícil que me pasaran en la chicane. Y ahí ya sí que he pensado que se iba a cumplir mi sueño". Desde el muro, uno de sus mecánicos, Paolo Mancin, entendía también que estaba hecho, y empezó a montar en su pizarra el mensaje '2024. Moto3. World. Champion', en letras rojas con un fondo dorado. Aunque con la emoción el puzle se le desmontó, y lo único que pudo hacer fue asomarse él para vitorearle.

La culminación a un año de ensueño que aún no ha acabado, porque quedan cuatro grandes premios y lleva ya diez victorias y ha cerrado el título, aunque nos confesaba que el curso también se le ha hecho muy largo. "El año pasado mismas carreras, misma categoría y se me pasó volando. Y este año se me estaba haciendo muy largo. Parecía que no pasaba el tiempo. Un fin de semana se convertía en una semana. Tener que estar siempre al máximo nivel, cada vez que sales a pista dar el máximo desgasta. Después de Inglaterra peté, hubo un momento de crisis. Entre Inglaterra y Austria fue difícil, tuve que resetear, no tenía más energía, y empecé a aficionarme a la bici de carretera. Había gastado todo y quedaba la mitad de la temporada. Pasé una semana que no tenía ganas de nada, y ese fue un punto de inflexión en el campeonato".

El triunfo de un piloto que ha dado a Colombia su primera corona en el Mundial de Motociclismo, aunque en una parte importante lleve color español: porque nació en Madrid, porque vive en Torrejón del Rey (Guadalajara), porque ha crecido como piloto en una estructura valenciana, propiedad de una leyenda como Jorge Martínez Aspar, que volvió a pisar Japón trece años después para ver ganar a su pupilo, y en la que tiene a su lado a un ex campeón como Nico Terol, su hermano mayor, y el que apostó por él. "Eso era algo que tenía claro", nos reconocía sobre la decisión de sacar a pasear una bandera con dos partes, una colombiana y otra española. "Que cuando sacase una bandera iban a ser las dos a la vez. Y me parecía el momento perfecto para hacerlo. Mi madre (Colombia) y el otro mi padre (España). Yo nunca me podré dividir".